jueves, 28 de octubre de 2010

La esperanza de una Argentina reconciliada


Un manto de pulcra y fina y blanca hipocresía suele cubrir la memoria de los muertos.
Hay un “apiadarse” ante la muerte, que nos anula el mal decir de aquél a quien el final de la vida ha venido a tocarle la puerta.
Pero además en Argentina estamos los argentinos… que con una capacidad pasmosa para endiosar o demoler gentes y honras de la noche a la mañana, solemos alentar una obsecuencia con los muertos, que raya la morbosidad.
Así ha ocurrido este miércoles 27 de octubre en Argentina con la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. De pronto, como por arte de magia, los mismos que el martes lo comparaban con el diablo, el miércoles descubrieron en él un “prócer”.
Algunos llaman a esto piedad. Otros, hipocresía… tal vez sea apenas un algo de necesaria humanidad ante el reflejo en esa muerte, de nuestra propia muerte.
Ha muerto Néstor Kirchner, el gran confrontador. Y casualmente, el sábado anterior a su muerte, participé de un encuentro con un puñado de argentinos en el Seminario Mayor Metropolitano, un edificio centenario de la ciudad de Buenos Aires donde cursan estudios seminaristas que luego serán sacerdotes.
El encuentro lo dirigió Mons. Carmelo Giaquinta, y el tema que tratamos fue: El perdón.
Así como la muerte, también es complicado tema humano este del perdón.
Comento esto, pues el encuentro en cuestión estaba organizado por Víctimas argentinas de los años 70. Pero Víctimas ciertas de los años 70, y no víctimas de utilería.
Víctimas del terrorismo de Argentina. Familiares de ex terroristas muertos en enfrentamientos con las fuerzas armadas o de seguridad de la Nación, familiares de desaparecidos. Ex terroristas, ex militares… y también había hijos de militares presos, estudiantes, periodistas, amas de casa… en fin.
Escuchamos y palpamos allí esas llagas de nuestra historia. Esas heridas de nuestra querida Argentina que habían comenzado a cicatrizar… hasta que el ex presidente Néstor Kirchner decidió untar con sal.
Fue Néstor Kirchner quien decidió rasgar las heridas setentistas del dolor, que según las víctimas ciertas, estaban comenzando a cicatrizar. Y fue él como nunca nadie otro, quien decidió exponerlas en carne viva.
Así fueron sus formas. Confrontar. Sí, así fueron sus formas: Confrontarnos.
Claro que entonces esta muerte repentina. La inesperada muerte súbita del hombre todopoderoso. Ese plumazo de realidad que grita “¡¡sonpocacosa!!”, y que lo grita en el seno del Poder obsceno.
Y el polvo otra vez al polvo. Las cosas en justa perspectiva.
Y ahí está la muerte que iguala, sí, y que “abuena”. Esa muerte que tamiza hasta las vulgaridades más difíciles de entender, como cuando Néstor Kirchner tocó madera y se tocó los testículos actuando un conjuro contra la mala suerte, al pasar junto a un ex Presidente tan peronista como él. Tan argentino como él. Tan persona como él.
Un hombre bien nacido no debe hacer esas cosas. Pero Kirchner lo hizo.
El hombre que ha muerto, y al que la muerte lo ha untado con honores inmerecidos, es el mismo que casi nunca invitó a los ex presidentes de la República a sus actos oficiales.
El Poder embriaga. El dinero también. El hombre poderoso y millonario se siente omnipotente. Inmortal. No cree que algo tan pequeño como una arteria pueda acabar tan fácilmente con su inmortalidad.
Y fue precisamente por eso, por las heridas mil veces abiertas y saladas por Néstor Kirchner, que un grupo de argentinos trabajábamos el sábado pasado la necesidad del perdón, con la sincera intención de horadar esa enorme pared de corazones insensibles que gritan cada día: NOSOTROS NO PERDONAMOS.
En ésas andábamos el sábado, en pos del perdón sincero como primer paso para una reconciliación nacional.
Nunca mejor que para estos días, las palabras finales de Mons. Carmelo Giaquinta, dichas esa tarde de sábado fresco de octubre con la sabiduría de sus ochenta pirulos… “Esta tarde nos ha reunido el dolor. Un dolor ya viejo, pero siempre nuevo. Un dolor que para muchos de Uds. no es un relato, sino muy personal, pues les arde como si le echasen sal en la herida. Es el dolor de los años setenta. Un dolor que evoca palabras que no deberían figurar en el diccionario, pero que en esta Argentina del Bicentenario tienen una vigencia inusitada: guerrilla, desaparición, represión, tortura. Pero nos ha reunido, sobre todo, la esperanza de una Argentina reconciliada. No nos resignamos a legarles a nuestros hijos y nietos esta Argentina lacerada por tantos odios.
La tarea a emprender es sobrehumana. La enseñanza de Jesús sobre “perdonar setenta veces siete”, y “perdonar de corazón”; su enseñanza sobre “amar al enemigo y rogar por los perseguidores” es un faro potente, que ciertamente puede iluminar el camino a recorrer.”

