Apareció sin pañuelo. Orgullosa mostró su cicatriz. Por primera vez los medios posaban la mirada en su cuello desnudo, antes que en ese cuarto de millón de dólares que ostenta en joyas de oro y brillantes.
"Muestro la cicatriz porque después dicen que no me operé..." dijo medio en broma medio en serio la presidentA.
Tuvimos suerte entonces... pues si la hubieran operado de hemorroides, el sinceramiento visual hubiera sido repugnante.
2 comentarios:
1- Entonces, con ese espíritu, el de poner los ojos en las joyas (no sabía de tu oficio de tazador de halajas) tiene razón: si se lo tapaba, periodistas como vos seguro decían "no se operó" o "fué un lifting" o lo que sea.
2- Con respecto a Sendero Luminoso y la realidad de Perú: el artículo tiene razón. Sendero era una organización terrorista. La diferencia con argentina (además de la enorme diferencia entre las organizaciones de los 70 y sendero, en lo ideológico y en lo práctico) radica en que a sendero y al ejército se los juzgaron. A sendero en juicios increíblemente medievales y carentes de sentido, con jueces y fiscales encapuchados, sin abogados defensores y el ejército con el reconocido caso de "Masacre de barrios Altos" Si hoy el pueblo peruano no recuerda quién fué Abimael Guzmán es porque está juzgado y condenado por un estado democrático. Si aquí hay gente que no sabe quienes fueron los militantes de los 70 es porque el estado terrorista los desapareció
Esa cicatriz o no es real, o no es de una operación de la tiroides. Debería estar dos cm. más abajo.
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