lunes, 13 de febrero de 2012

Hoy un juramento... mañana una traición


“Este gobierno jamás va a reprimir una protesta”. Ayer nomás nuestra presidenta se plantaba, con voz firme y reluciente luto frente a su amado micrófono, para hacernos la promesa que acaba de romper.




Cada uno sabe dónde le aprieta el zapato decía mi abuelita. Sabe que hay corporaciones y corporaciones. Que una cosa es Clarín, el diario de la apropiadora que no fue y de los nietos perseguidos por la abuelita de la nada, y otra muy distinta es la Barrick Gold, poderosa minera multinacional, que sabe muy bien que necesita mucho más que un simple permiso de Moreno para hacer buenos negocios en esta parte del mundo y con cierta clase de gente.
Esta semana, a pesar de que ningún medio oficialista lo comentó (y eso que son muchos los medios de información que maneja el régimen que nos gobierna), la Gendarmería Nacional y las policías provinciales de las oficialistas La Rioja y Catamarca, reprimieron duramente a las familias que se manifestaban cortando las rutas en contra de la minería a cielo abierto. Del otro lado, inmensos camiones repletos de cianuro y explosivos, esperaban con impaciencia el desalojo para poder pasar a volar montañas y contaminar las aguas.
Algo se rompió esta semana. Y lo que se rompió es mucho más que una promesa. Y lo que se rompió no se rompió en las esferas áureas del gobierno ni en los círculos cerrados de los que mandan. Lo que se rompió esta semana se rompió en derredor de nosotros, los simples mortales. Lo que se rompió es algo en ese contrato social entre votantes y votados. Entre representantes y representados. Entre ellos… y nosotros.


Hace apenas un mes, Mariotto, el vicegobernador de Scioli, exigió penas y castigos a los policías que impidieron con golpes el ingreso al recinto de la jura de autoridades, a una turba de la agrupación política de un tal Máximo Kirchner. Para quienes no lo ubican, Máximo Kirchner es la versión berreta de Antonito de la Rua…
Los policías que reprimieron debían ser sancionados duramente, pues la represión para el discurso nacional y popular es muy mala palabra… bueno, era mala palabra hasta que los protestantes protestaron contra los verdaderos intereses.
Para informar la represión no hay un solo medio oficialista, ahora, para la puesta en escena del discurso, sí están prestos todos los medios que el Estado maneja con la caja. Mientras la Gendarmería molía a palos a mujeres y chicos y hombres y periodistas en las calles de Catamarca y La Rioja, Cristina Fernández viuda de Kirchner realizaba una videoconferencia con Armando: El obrero trucho de Cristina.










Bueno, en realidad Armando no se llama Armando sino Antonio, pero de eso nos enteramos después. Ojo, tal vez Armado es su nombre artístico.
Si esta historia hubiera ocurrido en cualquier otro país, el escándalo sería de tales proporciones que las cabezas de los responsables hubieran rodado por decenas. Pero ocurrió en Argentina, donde Nilda Garré acusa al programa de Mauro Viale por inventar una noticia y a los policías del caso Jazmín de Grazia por vender las fotos de la modelo y periodista muerta y desnuda en la bañera, pero nada dice de las mentiras desopilantes que se arman desde el gobierno.
Cadena Nacional. La presidenta habla con el minero: "Los trabajadores mineros queremos trabajar en paz. Y no que cuatro o cinco pseudo ambientalistas nos corten la ruta" dice el hombre con ropa de trabajo y casco amarillo. “Armando, vos no sos un dirigente político, sos un trabajador que defiende su lugar de trabajo” le responde la presidenta. Aplausos y ovación. Después nos enteramos que Armando no es Armando sino Adolfo Domínguez, y que el hombre vestido para la ocasión no es un simple trabajador sino que es un viejo dirigente sindicalista y un dirigente de peso en el Partido Justicialista de Olavarría. Así es, Domínguez forma parte del secretariado general de la Asociación Obrera Minera Argentina de Olavarría desde hace 19 años y fue el interventor en la seccional de San Juan durante un año. Además, fue presidente del PJ de Olavarría.


