“Suponte que
estás durmiendo una placida siesta, soñando con lo que harás cuando despiertes
y entra alguien por la puerta, sin darte tiempo a escapar, te amordaza y toma
una sierra y te parte en pedazos mientras vos observas impotente. Eso es
un aborto.” (Andrew
Gladstone)
“La
letra con sangre entra”… decía mi abuelita, que murió convencida que esos
terroristas que dos veces le hicieron volar los vidrios de su austero
departamento de Buenos Aires, terminarían sus años en la cárcel y no en el
gobierno. La primera vez que los vidrios de las ventanas de la casa de mi
abuela estallaron gritando terror, fue cuando Montoneros hizo volar la
concesionaria de autos Laprida, que vendía autos Volvo a una cuadra de su casa.
La otra, cuando el Erp hizo volar una estación de servicio a la vuelta de su
casa, frente al Hospital Rivadavia. Frente a la estación de servicio estaba mi
tía Cristina esperando el colectivo. Por suerte mi tía salió ilesa de cuerpo,
aunque de espíritu no tanto. Yo recuerdo que le pregunté entonces a mi abuela el
“¿porqué” de semejante violencia asesina (en ambos atentados murieron personas
conocidas del barrio). Mi pregunta era un “porqué” de niño de 11 años. “Es que hay
gente que aún piensa que la letra con sangre entra…” contestaba mi abuelita con
cara de fastidio sincero.
Varios
años después encontré en un hermoso libro de pintura que adornaba una mesa baja
de vidrio en el tercer piso de la residencia universitaria del Opus Dei donde
yo vivía, curiosamente, la residencia estaba a unas pocas cuadras del
departamento donde había vivido siempre mi abuela. Decía que encontré allí una
foto de una hermosa pintura, aunque algo oscura (luego supe que la oscuridad de
la pintura tenía un exacto sentido estético) del gran pintor español Goya. Es
una pintura de finales del 1700 que refleja una crítica ácida y genial de Goya
al sistema educativo de aquellos tiempos. Un maestro en una pequeña aula con
muchos estudiantes alrededor está sentado castigando el trasero desnudo de un
alumno. Hay otros dos alumnos que parecen haber recibido ya su castigo y lloran
desconsolados, mientras los demás se esmeran en el estudio… como asustados por
lo que les espera si no lo hacen. Un pequeño perro es testigo del castigo, tal
vez como para hacer un poco más tierna una imagen tan violenta.
Aprende
o ya verás. Apropiarse del relato. Dividir para reinar. Acaparar poder a
cualquier precio para eternizarse en un trono. Utilizar todos los medios del
Estado para imponer un discurso, mentir mentir hasta que la mentira parezca
verdad, estigmatizar al que piensa distinto, echar a la hoguera al que no me
gusta, crucificar al que osa levantar un voz disidente o utilizar los aprietes
bajo el viejo lema “la letra con sangre entra” son políticas conocidas a lo
largo de la historia de la humanidad. Los emperadores romanos, los judíos, la
Santa Inquisición de la Iglesia Católica, Maquiavelo, Hitler, Goebbels, Fidel
Castro, Hugo Chávez, Stalin, Pol Pot, Firmenich… y así podríamos hacer una
lista de todos los que han intentado lo que hoy intentan, con éxito aunque con
métodos menos crueles, los integrantes del régimen que nos gobierna en
Argentina.
Esta
semana estaba viendo el programa de Marcelo Longobardi en C5N. Primero habló el
escritor peronista Jorge Asís y palabras más palabras menos, dejó entrever que
el destino del actual vicepresidente de Cristina Kirchner estaba lejos del
lugar que hoy ocupa. Luego el periodista sentó a su segundo entrevistado, el ex
funcionario kirchnerista Alberto Fernández. Había un tercer invitado esperando,
el periodista económico mexicano Alberto Padilla. Pero cuando Alberto Fernández
explicaba que lo que Cristina derogaba del Banco Central no eran artículos ni
medidas de gobiernos liberales sin justo las dos medidas que Néstor Kirchner
(El, para el militante necrofílico) había impuesto en el Banco Central para las
reservas de libre disponibilidad. Es decir, explicaba que lo que Néstor escribió
con la mano, Cristina lo borraba con el codo de sus necesidades de caja. Una
especie de K vs. K. Y justo en ese preciso momento del programa suena fuerte
una música y lo sacan del aire. El acto de censura corrió rápidamente por las
redes sociales. Antes de la medianoche ya era el tema del momento en Twitter.
