Mi abuelita, que
murió convencida de que el Peronismo de Perón había salvado al país de la
barbarie comunista y que Evita le había devuelto a las masas la resignada
dignidad de su pobreza, solía hablarme mientras tomaba mate acodada en la mesada de su cocina.
Yo
era chico y acudía con ojos inquietos, a esa cocina repleta de manjares
custodiados. Recuerdo la alacena en la cocina de la casa de mi abuela. Uf… una alacena
en lo alto con sus mil cajones de vidrio transparente. Añorado escaparate para mis
ojos de niño, que miraban en lo alto, dulces y caramelos imposibles de
alcanzar.
Ella
sabía perfectamente que mi mirada estaba más atenta a las alturas de su alacena
inalcanzable, que a sus gestos esforzados por captar mi atención.
Esa
mañana la recuerdo con especial nitidez. Son esos senderos raros de la memoria
que, vaya a saber porqué, nos quedan grabados con especial sensibilidad. Mi
abuela con su mirada clara y su batón oscuro. Con su cabello fino muy fino,
peinado en una especie de batido como para hacer parecer mucho lo poco. Detrás
de ella, el resplandor que entraba sin permiso desde la ventana, se le
incrustaba en la espalda… parecía disfrutar de esa caricia tibia en la espalda tanto
como el mate cebado desde la pava, apoyada en media hornalla.
Yo
le miraba siempre las manos. Desde chico me llamaron la atención las manos de
los “viejos”. Manos blancas o curtidas de venas marcadas y pieles manchadas.
Esas pieles ajadas por el tiempo y por la vida. Yo creía que una persona era
vieja por sus manos. Ahora que soy grande y que peino canas y que visto manos
de venas marcadas y piel curtida por los años y por la vida… me doy cuenta que
en ese momento mi abuela tenía menos años que los que hoy tiene mi madre. Esa
mañana miré con especial atención las manos de mi abuela. Sacó un tazón gigante
con asa de letra O mayúscula y allí dentro me preparó medio litro de café con
leche. Untó con manteca una rodaja de pan lactal, ese pan que para los que
vivíamos en la provincia era un artículo de lujo y me sentó en un banquito
alto. Recuerdo que en ese momento le tomé la mano con la que acercaba el tazón
gigante. Le hice una leve caricia como recorriendo un paisaje lejano y exótico…
y con esa inocencia de los 7 u 8 años le pregunté: “¿Vos sos viejita Lala?”.
Lala,
así le decíamos todos sus nietos. Ella dejó escapar una carcajada… supongo
porque desde sus casi 50 años la pregunta le pareció graciosa. Luego hizo una
pausa y me dijo: “Una vez leí una frase que me gustó mucho… y es que uno es
joven cuando tiene más proyectos que recuerdos. Y yo tengo todavía muchos
proyectos.”
Yo
le escuché aquél descargo sin entenderlo. Supuse que mi abuela había contestado
que sí, después de todo, yo la veía viejita. Pero la frase la fui recordando
con ella muchos años más, hasta el día en que ella se fue de este mundo. Yo
estaba a punto de terminar el colegio secundario y el día en que murió me
pareció una mujer increíblemente joven para morir.
Comento
esto de la juventud y los proyectos y los recuerdos en esta semana en que la
Revista española Cambio 16 publicó el reportaje que el periodista español
residente en Colombia, Ricardo Angoso le hiciera al General Videla en su
prisión del penal federal de Campo de Mayo el pasado 18 de enero.
Ahora
que la entrevista que ningún medio de Argentina quiso publicar, pero que una
vez publicada por el medio español, cuyos directivos son de la izquierda
española, todos levantaron en Argentina. Digo, ahora que las palabras del ex
Presidente de facto de Argentina dieron la vuelta al mundo y pasearon por todo
el país, les comentaré… más allá de las miles de conjeturas que se han hecho
desde el poder y desde el periodismo, algunos detalles de su gestación. Hace
unos años, junto a un grupo de personas que fueron víctimas directas e
indirectas de los violentos años 70 de Argentina, creamos una asociación civil
llamada Pacificación Nacional Definitiva con el propósito de trabajar para una
Argentina pacificada con su historia y reconciliada con su pasado. Ante un
Estado que tomó como bandera reavivar los dolores de las muchas heridas que
esperan en vano cicatrizar, comenzamos a trabajar en pos de una pacificación
nacional que en un futuro nos encuentre reconciliados con nuestra historia y
curados de nuestros dolores recientes. Todos en paz, pensando más en un futuro
en común que en un pasado de rencores. Sabemos que el trabajo es arduo y que en
las épocas que corren, la reconciliación nacional se asemeja más a una utopía
que a otra cosa.
