viernes, 10 de septiembre de 2010

Resistiré - Luz García Hamilton tras su visita a Marcos Paz....


El lunes finalmente fui a Marcos Paz. Pude ver con mis propios ojos cómo viven los presos políticos, si es que realmente viven. Presos y tras las rejas – en el sentido literal de la palabra – muchos de ellos sin siquiera tener condena, ven pasar los días y correr los años con la desesperanza que les da la falta de verdadera Justicia, y el sueño de poder hacer de Argentina, un país donde haya paz para dejarles como toda herencia a sus hijos, que crecieron sin papás.

Llegar a Marcos Paz fue un periplo largo, para visitar a los presos en la cárcel, no importa que sean presos políticos, delincuentes comunes ó altamente peligrosos, hay que hacer tantos “tramiteríos” que realmente hay que estar convencidos de querer ir y disponer del tiempo suficiente para llegar, hacer cola, someterse a una larga revisación y correr el riesgo de no poder entrar.

No fui en calidad de periodista, sino de cuidadana común y como tal me sometí a la rigurosidad de los controles, acatando todas las normas y condiciones. No fue fácil el ingreso, sin embargo, no hubo tampoco incidentes de ningún tipo.

Tras dos horas de viaje y al internarse en un largo camino de ripio donde la tierra volaba a los cuatro vientos, ya se vislumbra el enorme edificio blanco con techos verdes en medio de la llanura, donde los hombres sienten que han perdido todo, menos la dignidad. Porque si algo los distingue es justamente eso, la dignidad y la hombría con la que aceptan su realidad, sin el menor ánimo de armar revuelo pese a la angustia y la tristeza que muchas veces los agobia y les pesa tanto como la vida misma.

Los hombres entran primero en el turno de las visitas, cuando ellos salen recién llega el turno de las mujeres que lunes y jueves tienen autorización para visitar a sus familiares y compartir con ellos el almuerzo….sólo dos horas y una chicharra horrible suena anunciando el final de la visita…todos se van, cabizbajos, “cada uno a su rancho”.

En un pabellón enorme, pulcro y frío, están dispuestas las mesas, ya cada una de las visitas sabe, por el color del mantel que el preso ha colocado, cuál es la de su familiar y se va ubicando…pasan los minutos y crece la tensión y las ansias de verlos. Mujeres y niños esperan ver a su hijo, a su padre, a su hermano, a su amigo…de pronto se abre una reja naranja de par en par y con ruido a cadenas….una “helazón” recorre el alma….y en fila india comienzan a aparecer ellos, arrastrando una sillita como si fuera una pesada mochila…los chicos van a su encuentro, se abrazan, hay lágrimas y risas por igual. Ellos están serenos como para no angustiar a sus familiares, como para darles tranquilidad. No hay gritos ni hablan en voz alta, cada uno se sienta con su familia y trata de estirar los minutos al máximo compartiendo cada palabra, cada mirada, cada gesto. Conmueve la imagen. Duele. Estremece.

Pienso en la Justicia, ¿cuál Justicia?, que pasará por la mente de los fiscales que investigan los delitos que ellos llaman de lesa humanidad?, y por la de los Jueces que tienen que decidir sobre la libertad o no de estos seres que en su momento lucharon por la Patria?. ¿Qué sentirán cuando ven que hay personas, hombres como ellos, que llevan años en una cárcel, despojados de todo y de todos y que no sólo no han sido condenados sino que ya habían sido amnistiados por Gobiernos anteriores?, creerán ellos en verdad que es serio permitir que las leyes se modifiquen según los intereses de los gobernantes de turno?, les parecerá a los juristas que estudiaron TANTO esas leyes, que en un país serio esto puede pasar?. Y qué sentirán cuando por ejemplo reciben una orden, un decreto o como lo quieran denominar, que les prohíbe investigar delitos cometidos por la guerrilla y que han sido aberrantes como por ejemplo los asesinatos de María Cristina Viola o Paula Lambruschini por sólo mencionar algunos?…les parecerá sensato?…y me sigo preguntando mientras miro a cada uno de ellos buscando un rayito de sol para compartir con los suyos…les parecerá normal que mientras ex guerrilleros que mataron, que violaron, que torturaron o sus familiares han recibido jugosos subsidios u ostentan importantes cargos, estos presos políticos, muchos de ellos mayores de 80 años!!!! estén en el más absoluto abandono y sus familiares solos y humillados….en serio les parecerá normal?