Cristina sonríe… las cámaras le sientan bien. Las preguntas no. Se arregla el cabello, acomoda el micrófono y dice: "A vos no te van acusar de ser hombre de la Barrick; no tenes pinta de ser hombre de la Barrick".
Bueno, en realidad no lo sabemos, sí sabemos que Domínguez fue quien negoció los salarios de los mineros con la Barrick Gold el año pasado y cerró un acuerdo con la empresa por un incremento salarial.
Esta descomunal mentira de la presidenta es un antes y un después. Es algo que se rompe entre ellos y nosotros. Es como una gran desilusión ante ese gran ilusionista que prepara un súper espectáculo costoso… y resulta que se le termina viendo el truco.
En el circo la gente reclamaría que le devuelvan la plata de la entrada. Nosotros sin embargo, estamos resignados a que nos tomen el pelo.
Y sí, algo se rompió esta semana, mientras el gobierno hablaba de cuestiones geopolíticas y colonialismo, a pocas cuadras de la Casa de Gobierno asesinaban a un periodista francés de un cuchillazo. Fue en Plaza San Martín de la ciudad de Buenos Aires y fue a plena luz del día. Cosas del destino, tanto que jode con Astiz, y la presidenta ya carga con tres ciudadanos franceses muertos para dar explicaciones… Mi abuelita, que murió gustosamente intoxicada de peronismo, solía retarnos cada vez que decíamos algo malo de otra persona: “Nunca escupan al cielo”.
Mentiras y mentiras y más mentiras. Descubren que un jubilado pobre de la provincia de Buenos Aires es, sin saberlo, el que maneja la empresa que Boudou eligió para que ganara una licitación de 50 millones de dólares. El vicepresidente hace el anuncio y luego es operado del paladar, las malas lenguas aseguran que se le incrustó un “testafierro”.
Algo se rompe cuando la mentira de los que nos gobiernan se tornan groseras y descaradas sin que nosotros ni siquiera nos inmutemos. Y en ese algo que se rompe está el click que anuncia el ruido de una sociedad en decadencia.
Nuestra decadencia es sin prisa pero sin pausa. Hoy un juramento y mañana un traición. Monologar palabras huecas en el aire sin admitir una sola entrevista ni una sola pregunta. Sin sentirse en la obligación de dar explicaciones y nosotros resignados a no pedirlas.
La mentira de los que mandan, utilizada para justificar lo que no se puede justificar. La corrupción en carne viva. La decadencia sin caretas. La decadencia sin medias tintas. Una dirigencia sin escrúpulos ante una sociedad sin reflejos.
Decadencia. Eso sentí esta semana… y si no que lo diga el Flaco Spinetta, el poeta genial que escribió en otra Argentina: “Muchacha ojos de papel, ¿adónde vas? Quédate hasta el alba. Muchacha pequeños pies, no corras más. Quédate hasta el alba… Duerme un poco y yo entretanto construiré un castillo con tu vientre hasta que el sol, muchacha, te haga reír hasta llorar, hasta llorar…”. El Flaco se fue de este mundo esta semana… y está bien que un poeta de su talla se haya ido. Mientras él agonizaba con sus sueños de poesía para otra Argentina, la gente se agolpaba en un teatro marplatense para escuchar su propia decadencia en boca de los Wachiturros: “tirate que? tirate un paso, tirate un ro tirate un paso va para adelante y tirate un paso este movimiento pa que mueva el ojete muevelo muevelo mueve el cachete tenes la cola grande y estas pa comerte…”

Horacio Ricardo Palma
El Dia de Gualeguay
Gualeguay
Entre Rios

4 comentarios:

capitan futuro dijo...

Bien Palma! Eso, juéguese! O sea, no estas de acuerdo con la represión. Bien, estamos de acuerdo en una. Repudio, detesto, repulso la represión estatal a la protesta social de cualquier índole. Está bien señalar lo de la ruptura. Buen punto. Algo se rompió o se puso en tensión entre los que desde el progresismo, la izquierda o como queramos llamarlo apoyan a cristina. Pero ese algo esta tensionado desde antes y es la repulsa a la Megaminería y a la depredación de nuestro medioambiente y nuestros recursos naturales. consejo: no cantes victoria antes de tiempo, como cantaron victoria con la 125. Esto es coyuntural y tendrá una resolución para un lado o para el otro en el mediano plazo. Y la solución política es la que termina con el conflicto. de ahí a que cristina pierda poder...mmmmmmmmm

Anónimo dijo...

Palmeta, seguís sangrando por la herida del orto. ¿Daño ocasionado por el largo, grueso y duro dedo de justicia que en cada juicio contra los milicos genocidas se introduce en tu ya maltrecho ano?.

Anónimo dijo...

palmita ahora sos revolucionario de izquierda , ahora estas en contra de las multinacionales imperialistas y en contra de las represion , jeeee pobre palmita la desesperacion ya lo lleva a delirar , se imaginan el comandante palmita , la subcomandante chechu y la miliciana palomita alarcon del ejercito revolucionario del fracaso

Anónimo dijo...

Horacio,te pido un favor, no lo cites en tu columna al Flaco Spinetta. Es un insulto a la memoria de un gran musico y poeta que en vida desprecio profundamente a todo lo que vos representas. Tambien nos faltas el respeto a todos los ocasionales lectores vendiendo una sensibilidad ajena al espacio cultural de tu jauria de torturadores y violadores.
Se honesto apologista del horror.

Saludos
AVOMPLA