Sabias palabras las de Giaquinta, que deberían escuchar los que nos representan en las esferas insensibles del Poder. Yo no sé por qué razón Néstor Kirchner puso tanto empeño en salar heridas dolorosas para tantos argentinos. No entiendo las razones de Néstor Kirchner para militar en ese desencuentro de los argentinos que se produce al intentar contar una historia por la mitad. Nunca entendí esa necesidad imperiosa de Néstor Kirchner de ventilar un dolor, esforzándose por esconder el otro.
Eran sus formas, sí… pero algún día deberíamos aprender los argentinos que un país grande no puede hacerse desde las mezquindades de los rencores mal curados del político de turno.
Néstor Kirchner se fue de esta vida en el apogeo de su carrera política. Ostentaba todo el poder… tal vez eso sea lo impactante de esta muerte.
La historia de Argentina puede ser contada como una historia plagada desencuentros. Y los desencuentros históricos de los argentinos pueden escribirse con ríos de sangre inocente.
Y aún así no aprendemos.
Ahí están todos junto al cadáver de su líder, amparados en el boato real. Resguardados en la torre de mafil. Yo rezo… rezo con toda mi alma para que esa imagen de la muerte tan cercana, tan palpable… tan dolorosa, troque los corazones duros de todo ese séquito que insta a NO PERDONAR y que insiste con las antinomias y que milita por la discordia y que no tiene empacho en gritarlas junto al féretro cerrado con los puños cerrados en alto.
Rezo a mi Dios, para ver si al menos el dolor de la muerte amansa esos corazones de piedra… y puedan entender al fin, y comprender y militar por un país para todos y con todos.
Me niego a perder la esperanza de ver finalmente una Argentina reconciliada.
Deseo de todo corazón que esta muerte no sea en vano. Que el dolor sirva. Que ablande los corazones de los que mandan, y les abra los ojos y el alma para emprender una Argentina reconciliada. Una Argentina con todos.
Una Argentina alejada de las revanchas estériles que durante tanos años la ataron a un destino incierto, con esos lazos repugnantes del odio.
El día que aprendamos la lección de la Concordia, todos nuestros muertos podrán descansar en paz. Estoy seguro de eso.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer la "clase" política nos dio una magistral clase de hipocresía, nos hicieron recordar aquel viejo caudillo político que estampó una frase para la historia, algo así como: "hoy este viejo adversario, viene a despedir a un amigo".La verdad es que Kirchner no era amigo de nadie y menos dentro de la política, “esa frase no le hubiera cuadrado”.

A los que se creían sus amigos: Julio De Vido, Claudio Uberti, Rudy Ulloa Igor, Ricardo Jaime, Cristóbal López, Lázaro Báez y cuanto sátrapa santacruceño circule con un negocio importante... eran todos títeres del gran titiritero. Ahora no solo se les acabo el negocio, deberán enfrentar solos la justicia en todas las denuncias por corrupción, asociación ilícita e enriquecimiento ilícito.

Creo que nadie del arco opositor quiso “echar sal” sobre las heridas que la muerte provoca en el seno familiar y más bien se “echó azúcar”, para con amor falso o verdadero, regenerar el tejido de la herida y de la sociedad argentina.

Néstor Kirchner es el “gran escapista”, esta vez le escapó a la justicia humana, la que sin duda algún día le hubiera exigido que rindiera cuentas por tantas felonías. Pero no… ayer se le tributaron los honores típicos del folklore místico peronista hacia los muertos, como si fuera un prócer. Dios sabrá perdonarlo o lo pondrá en su justo lugar… solo deseo que los 2 Reyes, el del cielo eterno y el del fuego eterno, no tengan que enfrentar a un “tuerto” que les disputa el poder en su reino. Que esté donde debe estar y que descanse en paz… si puede hacerlo. Sus cuentas pendientes serán pagados por otros, los que se quedaron detrás del ataúd y reunidos con sus abogados para pulir sus futuras defensas… será justicia!

Anónimo dijo...

Octubre 28, 2010

Hipócritas - María Zaldívar – Parte I

No es grata la hipocresía en ninguna circunstancia; sin embargo abunda y por eso ya quedó inaugurada la lista de los hipócritas que han ido apareciendo tras la noticia de la muerte de Néstor Kirchner.

Hipócritas las expresiones de gran parte de la dirigencia argentina que intenta sonar acongojada Hipócritas los que exaltan la personalidad de Kirchner denominando "pasión" al modo con que maltrataba a los opositores y tergiversaba la verdad

Hipócrita Hugo Moyano cuando invita "a los trabajadores que puedan venir" a la movilización "espontánea" a Plaza de Mayo.

