sábado, 27 de octubre de 2012

Peronómetro


Bueno, parece que al fin la primavera le ganó la pulseada al invierno. Después de tanta lluvia y de tanta tormenta desatada, el sol acaba de ganar su batalla. Por suerte.


Pero claro, las lluvias desbocaron el río. Es verdad. El río no tiene la culpa. Eso también es verdad. Los inundados que debieron evacuarse lo saben, y por eso volverán a sus casas cuando las aguas bajen. Las culpas están en otros.
Por suerte alguna vez hace tiempo un gobierno, radical por entonces, pensó la obra de la defensa costera y en tiempos como hoy no contamos por miles a  los evacuados en Gualeguay.
Por suerte la obra no se detuvo a pesar de los vaivenes políticos y pudo culminarse. Y ganamos todos. Algún día aprenderemos que anteponer las miserias de uno hace que las consecuencias nefastas las paguemos todos.
En Puerto Ruiz el gobierno no admite que ningún otro ayude a los inundados. Los inundados son de todos, pero el asistencialismo debe ser oficialista o no será nada.
Cuenta el periodista Norman Robson desde Puerto Ruiz que “un grupo de vecinos, autoconvocados bajo el nombre Primero los Gurises, llegó hasta Puerto Ruiz para servir una merienda y entretener a los vecinos que están padeciendo las complicaciones de la creciente. Como es costumbre, llegaron al terraplén del muelle y comenzaron a desplegar sus cosas cuando la responsable del lugar se le acercó para informarle había sido instruida para que no permitiera brindar la merienda a los chicos, sosteniendo que esto se debía a razones estrictamente sanitarias preservando la salud de los evacuados.
Tal es así que aseguraron que los chicos ya habían tomado la leche, lo cual fue rápidamente negado a coro por una veintena de gurises que ansiaban tomar chocolate y amasar las tortas fritas. Ante esta situación, la responsable del sector y una cuadrilla de personal de algún tipo, ahora todos portando guantes descartables, prepararon la leche para los más pequeños, pero debieron recurrir a los vasos del grupo porque ellos ni siquiera tenían.
De este modo, ante la imposibilidad de cocinar las tortas fritas que tanto reclamaban los chicos, pasaron rápidamente a jugar con los chicos del lugar, de la misma manera que venían haciéndolo, cuando repentinamente, en bloque, el personal municipal, o contratado de algún modo, se desplegó para contener a los chicos mientras explicaban que era muy riesgoso para los chicos, que se podían ahogar, cuando minutos antes estaban nadando en la calle delante de sus propios ojos.
Mientras sucedía todo esto, fueron llegando al lugar el Secretario de Gobierno, en Inspector General, el otro Inspector General, la Jefa de la Guardia Urbana, y más efectivos para asegurar que el grupo de vecinos Primero los Gurises no le de la merienda a los chicos del lugar ni puedan jugar con ellos.”
Así es, esta crónica fue publicada en el diario digital Gualeguay 21 y mientras la leía la sangre se me hervía. Así construyen “democracia” los campeones de la “democracia.”
Nos vamos acostumbrando a vivir sin dignidad. Poco a poco, lo que no deberíamos tolerar nos va pareciendo una cosa común.
Cristina relata sus mentiras con un relato del país de las maravillas, mientras la realidad le responde con muchas villas. Los políticos cuidan su quintita de poder con modos de dictadura. Y nosotros nos acostumbramos a decirle democracia.
Ellos o nosotros. A los argentinos nos cuesta el NOSOTROS. Se sabe que allí donde hay tres argentinos, suele haber cuatro opiniones. Es una vieja chanza, chiste, comentario o chascarrillo que desde hace muchos años se hace sobre nuestra forma de ser.
El chiste se puede explicar muy bien con el peronismo, el partido que mal, bien  o regular nos gobierna desde tiempos inmemoriales… con algunas honrosas excepciones de alternancia, casi siempre mejores que el peronismo.
Sí, ya sé. Aquí es entonces donde los voceros de “la verdad” hacen un alto en esta columna, se golpean el pecho con fuerza en señal de desagravio y luego exhalan un grito al cielo en forma de sortilegio: “gorila”.
