martes, 14 de octubre de 2008

El suicido de la sociedad por el mercado...(de mí amigo*, el gran Eise Osman)

Hace más de 10 años, Eise Osman publicó este pensamiento.
Hace 10 años, Eise estaba bien pensando el mundo... El día que los gualeyos, los entrerrianos, y los argentinos aprendamos a escuchar a los que piensan, ese día comenzaremos un camino de grandeza.


El suicidio de la Sociedad por el mercado


Sí como dijo un filósofo contemporáneo: A la filosofía del egoísmo del mercado le es imposible generar ciudadanos que busquen el bien común en una democracia. Tal contradicción es palpable en el mundo actual. Por lo tanto el Dios del mercado como todo absoluto, borra lo que se opone a él y degrada el humanismo al centrar su esfuerzo en la ganancia y no en la felicidad del hombre.No debe haber valor superior a la vida, como lo expresó Mairaux. Una vida no vale nada, pero no hay nada que valga una vida. Todo valor es fúndante, y acorde con otros valores es fundado. En ese equilibrio está la permanencia armónica de la sociedad.La libertad absoluta nos lleva al Marqués de Sade, la economía como valor absoluto nos lleva al Stalinismo y al Gulag.La vida está en el principio de los valores, pero debe ser vivida de acuerdo a ciertos valores: sociales, políticos, culturales, éticos, biológicos y también económicos.Pues según la teoría del seudopodo, cuando el valor económico es excluyente la sociedad avanza en forma inarmónica, por medio de un seudopodo (falso pié), pero como el resto del cuerpo no lo acompaña (cultura, educación, salud, valores sociales, políticos, biológico) pasado un cierto límite el resto del cuerpo ejerce una presión contraria que obliga al seudopodo a retraerse, eso es lo que pasa a las sociedades que solamente tienen en cuenta el valor económico del mercado, e ignoran que la concatenación de todas las facetas constitutivas de la vida que actúan como un complejo mecanismo de equilibrio, donde la desarmonía por la preponderancia de uno solo de sus valores, condena a la disminución de los otros y si es absoluta a la desaparición de todo valor que se le oponga.Por eso la economía no es la que genera en forma aislada, cultura, educación, salud, etc. sino que el respeto a la vida, el derecho a la salud, la educación, la cultura sirven de base al avance económico, y dialécticamente hablando, a la inversa.De contrario el valor económico excluyente producirá una falencia de valores en que apoyarse y perdería su legitimidad.Pues nada es, sino en contradicción con lo que él no es, que le sirve de apoyo para ser.Debemos preguntarnos si hay algún valor del hombre por encima de la vida, y si hay algún valor en la sociedad por encima de su permanencia.Ser sano decía el padre el psicoanálisis es trabajar con alegría y poder amar. Ambas cosas son casi imposibles en estos tiempos. Porque los que trabajan lo hacen con la «espada de Damócles», por temor al futuro y los que están desocupados pierden la dignidad que da el trabajo. En cuanto al amor se delie por la zozobra de este presente precario y del futuro amenazante: Donde el hombre sin trascendencia, ni esperanza, se debate en la sociedad de un vertiginoso mundo, donde no hay lugar para los efectos, solamente para las sensaciones.Se calculó según un futurólogo que dentro de 30 años la cantidad de trabajadores será el 2 %, del total de los hombres con capacidad de hacerlo.Todo tiene un límite de tolerancia, y al Dios del Mercado le llegará más temprano que tarde ese límite. Estamos a la puerta de una deshumanización que atenta contra la contención social de la humanidad, pues solo una minoría tendrá el poder y la riqueza. Para mantenerlos no le será propicia la democracia, y por lo tanto la violencia de la injusticia será combatida con la violencia tecnológica de una excelencia, que es todo lo contrario al sentido ético de la vida.Volveremos otra vez a plantearnos la disyuntiva: o un estado democrático que se redefina en base al bien común, o una política tecnocrática, que reduzca la vida de la mayoría de los hombres a fines incompatibles con la dignidad de la misma. El mundo sufre una esquizofrenia: por un lado el avance tecnológico y científico accede a una excelencia de medios y por otra el mundo se disgrega en la multiplicidad de fines egoístas, que le impiden al hombre reflexionar sobre su destino común, observando la violencia de un futuro ya palpable. Dice un dicho Jasidico «el hombre fue creado para elevar el cielo» y agregamos que en estos momentos las clases dirigentes estan aplastando el horizonte por la pequeñez de sus miras.-



Eise Osman
Gualeguay, miércoles 12 de noviembre de 1997
Suplemento 96º Aniversario
EL DEBATE

* Que conste que el título de "amigo", me lo entregó Eise en mano.

1 comentario:

Manuel Baldomero dijo...

Queridos todos, Cari amici (aunque algunos no parecen tener talante de amigos):

Debimos, me incluyo, haber roto las p… (perdón, paciencia) de tal suerte que hasta Monseñor (que es el que primero lee los emails) un día gritó: ¡¡¡basta, no los aguanto más!!! Bueno, parece que reconsideró su actitud ¿en honor de bellos perfiles?
Si me permiten, quiero hacerles llegar algunas reflexiones.
1) Los especialistas en joder y criticar, paren la mano. A pesar de nuestros problemas el acto fue un triunfo. Esto me afirma en que la Causa es justa. Actualmente un acto tiene trascendencia cuando logra repercusión en los medios. Ninguno de los actos anteriores tuvo tanto impacto mediático. La escuché no menos de seis veces a Gabriela hablar de Horacio Fernández Cutiellos, con mucho dolor y patetismo (yo prefiero un estilo más sobrio, con menos afectividad; pero la entiendo a Gabriela; en nuestra familia la muerte de Horacio es la que nos pegó más cerca después de la de papá; además, cuando lo de La Tablada mis hijos eran adultos).
2) Todos nos equivocamos. Ni sé si recuerdan pero no somos Dios; por lo tanto, no tenemos el don de la inerrancia y todos tenemos defectos y cometemos pecados o pecadillos. ¿Alguien quiere tirar la primera piedra?
3) Lo que es intolerable es la soberbia. “Si no lo hago yo, está mal; si lo hago yo todo sale bomba”. Sobre todo eso de soplarle a los de afuera: “esto lo hice yo por eso salió bien”; “aquello salió mal porque lo hizo fulano”.
4) Por enésima vez les ruego que moderemos las antipatías personales en aras del bien común -y esto va para todos, no sólo para los soberbios-. Es una cuestión táctica, aparte de algo moralmente deseable.
5) Cuando la soberbia, la crítica despectiva y destructiva, el sacar los trapos al sol delante de extraños, etc., vienen de aquellos que pertenecen a mi misma “madriguera”, me producen más daño.
6) Mario y yo tenemos edad para ser los padres de todos; creo que nunca los hemos destratado ni intentamos imponer nuestros pareceres sino sólo sugerirlos. Será porque somos viejos, tal vez.
7) Queridos todos, mi alma “gorila” me dice que sí, que hubo menos gente pero fue porque los “peronchos” que venían con el bombo, desde lo de Rucci se alinean con los gremialistas. Era de esperar. La lucha de estos años ha conseguido mucho, muchísimo. Algún día estaremos todos juntos, pero falta mucho. Tiempo al tiempo. Por supuesto que hubo peronistas, pero son los que provienen del lado de tacuara o similar que son antes nacionalistas que cualquier otra cosa.
8) Debemos perfeccionar los temas de organización, escucharnos entre nosotros y no cortarnos solos y decirnos todo lo que concierna al acto. Me parece que en los últimos días no hubo mucha comunicación por lo menos en lo que a mí respecta; y los que hablaban lo hacían para decir algo malo de otro. Por amor o por conveniencia para la Causa tenemos que aguantarnos. Si no podemos tenernos amor (que sería lo mejor y lo deseable) por amor a nuestros muertos, a nuestros presos y, sobre todo, a la Patria. Paremos la mano o nos vamos al c…
Besos y abrazos,
Lis.

PD: No crean que soy boluda; a veces me hago por la paz.