En su cuenta de Twitter, el periodista mexicano que se quedó en la antesala de
su entrevista, comentó que por un llamado de De Vido de parte de la presidenta,
el canal había decidido sacar del aire abruptamente el programa. Lo mismo dijo
Alberto Fernández en las primeras entrevistas que le hicieron en la madrugada
siguiente.
Lo
raro, lo extraño, lo vergonzante, lo indignante fue lo que sucedió al otro día
en el programa de Radio 10. Longobardi, víctima de la censura brutal, entabló
una charla un tanto burlona sobre lo sucedido con Alberto Fernández, que
desmentía en cierto sentido lo que había estado declarando 10 minutos antes en
otra radio, y Daniel Haddad, el dueño del grupo Infobae, se disculpó por el
levantamiento del programa con las siguientes palabras… “en realidad no fue
censura sino un exceso de formalismo”. Así, daba a entender que Longobardi se
había pasado del horario… único caso en el mundo que alguien se pasa de horario
media hora antes de tiempo!!.
El
periodista mexicano, lejos de las presiones políticas del régimen argentino,
jamás se desdijo, y Alberto Fernández no pudo luego seguir tapando el sol con
las manos. Semejante acto de censura en un gobierno supuestamente “democrático”
da bronca… pero ojo, también transmite miedo.
La
letra con sangre entra. Claro que ya no hay enemigo en las hogueras, ni
blasfemos crucificados, ni perseguidos asesinados en cámaras de gas, ni juicios
revolucionarios de Montoneros fusilando al “enemigo”. Sí hay servicios haciendo
escuchas, fuerzas de seguridad espiando militantes molestos, testigos falsos
acusando a enemigos de antaño, publicidades oficiales que se quitan y campañas
de calumnias e injurias hacia cualquiera que ose contradecir al régimen y amenazas
de expropiación para quien no se reporte sumiso. La letra con sangre entra… y
ese temor sembrado que vuelve a los asustados sumisos. Silenciosos. Sordos
ciegos y mudos. No te métas… el terror que se instala y el miedo que gana y el
silencio que otorga.
Ciudadanos
que callan por miedo. Y esto, en una democracia es un estadía imposible de
aceptar. Y una República que se esfuma. Y los Poderes republicanos que se
desdibujan. El Ejecutivo legislando por decreto. Y el judicial legislando con
sentencias bochornosas, sumiso, atado de pies y manos ante esas “carpetas” que
son ases en la manga de un Poder sin escrúpolos.
La
letra con sangre entra… la corte que
legisla sobre el aborto. Guiño a un Legislativo cómplice de la República
perdida, que no puede o no quiere. Y todos los abortistas defendiendo
“supuestamente” a la mujer. Nadie al niño por nacer. Como si lo que estuviera
en la panza de la mamá fuera un oso o una jarra y no un SER HUMANO. El estado
se mete en tu panza y te mata gratis a tu hijo. Sol “libre”. ¡Felicitaciones!
Según este progresismo, el violador es más persona que tu bebé, de lo
contrario, también pediría que se mate el violador. Total, un poco más de
sangre argentina ¿a quién le va a molestar?
Horacio R. Palma
El Dia de Gualeguay
Gualeguay
Entre Rios
5 comentarios:
Longobardi bien podría quejarse por la censura pero yo, en su lugar, le habría recordado a Alberto Fernández que él (con minúsculas) fue el censor de turno cuando a Blumberg le mataron al hijo. Esas primeras palabras de Blumberg ante la prensa, luego del asesinato, fueron lo más triste que escuché en años. El llanto entrecortado de un alemán desacostumbrado a exhibir sentimientos. Allí estuvo el telefonazo de Alberto Fernández, Jefe de Gabinete, ordenando que dejen de j...con ese viejo y que no lo pasen más. Longobardi tuvo (entonces) una muestra de dignidad, lo pasó en cada espacio libre del programa, varias veces, como un desafío.
La memoria no es privilegio de un sólo sector.
¿Una pintura de Goya en una residencia del Opus? cosa de mandinga ¿no?
Seguí sangrando por la herida del orto
bueno esto lo sabian bien tus amiguitos militares en otras epocas
asi que palmita es del opus , esos papistas traidores , genuflexo de un gobernante extranjero y que rinde pleitesía a un asqueroso trapo amarillo y blanco que no es nuestra bandera . Si Dios Todopoderoso lo permite nuestra patria algún día tendrá una autentica iglesia nacional
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