Marcos Paz, 04 de Septiembre de 2010.-
Señores Jueces:
¿ Saben Ustedes quiénes se hallan prisioneros en las cárceles ?. La ley, el honor, la inteligencia, la libertad, el Derecho. La posteridad podrá completar esta narración, pero nunca podrá desautorizarla. Ella vendrá a llenar la inflexible función de los jueces que han faltado a sus deberes. La sociedad ha colocado bajo su custodia, lo más augusto y venerable, el libro de la ley y los ha hecho jueces.
La gran mayoría de los Magistrados hieren a muchos corazones sinceros. Desconciertan a la sociedad afligiendo a las familias.
En cuanto a mi persona, puesto que puedo hablar de esa historia como actor, digo en voz alta que he visto y veo los juicios sin tribulación. Digo más, cuando logro abstraerme del presente, cuando logro separar los ojos un momento de todos los Presos Políticos que agonizan en las cárceles y de ese juego cuyas piezas lo constituyen una poderosa acción psicológica que mina la salud, diré que se muere lentamente.
Cuando me propongo olvidar por algunos instantes, tan dolorosos pensamientos -martirio habitual de mi espíritu- logro encerrarme y no considerar el hecho y sí, solo en sus resultados.
Ustedes, los Jueces, creen juzgar y condenar inocentes, cuando en realidad juzgan y condenan a muerte a la Magistratura en forma inexorable.
Cuidado: La conciencia de los argentinos despertará, se saldrá de su modorra y cuando Argentina despierte, cuando abra sus ojos, cuando distinga, cuando vea lo que tiene adelante de ella, retrocederá con un estremecimiento terrible ante el monstruoso prevaricato.
No olviden, señores Jueces, que Argentina sangra, pero no muere. ¡Libertad!. Tú no mueres. Uno de estos días, en el momento en que menos lo esperen, cuando ya parezca olvidada en absoluto, se levantará.
No es mi intención desobedecer a la jerarquía judicial, sino ayudar a lo institucional para que cumpla con fidelidad su cometido y que el Magistrado, a su vez, sea fiel a la voz de su conciencia.
Callarse y claudicar, es dejarse llevar por lo que hacen muchos y de este modo no hay posibilidad de corregir errores. Esto es lo difícil, lo que hace sufrir y no se debe silenciar.
No solo se ofende la dignidad de la persona, sino también se degrada el sentido de majestad de la Justicia. Lo único que logramos es inspirar sentimientos implacables y contagiosos de odio y de venganza. Piensen que están engañando a la juventud, deseosa de conocer lo que realmente aconteció. Están asentando en el libro de la República, la mentira, agraviando a la inmaculada Justicia.
Ahora bien, tomemos una balanza, pongamos en uno de los platillos al Juez y en el otro, a aquel Preso Político que actuó en defensa de la ley: ¿ De qué lado se inclina ?.
Si en algo alivia sus cargadas cruces, no son Ustedes los únicos responsables de tantas irregularidades. También lo son: la prensa, la actividad política, el gobierno, el Parlamento y la misma Iglesia.
Pesa una responsabilidad aún mayor, para la inacción de nuestra sociedad argentina, que resta importancia a un acontecimiento de trascendencia mundial (Década del ’70). Es una actitud de hipocresía, que nada hace para que se escriba en el libro de la República la verdad verdadera. Silencia las notorias y diarias arbitrariedades que se cometen en los juicios, sin advertir que sus hijos se formen en el engaño.
Se hace necesario que la cordura retome la senda de la verdad y de la justicia para todos los argentinos y que la violencia ceda al orden dentro de la libertad y de la justicia. Que todos volvamos a sentirnos hermanos en la devoción y lealtad a la Patria, olvidando el recelo, el odio y la venganza; no olvidando la desgracia que enlutó a la Argentina, que tal vez intente volver a ensangrentar nuestro suelo en un mañana que nadie desea, pero que sería imprudente descartar.
No participo en política. Hay gente que entiende ese tema mejor que yo, pero explíquenme por favor: ¿ Porqué en nuestro Poder Judicial, gente absolutamente incompetente es la que tiene la palabra final ?.
Tal vez, exijo cualidades morales demasiado altas a ciertos Magistrados.
MIGUEL OSVALDO ETCHECOLATZ
Comisario General (R)
Preso Político
L.E. Nro. 5.124.838
4 comentarios:
Así es, Comisario Etchecolatz.
Argentina no muere, pero está arrinconada. Ha sido anestesiada, pero sus fuerzas ancestrales, profundas están bullendo por subir a la superficie.
La Magistratura es solo un brazo ejecutor de la venganza.
VERDAD TOTAL!
MEMORIA COMPLETA!
JUSTICIA IMPARCIAL!
Rosalía
Así es, Comisario Etchecolatz.
Argentina no muere, sólo está
arrinconada. Ha sido anestesiada, pero sus fuerzas ancestrales bullen por subir a la superficie.
La Magistratura es sólo el brazo ejecutor de la venganza.
VERDAD TOTAL!
MEMORIA COMPLETA!
JUSTICIA IMPARCIAL!
Rosalía
Argentina murió cuando ustedes creyeron que, empleando los mismos métodos de la guerrilla, iban a erradicar ese flagelo, lo que los convirtió en un flagelo mayor, con el agravante de que, aún hoy, a 34 años de lo sucedido, tienen el repudio de una sociedad que creyó, que confió, que puso su esperanza en quienes debian defenderla pero se convirtieron en pandilas peores que las que supuestamente debían combatir. Como tantos otros miles de ciudadanos, apoyé al Proceso. Ustedes defraudaron a millones que creyeron, equivocadamente, que eran defendidos de la violencia zurda. Hoy, leer que Ud. se llama preso político, no me causa gracia. Me da asco.
A usted Daniel le dará asco… pero seguro que a partir del aniquilamiento del terrorismo, pudo vivir en paz, una paz que nuevamente hemos perdido.
¿Sabe porqué son Presos Políticos?
• Porque no se han respetados sus derechos individuales, constitucionales y jurídicos.
• Porque los juicios contra los “Crímenes de Lesa Humanidad” son un esperpento jurídico.
• Porque a los cerca de 900 Presos Políticos, privados de todas las garantías constitucionales, se les siguen sumando más Presos Políticos día a día más.
• Porque muchos de los Presos Políticos han superado ampliamente los 3 años de prisión preventiva sin condena (Ley 24390).
• Porque a los Presos Políticos de más de 70 años de edad y/o con graves afectaciones de su salud, se les niega la prisión domiciliaria ( Ley 24660 sgn. Ley 26472).
• Porque más de 106 Presos Políticos han fallecido en prisión, sin condena y en algunos casos por abandono de persona.
Hay muchísimos ejemplos más de porque son PRESOS POLITICOS, le guste a usted o no.
EXIGIMOS a los señores jueces cumplan con el juramento que prestaron de observar y hacer observar FIELMENTE nuestra Constitución Nacional.
De lo contrario Dios y la Patria se los demandaran.
Esto no lo digo yo, lo dicen los Hijos y Nietos de los Presos Políticos, quienes también son víctimas de todo este cirKo judicial.
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