Hipócritas los que hoy prefieren omitir de las crónicas necrológicas
- los 600 millones de dólares que nunca devolvió a la provincia de Santa Cruz y su desmedido enriquecimiento personal;
- la persecución a los militares;
- el manejo espurio del poder con el que presionaba a jueces, legisladores y empresarios;
- la arbitrariedad de dividir el mundo entre súbditos y enemigos;
- la descalificación permanente del adversario;
- la falta de límites;
- el doble discurso y
- la distorsión de los hechos

Anónimo dijo...

Hipócritas - María Zaldívar – Parte II

Hipócritas los que cambian su discurso frente a la muerte
Hipócritas los peronistas que declaman la inmortalidad del líder recientemente desaparecido y están hoy mismo elucubrando escenarios porque, en verdad, ya lo enterraron y el tiempo de negociar salida con impunidad está corriendo desde ayer a la mañana.
Hipócritas los que aluden temerosos a los fantasmas que amenazan el poder de la presidente cuando son los integrantes del partido gobernante los únicos que pueden ponerlo en riesgo y llenarlo de violencia como en el ´73 y como hace una semana.
Hipócritas los dirigentes de países vecinos con los que Kirchner cosechó conflictos innecesarios y que ahora le dedican elogiosos adjetivos a una gestión conciliadora que jamás ejerció.
Hipócritas.
Tendremos unas semanas más de hipocresía en grandes dosis porque es un tic nacional no decir las cosas como son y cuando se debe, defecto exacerbado hasta el delirio por la conducción K.
Porque ya no queda coraje en esta Argentina devastada en su dignidad nadie describirá la realidad de un oficialismo tan mezquino que se atrinchera en la Casa de Gobierno como si fuera "mía, mía, mía" para seguir digitando quién sí y quién no y de una oposición tan vulgar que tuvo que recibir de su máximo adversario la solución a su
incompetencia para enfrentar una coyuntura compleja.

Anónimo dijo...

Hipócritas - María Zaldívar – Parte III

Cuando se calmen las ansiedades y las pantallas dejen de reproducir "clichés" habrá que seguir.
Como eso de que "debemos estar todos unidos apoyando a la presidente" es una frase hueca que nadie sabe cómo se materializa cuando se está frente a un grupo monolíticamente endogámico es que como ciudadana rasa, le rogaría a la militancia peronista que,
- por una vez, se hiciese cargo,
- no mirara a la tribuna,
- no tirara la pelota afuera,
- intentara no cosechar tempestades aún después de la siembra de tanto viento innecesario y
- se esmerara en evitar más violencia que la que nos dejó instalada Néstor Kirchner.
Es posible y depende sólo de ellos.

capitan futuro dijo...

de la único que no se hablo en estos dias es en darle un indulto a los genocidas....

Anónimo dijo...

FESTA, FARINA E FORCA!

FESTA = FIESTA = FÚTBOL PARA TODOS = TINELLI.

FARINA = PLANES SOCIALES DE NO TRABAJAR.

FORCA = MARIANO FERREYRA - NÉSTOR KIRCHNER.

Igual que en la época de Imperium Romano, lo importante es felix negotia populi.

Anónimo dijo...

¿Porqué el Cajón cerrado y sellado?

¿Se suicidó presa de una gran depresión... atormentado por las derrotas políticas y un encarcelamiento próximo?

¿Porqué el certificado de defunción no lo firmaron los médicos de la Clínica, donde supuestamente falleció, y sí lo hizo su médico personal?

¿Porqué los arreglos previos del panteón del tío y la compra de parcelas en Santa Cruz?

¿No están ocultado la verdad?

Existen muchas dudas... y el tufillo tiene mal olor.

Anónimo dijo...

¿Porqué el Cajón cerrado y sellado?

¿Se suicidó presa de una gran depresión... atormentado por las derrotas políticas y un encarcelamiento próximo?

¿Porqué el certificado de defunción no lo firmaron los médicos de la Clínica, donde supuestamente falleció, y sí lo hizo su médico personal?

¿Porqué los arreglos previos del panteón del tío y la compra de parcelas en Santa Cruz?

¿No están ocultado la verdad?

Existen muchas dudas... y el tufillo tiene mal olor.

Anónimo dijo...

Palmeta ¿te acordás cuando apostaste a qué cómo parte de los festejos del bicentenario Cristina, mediante decreto, le daría prisión domiciliaria a los militares "octogenarios" presos?.
¿Te acordás cuando llegaron los "agrodiputados" al congreso y estabas convencido de que íbamos hacia una "definitiva reconciliación"?
Palmeta ¿ viste los Pañuelos Blancos sobre el cajón de Néstor?
Seguí chamuyando...!!!

Anónimo dijo...

Kirchner no murió. Vive en una quinta en las afueras del partido de moreno.
Comparten la misma Yabrán, Elvis (está muy viejito), Luca Prodan y otros.
La quinta habría pertenecido a Carlos Gardel, quién se habría recluido en ella luego del accidente en Medellín que lo dejara desfigurado por las quemaduras.

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