Lo peronistas son así, cada uno se siente dueño del peronismo, cada uno anda con su propio credo peronista bajo el brazo, cada uno cita al Perón que más le conviene… pero todos acusan de gorila al que piensa en disidencia. Cada uno con su “peronómetro”.
Apoderarse del relato para, desde el púlpito de la desvergüenza acusar a los demás.
Claro que si los peronistas se embarcaran solo en rencillas con aquellos que están fuera de todo eso que ellos llaman peronismo y que nosotros llamamos bolsa de gatos, no sería tan grave. El tema es que el peronismo encaramado en el poder se aboca no solo a la disputa con los de “afuera”… con los “gorilas”, sino que se largan desvergonzadamente a la disputa entre los mismos peronistas.
Para un peronista no hay nada peor que otro peronista. Es así aunque ellos mientan lo contrario. Aunque se reúnan cada 17 de octubre a festejar el día de la lealtad en 120 actos distintos. Uno por cada facción.
Y no hay que ir muy lejos para buscar ejemplos. En Gualeguay, los peronistas que ya fueron divididos a las elecciones que al final ganaron hace un año apenas, hoy pelean desmembrados la guerra de los cheques. El gobernador, como un gran titiritero sabedor del poder de don dinero, mueve los “piolines” según le conviene y promueve las luchas intestinas. Divide y reinarás. Lo aprendió de Maquiavello, que sabía de la falta de escrúpulos de los poderosos, y de los que pelean por llegar al poder.
En medio de un modelo cada vez más confuso y menos democrático, distintos dirigentes peronistas de Gualeguay se miden desde hace unas semanas en un desvergonzado peronómetro, blandiendo cheques oficiales para distintas obras. Da risa pero es penoso, ver y escuchar al Intendente Luis Erro, a Hernán Vitullo, a Matorras y a Juanjo Albornoz midiéndosela según el monto de los cheques.
Modelo desvergonzado de premios y castigos a través de fondos públicos que se esgrimen como botines de una guerra imbécil.
Hay veces y hay momentos en que me avergüenza palpar en lo que han convertido la democracia nuestros políticos.
Como nunca antes durante el régimen kirchnerista, el descontento social se vuelve generalizado. Y a pesar de los castigos y los aprietes y los ataques y la censura y el prevaricato de una justicia cómplice… el descontento se palpa en las calles y sobre todo entre los que hace unos años creyeron ciegamente en un modelo que prometió dignidad y poco  a poco… va tornando hacia la insensatez.
Anuncios oficiales que mienten la fachada de un país serio. Datos oficiales que pretenden pintar de colores una realidad negra. Seguridad e inflación, dos palabras que el régimen esconde a fuerza de un conglomerado de medios oficiales inundados de pauta oficial.
El 8 de Noviembre el descontento saldrá a las calles. Veremos cómo lo acusa el pernonómetro.


Horacio Ricardo Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Rios

3 comentarios:

capitan futuro dijo...

La chanza de "Donde hay tres haycuatro opiniones" se utiliza para los partidos polítiso de izquierda. Es la primera ve vez en mi vida que lo leo o escucho aplicado a la totalidad de los argentinaos. mucho menos de los peronistas (Para un peronista..)Por fin tenés razon, el 8N sale a la calle el descontento. No "la gente". Salen los que no acuerdan con lo que pasa en el país.Enhorabuena y como pasó ya en dos ocaciones nadie los reprimirá, nadie los correrá a bastonazoz, nadie terminará preso.Como debe ser para TODOS

Anónimo dijo...

Vivo en Gualeguay y no he escuchado, leído o visto algún mensaje que convoque al 8-N a 20:00 horas en la Plaza Constitución.

¿Será porque son todos cristinistas y de la cámpora de la primera ola o porque a la sociedad gualeguayense no le importa nada? No sé que pensar.

¿Que opina Palma? Usted es de Gualeguay de la ola.

Horacio Ricardo Palma dijo...

Gualeguay pertenece a la República de la soja.. mientra siga a éstos precios... la gente seguirá mansita y acumulando bajo el colchón...