Y
fue en ese marco que pensamos que sería bueno para todos escuchar el pensamiento
de uno de los actores principales de esa época Argentina que al gobierno de hoy
lo encuentra embarcado por recordar y azuzar a tiempo completo. Pensamos que
escuchar la versión del General Videla sería un paso adelante en esa tarea
ardua de reconciliarnos con nuestra historia reciente.
Días
pasados unos de nuestros socios fundadores acompañado por el periodista español
Sr. Ricardo Angoso, concurrieron a la Unidad Penal de Campo de Mayo a
visitar a un amigo en común. Luego de sortear todos los requerimientos
reglamentarios, consultas radiales entre el personal de servicio penitenciario
–encargados de la custodia de penal- pudieron acceder al predio donde se
encuentran los militares detenidos como Presos Políticos. Sorpresivamente
se abrió la puerta de la habitación/celda donde se desarrollaba la amena
reunión y apareció el General (R) Jorge Rafael Videla. Pasados unos
minutos y luego de las habituales presentaciones de rigor, el Sr.
Ricardo Angoso le preguntó si no tenía inconveniente en que tomara nota de
sus dichos y si le permitía formularle algunas preguntas en su condición de
periodista extranjero. Videla accedió.
La
entrevista se publicó en España el pasado lunes, y el miércoles explotó en
Argentina y en el mundo. Y curiosamente, los mismos medios que pusieron reparos
en entrevistar a Videla o publicar en exclusiva la entrevista, demostraron
voracidad por transcribir la entrevista publicada en España y conocer al
periodista español que la había “conseguido”.
Tres
cosas destaco de todo esto. Primero, la grandeza del ex Presidente de facto
para contestar todas las preguntas sobre todos los temas. Recomiendo la lectura
de la entrevista, pero una lectura libre de prejuicios. Quien así lo haga,
podrá encontrar responsabilidades asumidas, arrepentimiento ante los errores y
sobre todo, la perspectiva histórica y política de aquella época. También
encontrará críticas al poder político de ayer y de hoy.
Otro
punto a destacar es que, si bien ningún medio de Argentina se animó a dar el
paso para la entrevista, una vez publicada en Cambio 16, todos abordaron la
entrevista con mucha seriedad, aún aquellos medios de la corporación del
Estado. Y esto ha sido así pues las palabras de Videla conllevan el respeto y
la fuerza de una verdad histórica que, nos guste o no, fue la realidad
histórica que vivió nuestro país. Y el tercer punto que destaco es el
profesionalismo del periodista Ricardo Angoso, al que lo entrevistaron desde
más de 50 medios y, ante la pregunta reiterada: “porqué entrevistar a Videla”,
contestó con un ejemplo de periodismo: “Porque todos tienen el derecho a hablar
y a ser escuchados”.
El
camino es largo y es arduo. Aún somos una sociedad con más recuerdos que
proyectos. Una sociedad envejecida por lejanos y absurdos desencuentros.
Nuestra obligación como sociedad es hacer del país un país más joven… reunidos
todos en los proyectos del futuro, antes que arrebujados en los recuerdos dolorosos
de un pasado inevitable.
Horacio R. Palma
El Dia de Gualeguay
Gualeguay
E. Rios
2 comentarios:
Por mi parte, Horacio, te estoy agradecida a vos, y a los que fueron parte de este proyecto porque fue un inteligente paso adelante para romper el pacto de silencio con el que se quieren enterrar a los presos políticos y a la guerra que libraron.
que le hagan notas o no , no cambia la situacion , esta condenado y preso y los juicios siguen , ahora bien en un sistema republicano hasta los presos pueden expresarse , un ejemplo es el programa carceles de telefe . Videla fue protagonista de la historia argentina y no esta mal conocer sus palabras aunque la nota me parecio mediocre , se podria haber profundizado mas y repreguntado para hacerla mas interesante y otra cosa reconciliar y perdonar no es dar impunidad de lo contrariodeberiamos abrir las carceles y liberar a todos los delincuentes que estan en ellas
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