TOLERANCIA CERO

Pienso….luego escribo.
Por alguna razón, cada vez que publico lo que pienso, una catarata de preguntones acuden a pedir explicaciones. Parece prepotencia…yo creo que es otra cosa.
Qué porqué pienso esto, que porqué pienso lo otro, que porqué digo tal cosa. Que porqué defiendo esto, que porqué defiendo aquello. Que la derecha esto, que la derecha lo otro.
Ok, si me han sentado a la derecha, supongo que se quejan desde la izquierda. Perdón, yo dije izquierda, pero ellos se dicen progres.
Es curioso, yo llevo bebiendo de prepo más de 20 años de discursos “progre”. Y nunca se me ocurrió pedirles explicaciones del pensamiento. Mi abuelita me dijo que eso se llama tolerancia, así pues, desde mi tolerancia opté por otro camino. Elegí publicar lo que pienso. ¡¡Y zás…!
El progre, digo, ese que en su queja lastimera me ha puesto a la derecha de todo, tiene la extraña idea de que todo aquél que piensa distinto, es facho.
Denomino el título.
Nombro.
Formal membrete propongo,
Que aquel que piense distinto,
Reciba el mote de estorbo.
Y ahí vamos todos los estorbos a la misma bolsa. Pero bueno, si sólo lo pensara, la cosa no pasaría a mayores. El tema es que el progre tiene una idea más radical aún, la de creer que el que escribe desde otro lado les debe explicaciones.
Y son tan cocoritos, que si uno no se las dá, además de ofenderse lo tildan de cobarde, de falto de ideas, de rehuir al debate y toda una serie de cosas absurdas. Los progre se dan manija avivando sus propios fantasmas.

Con las ideas, los progre son hipocondríacos.
El progre tiene la convicción de que uno escribe para convencer. Para hacer propaganda. Para hacer proselitismo. Para evangelizar al lector. Uno escribe lo que piensa… y ahí acude el progre protestando: “a ver, convénzame”.
Muchas veces me he puesto a pensar, y no porque me levante un día y diga…a ver, hoy voy a pensar sobre los progre. No, muchas veces me he tenido que poner a pensar sobre ellos a la fuerza, pues como contaba, cada vez que publico algo, sus pedidos de explicaciones acuden en catarata. Y ojito con que uno ose ignorarlos, ¡¡ se ponen como locos!!
Y pensando forzadamente sobre ellos, decía, me he dado cuenta que esta especie de prepotencia progre, resulta en cierto modo porque ellos se creen el centro del universo y de la historia.

Se creen los dueños de la cultura, de la inteligencia, de lo popular, de la calle…y de la vereda.
En su pensamiento están ellos…y del otro lado estamos todos los demás.
El progre no admite grises ni términos medios, ellos hacen una raya, marcan una línea imaginaria y absurda…y del otro lado, los fachos.
Tal vez algún progre lea estas palabras. Ojalá, pues son para ellos. Con ellas quisiera explicarles que no deseo evangelizar con lo que escribo. Ni deseo convencer a nadie de lo que pienso, ni quiero arrastrar por la fuerza a ninguno en mi lucha. Ni es mi deseo adueñarme de las masas, ni mucho menos de las calles. Digo, porque sé que los progre se ponen como locos cuando alguien con un pensamiento que ellos tildan de derecha, se hace a la calle, u organiza un acto en una plaza. A ellos deseo aclararles que yo, ni quiero ni tengo que dar explicaciones por lo que escribo. Ni por lo que pienso, ni por lo que publico, y mucho menos les debo disculpas por la palabra.
Tampoco exijo perdones, a mí me basta con la tolerancia.
Y digo tolerancia y creo que he dado en el punto. Los progre le temen a la tolerancia. Es obvio, la desconocen.
Si los progre, en su carrera frenética e infructuosa hacia la "modernidad", han extraviado la tolerancia… yo no tengo la culpa. A mí no me miren…