Y miro otra vez a los presos políticos, hay 20 de ellos en huelga de hambre, protestan pacíficamente, se cansaron de la injusticia, si de la IN JUS TI CIA, querrán ellos seguir viviendo?, ¿quién se hará cargo de sus muertes si algo llegara a pasarles en cautiverio?. Por ahora están controlados, pero ellos están convencidos y han decidido “sacrificarse”, ya no importan ellos, pero si los otros casi 900 presos políticos que hay en el país y a los que parecen ignorar. Ahora, habrán pensado los fiscales, los jueces, quienes responderán por esto?, y si el día de mañana se los declara también delitos de lesa humanidad????, lo habrán pensando?

Ojo!!, no se confundan…..nadie quiere hechos de violencia, NADIE, ni siquiera los presos políticos que añoran una Argentina en paz. Violencia, atropello, torturas, NOOO, NUNCA MÁS….en Argentina hubo una guerra, como toda guerra, sucia y cruel y eso debe servir para aprender, para pacificar, para construir y no para destruir. ¿Si se han cometido excesos?…y si, probablemente, lamentablemente…ha habido excesos y abusos de ambos lados, era una guerra, no lo entienden asi?. Pero han pasado 34 años, 34!!! Y cuando el país parecía que comenzaba a perdonar, que no significa olvido, desde el Gobierno volvieron a revolver heridas, a abrirlas, a alimentarlas con odio, con divisiones, con resentimiento….todo lo que no debe hacerse cuando se intenta en serio construir un país, sacarlo adelante.

Los minutos pasaban, corrían….afuera el sol brillaba, sin embargo no alcanzaba para calentar….el frío en el alma de cada uno era evidente por más malabarismos que hacían para no entristecer a sus familiares. La injusticia duele, hiere, no se comprende.

Muchas historias, una en cada mesa….una hija que se casa y el padre que no podrá estar….un oficial de más de 80 años muy enfermo que no da más; varios con cáncer, con deficiencias respiratorias, con problemas serios de salud….alguien que no ve a sus hijos hace años y que en silencio sufre y se hace añicos….porque para él la familia es su única razón de vivir…otros preocupados por su madre o su padre que carga la angustia de un hijo tras las rejas, varios que no conocen al nieto o que no lo pueden ver. Un clamor general, piedad para los mayores de 80, no se puede tolerar verlos acá!!!

Y otra vez me transporto a los jueces….ellos habrán pensado que esos presos, odio llamarlos presos!!! Pero están privados totalmente de su libertad, despojados de sus familias, humillados a más no poder….PRESOS, aunque esa palabra cause una llaga en los corazones de sus familiares….podrán imaginar si ese PRESO fuera su hijo ó su padre?

Son tiempos turbulentos….el kirchnerato se bambolea, las encuestas no les son en absoluto favorables…cada vez hay más descontento y más hartazgo al “régimen” como lo denominan….muchas cosas están saliendo a la luz, la verdad histórica empieza a contarse tal cual fue….pero no con sed de revancha, sino con ansias de pacificar. Nadie teme en este circo que las cosas se den vuelta y que les toque sentarse en el banquillo de los acusados a dar testimonio de tantos atropellos???, no son los derechos humanos para todos los habitantes?, qué pasa?…¿qué nos pasa a los argentinos?

Sigo mirando la escena mientras almuerzo con algunos de ellos. Hay pocas visitas, muy pocas. Es lejos, es cierto y no es fácil. Pero…¿qué se han hecho los camaradas que defendieron la Patria?, seguramente están con miedo y a ellos los comprendo….todos gozan de libertad condicional en este país…y lo saben, mal que les pese. Me pregunto, y los oficiales en actividad?, no van a pedir nunca por ellos?, por los hombres de su Ejército?, y los amigos?, que se han hecho?, tantos, tantísimos fueron los argentinos que aplaudieron el golpe, que rogaron que el comunismo no se apropie de nosotros y….¿dónde están todos?…salvo honrosísimas excepciones como algunos viejos y LEALES amigos que acompañan y contienen, o como el trabajo que generosamente están desarrollando los abogados de Justicia y Concordia que cada semana visitan presos políticos, el resto NO ESTÁ….o por lo menos no los visita porque a decir verdad quienes estamos en contacto diario con la gente sabemos que quienes queremos LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN somos cada vez más….los que queremos una Justicia independiente somos millones y esos millones confiamos en que algo tiene que cambiar.

