El 29 de Enero pasado, Hebe Pastor de Bonafini con un grupo de secuaces, (conste que digo secuaces pero pienso palabras peores), tomó la Catedral Metropolitana para protestar políticamente por una bolsa de dinero que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le adeudaba a la constructora “social” que Bonafini tiene en sociedad con Sergio Shocklender. Todos sabemos que Hebe tiene ahora entre sus filas, a una experta en bolsas de dinero. Me refiero a la ex ministra de economía del gobierno de Néstor, que es Kirchner, y ex cuadro del ERP, la señora Felisa Michelli.
Tras la toma de la Catedral, y las declaraciones de la mismísima Hebe, en que reconocía que habían tenido que improvisar un baño tras el altar mayor, sobrevino la reacción airada y lógica, de los católicos.
Y ante la convocatoria a un acto de desagravio en la Catedral, el Arzobispado de Buenos Aires envió una carta a los medios periodísticos que se habían hecho eco de la indignación general. La carta tibia del Arzobispado, es la que sigue: “Le queremos aclarar que el día 29 de enero las Madres de Plaza de Mayo que ingresaron a la Catedral de Buenos Aires, permanecieron en el templo por seis horas y no realizaron ningún acto que amerite la calificación de profanación. Atentamente, Pbro. Gustavo L. Boquin Director Oficina de Prensa - Arzobispado de Buenos Aires… ".
Infobae publicó el 30 de Enero 2.008: "Bonafini copó la Catedral y se llevó varios millones. La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo se atrincheró en la sede religiosa durante seis horas, por cuarta vez. El cardenal Jorge Bergoglio debió cerrar los baños y los confesionarios".
Hebe de Bonafini le dijo aquél día a la agencia oficial y oficialista Télam: "Nos vamos a quedar aquí hasta que Macri devuelva el dinero que no le corresponde…Nos clausuraron los baños de la catedral y tuvimos que improvisar uno detrás del altar”.
Este viernes 29 de febrero, día del acto de desagravio, el periodista Sergio Rubín publicó en Clarín una clara “operación de prensa”. En dicha nota, Rubín afirmó: “…todo se trató de una novela imaginada por ciertos sectores religiosos…salvo Bonafini, que no paraba de hablar por el celular, sus compañeras presenciaron con recato la misa del mediodía. Podrá discutirse si reclamar dentro de una catedral es lo más atinado, pero lo que está claro es que no puede hablarse en este caso de algo tan grave como una profanación, dijeron las fuentes. Los partidarios de desatar la guerra santa, por ahora, deberán esperar.”
Bien, como a esta altura de los acontecimientos, y conste que hablo solo de los acontecimientos terrenales, ya no puedo creerle a ninguna de las partes involucradas, una de dos: O "Hebe" de Bonafini miente... o Bergoglio arrugó una vez más.
Sea como sea, mil actos más de desagravio serán necesarios, para con las constantes pintadas profanas en las paredes de la Catedral de Buenos Aires, o para con los constantes agravios de Bonafini contra la Iglesia Católica toda…ellos sí, y no los sectores religiosos agraviados constantemente, parecen empecinados en una “guerra santa”.
Hoy recordé este verso del gran Rubén Darío: “La virtud está en ser tranquilo y fuerte; con el fuego interior todo se abraza; se triunfa del rencor y de la muerte, y hacia Belén… ¡la caravana pasa!”. Al menos hoy, me salvó la poesía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario