DECLARACION DE MARCOS PAZ
Nosotros, Oficiales y Suboficiales de la ARMADA, detenidos en la Cárcel Federal de Marcos Paz, declaramos:
La causa de nuestra detención es haber participado en el combate a las organizaciones armadas que con su terror asolaron la Argentina durante las décadas de los 70 y 80.
Somos presos políticos ya que, e invirtiendo a Clausewitz, “la Política es la continuación de la Guerra por otros medios”. En nuestro caso a través de una Justicia dependiente y sometida al poder político.
Nuestros derechos constitucionales y procesales han sido conculcados en virtud que llevamos detenidos-procesados diferentes tiempos – en algunos casos mas de nueve años – que sobrepasan lo prescripto por las normas nacionales e internacionales.
Siempre hemos estado a Derecho, como que nos hemos presentado a la Justicia en forma voluntaria pese a que se nos han aplicado normas y formas jurídicas contrarias al Derecho. Lo mas grave es que se nos pretende aplicar leyes penales nacionales e internacionales sancionadas después de haberse producido los hechos.
Hemos combatido al terrorismo en calidad de Oficiales y Suboficiales Subalternos de acuerdo a las Directivas emanadas de un gobierno constitucional e instrumentadas en planes institucionales y órdenes recibidas por las respectivas cadenas de comando.
Nunca fuimos observados ni sancionados por la Armada por las acciones antiterroristas; muy por el contrario en muchos casos fuimos distinguidos.
En la mayoría de los casos hemos continuado nuestras respectivas carreras profesionales en forma normal. Incluso hemos participado - también en cumplimiento de órdenes institucionales – en otros conflictos bélicos y cuasi bélicos como la crisis con Chile (1978), la Guerra de Malvinas (1982) y la guerra del Golfo Pérsico (1991), como así también en Misiones Humanitarias y de Paz de las Naciones Unidas (1991/1992).
Siempre hemos respetado las normas y valores de la Armada como lo demuestran nuestros legajos profesionales. En el mismo sentido hemos respetado y cumplido las leyes y códigos de la República, como lo atestiguan nuestros respectivos antecedentes judiciales.
Todos tenemos familias bien constituidas que hoy, mas allá de acompañarnos, sufren por nuestra injusta situación.
Hoy estamos detenidos en las condiciones de rigurosidad iguales a los de la población penitenciaria de este Penal.
Por todo lo dicho anteriormente y en tren de “separar la paja del trigo”, les preguntamos a los hombres de la Marina en actividad y en retiro:
¿Quienes son la paja?
Nosotros… o… las diferentes Conducciones Superiores de la Armada? Qué mediante acuerdos espurios han consumado la mayor felonía institucional de la Historia Naval argentina, vulnerando todas las normas formales e informales que han regido a la Armada, al “entregar” solapadamente y sin gestos de honor, a un puñado de calificados marinos?
MARCOS PAZ, 2 de Febrero de 2008
FIRMAN: Hombres de la Armada detenidos en la cárcel de Marcos Paz
"CON LA CABEZA GACHA"
En esa cabeza gacha, está el peso insoportable de la conciencia.¡Ay de los traidores! Adentro, las entrañas se remueven mil veces por cada uno de los muertos que uno ha traicionado.Uno agacha la cabeza. Luego esconde la mirada. Pero es inútil, desde adentro, el grito silencioso de los muertos que nos reclaman memoria, no se puede callar.Ese es el momento preciso en que el cargo de la conciencia ha venido a saldar sus cuentas: Cuando nos damos cuenta que no podemos sostener la mirada.Y ya es tarde.Le pasó a Judas hace 2.000 años. Y él, hasta intentó devolver las monedas de plata, cuando las sintió bañadas con la sangre tibia. Ya era tarde. Agachó la cabeza, luego escondió la mirada. Y al final, el peso insoportable de la conciencia lo arrastró hasta el árbol y le puso la soga al cuello. La historia se encargó de su memoria. Hizo justicia.¡Ay de los traidores que han traicionado a sus muertos! Que se han arrastrado cobardemente ante los asesinos de los suyos, o han vendido su memoria por 30 monedas de plata.¡Ay, de los que han osado pisotear la memoria de los que dieron la vida, para que vivamos nosotros!Primero agacharán la cabeza. Luego esconderán la mirada…pero al final, el peso insoportable de la conciencia los arrastrará hasta el árbol. El escarnio de los suyos le pondrá la soga al cuello. Los gritos de los muertos traicionados, harán el resto…
HORACIO RICARDO PALMA
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