El almuerzo está terminando, todos miran el reloj nerviosamente….saben que en minutos más sonará la chicharra….y suena implacable, no hay ningún tipo de alargue ni de otro tiempo…de inmediato se despiden, en silencio, con abrazos, con congoja, CON DIGNIDAD, sin llantos ni escenas…en fila india se van a sus celdas….ordenados, pacíficos, con el dolor en el alma pero la frente en alto…

Las mujeres con “la ñata pegada al vidrio” como decimos por estos pagos, quedan mirándolos a través de una reja hasta que los ven desaparecer por un largo pasillo, algunas los llaman, ellos se dan vuelta y tiran un beso….me duele el corazón en serio, no lo puedo creer. En el jardín por llamarlo de algún modo….espacio verde, pasto, alambrados altísimos….alguien esquila unas ovejas…parece reinar la paz allí afuera…claro, ellos, los soldados de la Patria, quienes defendieron a Argentina aun con sus muchas equivocaciones que como todo hombre las habrán tenido, no hacen “alaraques” ni manifestaciones de ningún tipo…con hidalguía se van adentro a sus celdas donde seguramente podrán llorar en soledad o refugiarse en sus oraciones pidiendo a Dios que no los deje flaquear y que les de salud para aguantar, sólo esperan poder trabajar para que sus hijos vean una Argentina pacificada.

Ninguno tiene rencor, todos dicen aborrecer cualquier hecho de violencia. Como si el tiempo y los años los hubiesen tranquilizado. Soportan con dignidad, quieren creer que habrá Justicia….que los hombres del derecho harán primar la razón a las presiones, que su encierro no habrá sido en vano. Si esto sirve para pacificar, entonces resistirán.

Nos vamos….el sol sigue alumbrando como apiadándose del ánimo de las mujeres que serán una treintena, no más y que vamos rumbo a un ómnibus que nos lleva de vuelta…nadie habla….NADIE.

Tengo una sensación rara…mezcla de sentimientos. Me abruma verlos, aún cuando no soy familiar de ninguno, rumbo a sus celdas, ahí, tras la reja. La libertad es el bien más preciado, me pregunto si alguien está libre de culpa…vuelvo a pensar en los fiscales y en los jueces….pido en silencio que Dios los ilumine y casi estoy segura de que lo hará.

Me emociona por otro lado la dignidad con la que viven en el encierro, lejos de sus familias, de sus afectos, del mundo. Hay que tener temple para aguantarlo, y vaya que llevan años…

Cierro los ojos y me viene una canción a la mente…una canción “pegajosa” que posiblemente ellos ni por casualidad conozcan pero que tiene una letra que me llega hasta lo más profundo porque encierra sueños, esperanzas, coraje, garra….y no se porque, en el mismo momento de dejar el penal de Marcos Paz me vino a la mente, se llama “Resistiré” y era de una novela que jamás vi….pero que transcribo acá porque quisiera cantársela a los que quedan allí, tras las rejas, cuando ya fueron amnistiados ó cuando no han sido juzgados…y vaya que me parece injusto que las leyes no se respeten y que los derechos humanos (¿humanos?) sean solo para un sector. La letra es maravillosa…quizás haya algún guitarrero entre los presos políticos…quizás…

Resistiré….


1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTIMADOS SEÑORES: Necesito saber ¿por qué están presos esos hombres?.
Se dicen cosas respecto de su carencia de humanidad. que está probado su obrar monstruoso con detenidos por ellos, detenidos políticos también. Pónganse en lugar de los que estamos asombrados de tantos horrores, cometidos por los extremstas de ambos lados. A mi no me alcanza conque me digan lo mucho que sufren en prisión. Hasta puedo llegar a alegrarme muchísimo de que estén presos, y de que sufran; por ejemplo, los que empalaron al niño Floreal Avellaneda.