Allá los muertos... acá, los "vivos

Allá los muertos... acá, los "vivos"

Hay hechos que, aunque a primera vista parezcan inútiles, con el tiempo se vuelven trascendentes.

No… no me refiero a eso de asfaltar el empedrado de una calle céntrica. No se ría. No hay nada más peligroso que un político asfaltando. Si uno no se corre, lo más seguro es que termine asfaltado… supongo que no faltará mucho para que el asfalto sea declarado de necesidad y urgencia por nuestros políticos de turno.
Yo hacía referencia a otro tipo de hechos.
Orlando Zapata Tamayo murió de hambre. Tenía 42 años. Era plomero y albañil. Desde el 2003 estaba detenido por un crimen aberrante: pensar distinto, y decirlo.
La dictadura de Fidel Castro lo encarceló y lo condenó a 36 años de prisión.
La historia comenzó así: En el año 2003, Orlando Zapata Tamayo fue acusado inicialmente de desacato, desorden público y ‘‘desobediencia'', y sentenciado a tres años de prisión. Una vez que la dictadura más cruenta y extensa de Sudamérica lo metió preso, en base a varios artilugios “revolucionarios”, lo halló culpable de otros actos desafiantes. Y como protestar contra la dictadura de los Castro es una afrenta que se paga muy caro, ya en prisión, los tres años de condena se multiplicaron por más de diez. Se hicieron 36.
Ay con estas revoluciones socialistas!… “libertarias” del imperio burgués.
Triste. Solitario y Final, el de una dictadura caprichosa manchada con tanta sangre de ciudadano empobrecido por el capricho de un tirano trasnochado.
Litros y litros de sangre inútil, para ahogar el grito desesperado de libertad.
Ay con estas revoluciones imbéciles!… Que terminan ahogadas en pobreza, en muerte, y en guetos vergonzosos e indignantes.
Ay de estos dictadores con aires de tiranos y lengua de verbo encandilado!… aniquilados en la opresión, la miseria y la muerte.
Orlando Zapata Tamayo, carpintero y albañil, se puso de pié ante la dictadura de Fidel Castro, y un día y gritó libertad. Y claro, la revolución no soporta esas maneras. Guay con el que chista. Y entonces lo esperado: Garrotes y cárcel. A Orlando Zapata Tamayo le encerraron el cuerpo… pero nada más. Desesperado por los golpes y los malos tratos, protestó de la única manera que le quedaba. Con dignidad.
Y comenzó una huelga de hambre. Y le dieron más palos. Y entonces, durante 83 días dejó de comer. Y la dictadura probó con el silencio.
Orlando Zapata Tamayo acaba de morir. Y la muerte la tuvo que anunciar su madre.
A la dictadura sangrienta de Fidel Castro no le dio la cara… mirá vos lo que son las cosas!!.
La canción del asesinato de Orlando Zapata Tamayo podría cantarla algún digno representante de la trova cubana. Podría ponerle música alguno de los tantos lacayos que la revolución caribeña de la muerte ha comprado durante tantos años.
Si hasta la canción del asesinato de Orlando Zapata Tamayo podría hacerla el gran León… cómo qué León?, el nuestro, el Giecco, quién más!!. A él, que le vienen al dedillo esas estrofas más largas que los compases, podría intentar una estrofa entrañable para el nuevo asesinato de la “hermosa revolución del comandante Fidel”.
Y podrían cantar la canción triste de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, un coro de Hebes de Bonafinis con sus blancos pañuelos atados en las rojas cabezas. Pero no. Claro que no. Que estas cosas, a los de la propaganda revolucionaria de la dictadura de Fidel, le gusta barrerlas bajo esa alfombra enorme, que cada día se parece más a un patético manto de silencio profundo llamado: VERGÜENZA.
Todos los demás humanos tendrán derechos para los cipayos de la revolución sangrienta de Fidel Castro. Orlando Zapata Tamayo no. Solo silencio.
Es la primera vez en casi 40 años que un activista de la isla muere de hambre para protestar por los abusos del gobierno.
"Ya asesinaron a Orlando Zapata Tamayo, ya acabaron con él. La muerte de mi hijo ha sido un asesinato premeditado'', afirmó Reina Luisa Tamayo con dolor profundo de Madre. “La autoridades cubanas lograron lo que ellos querían. Acabaron con la existencia de un luchador por los derechos humanos''.
Pero Orlando Zapata Tamayo no es el primero que muere de hambre en la dictadura de Fidel. Ya en 1.972 murió en la cárcel Pedro Luis Boitel, poeta y líder estudiantil que luchó primero contra la dictadura de Fulgencio Batista y luego contra la de Fidel Castro.
Así las cosas. A los 42 años, Zapata Tamayo, plomero y albañil, dejó de ingerir alimentos sólidos el 3 de diciembre pasado, para protestar por las golpizas sistemáticas de los guardias y muchos otros abusos que se cometen en la prisión de Kilo 7, en la provincia de Camagüey.
El caso de Zapata desató varias protestas callejeras de críticos de la dictadura a principios de este mes. Y las protestas derivaron en 35 personas detenidas. Y los detenidos después denunciaron golpizas durante las redadas.
Pero para eso están los países de la región. De la región más democrática del planeta: ¡América Latina!. Para denunciar las aberraciones a los derechos humanos.
Eso!!!, ahí sonarán las voces de los campeones de los derechos humanos del mundo entero… Chávez, Evo, Cristina… tan afectos a los discursos encendidos.
Pero no… silencio. Yo paro la oreja a ver si los escucho susurrar algo…. Pero no. Silencio. Silencio el emperador Chávez. Silencio en la voz del Evo “originario”. Y más silencio en la acalorada presidentA incomprendida del cono sur.
Ay!!, que se le muere un disidente a Fidel y la noticia se escapa de la isla.
Ay!!, que los pobres de la revolución resulta que ahora, que la revolución de los iguales ha triunfado en la isla de la fantasía (ahora son todos pobres menos los Castro), resulta que los muy cabrones del populacho quieren también libertad!!!.
Cristina hace mutis sobre la dictadura de Fidel. Ella prefiere criticar a Obama. A Cristina parece que el “negrito” por el que suspiraba medio mundo snob hasta hace unos meses, a nuestra Cris la desilusionó. Ella esperaba un “príncipe en un corcel blanco”… y le salió un yankee hecho y derecho.
Yo creo que Cristina sufrió un ataque de apocamiento cuando leyó los antecedentes académicos del “negrito”. Es que Obama tiene una lista interminable de pergaminos en las mejores universidades de Estados Unidos….imagino la cara de Cris cuando mandó a pedir su analítico de materias aprobadas en la Universidad de La Plata… ¿lo habrán encontrado?. Sonrío pero confieso que tengo ganas de llorar… hay quienes aseguran que el analítico de nuestra presidentA, no existe.
Mientras lo más granado de la democracia sudamericana hace oídos sordos a este nuevo asesinato de Fidel, un hecho que parece inútil, pero que el tiempo lo hará bronce, los argentinos estamos prendidos a la novela de Carlos Menem. Que viene. Que no viene. La vanidad del ex presidente nos abrió los ojos… en lugar de estar en el Senado, que para eso lo eligieron, el tipo estaba jugando al golf en La Rioja… acá somos de “vivos”!!