sábado, 17 de octubre de 2015

ETA ... aniversario del atentado contra Irene Villa y su madre




Un día como hoy de 1991 la banda terrorista ETA, dejó sin piernas a IRENE VILLA, de sólo 12 años. 



"Así es. 24 años de regalo. Y ni un día me olvido de quienes no tuvieron la suerte de nosotras de seguir con vida " Comentó Irene Villa, que es ejemplo de fuerza y de lucha...

Irene camina sobre dos prótesis de titanio, y todavía tiene el tic de estirarse las magas de la camisa o del suéter para cubrir su mano mutilada.
Ah, perdón, estoy hablando de Irene Villa González, quien en 1991, mientras se preparaba para ir a la escuela, escuchó una explosión, la primera de tres.
Inés tenía entonces 12 años. Y ni ella, ni su madre (desayunaban juntas) imaginaron que esa mañana, otra de las explosiones sería dentro de su auto.
ETA cometió tres atentados con bombas en Madrid ese día.
En una entrevista de Laura Di Marco para el diario La Nación, leemos:



Isaac Barrios - Irene Villa González - Victoria Virrarruel - Lic. Arturo Larrabure
“Irene escuchó la primera. ¿Y eso?, preguntó. Es la ETA, le explicó la madre, gente que busca la independencia. ¿Y no nos irán a poner una bomba a nosotros? Vamos, niña, súbete al auto, que ni tú ni yo somos tan importantes, le respondió la madre, que media hora más tarde perdía el brazo y la pierna derecha en la misma explosión que mutiló a Irene…”

Irene anda hoy por el mundo con su testimonio y su libro “Saber que se puede”:




“cuando quedas mutilado, lo único que te alivia es la experiencia de otro ser humano que haya pasado por lo mismo que tú”.


Hoy Irene tiene 29 años “se mueve por la vida y por el mundo sin pasaporte de víctima, se desplaza con dos prótesis de titanio en reemplazo de sus piernas, destrozadas al igual que tres dedos de sus manos, por una bomba de ETA”, dice Laura Di Marco.
“La bomba que explotó dentro del auto en el que viajaba con su madre conmocionó a España, a principios de los 90, porque se trataba de los primeros ataques de la organización terrorista vasca contra la población civil. Hasta entonces, la gente creía que ETA sólo mataba policías o guardias civiles, y entonces miraba para el costado -cuenta Irene-, pero después de nuestro atentado mataron al concejal Miguel Angel Blanco, y ese fue un punto de inflexión en la repulsa. Entonces, la gente reaccionó”

Tuve la oportunidad de conocer a Irene hace un tiempo. Vino a Buenos Aires para participar de una conferencia en el Sheraton, organizada por Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, que dirige la Dr. Victoria Villarruel.
Junto a ella participaron también Clotildo Isaac Barrios, a quien la organización Terrorista argentina Montoneros le mató en 1.977 a su hijo Juan, de solo 3 años, y el Lic. Arturo Larrabure, hijo del Coronel Argentino del Valle Larrabure, secuestrado, torturado, ejecutado, congelado, y tirado a una zanja, un año después de su secuestro. Así militaban por los “derechos humanos”, militantes como Robi Santucho o Gorriarán Merlo, hombres de otra organización terrorista argentina, el Ejército Revolucionario del Pueblo, una de las más sanguinarias y numerosas de América en los 70.
Pero no solo el dolor une a estas tres víctimas. También los une el deseo de poder mirar hacia delante, con la serenidad del perdón.
Dijo entonces Irene:


“Yo creo que sólo con amor puede disolverse el odio. Y el terrorismo está lleno de odio, y ellos quieren que tú también lo sientas. Yo creo en el poder del perdón, pero con justicia, memoria y dignidad”.


Le preguntó Laura Di Marco:
-Si te pidieran perdón públicamente, como hizo el secuestrador de Ingrid Betancourt, ¿perdonarías plenamente? -Pues, claro, pero además eso ya sucedió.
-¿Sucedió? -Si; fue hace algunos años, un ex etarra me pidió disculpas en un programa de televisión. Había pertenecido al brazo político militar de ETA; tenía ideales, pero en cuanto vio sangre de todas partes, se salió. Yo le dije que ya los había perdonado a todos, y que ojalá él pudiera influir en toda esa gente para que no siguiera matando. Hay tantos huérfanos que han quedado en España, tanto dolor Transmitir la idea del perdón es lo que más ayuda a las víctimas a superar atentados. Poder contarlo, sacarlo afuera, es la única forma de sanar.
-El perdón casi como una herramienta terapéutica… Pero, ¿lo ves separado de la idea de justicia? -Pues, claro que no, esa es nuestra demanda básica. La asociación de víctimas del terrorismo en España tiene tres pilares: memoria, dignidad y justicia. Pero la justicia no es para que el terrorista se jorobe en la cárcel, esa no es esa mi forma de pensar, sino para que el que venga detrás lo piense dos veces antes de asesinar. Si un asesino está en la calle, un alumno de él volverá a matar. Yo veo más la justicia como algo ejemplificante y porque es la base del estado de derecho. Como decía Gandhi: no hay caminos para la paz; la paz es el camino.
-¿Y qué es primero, el perdón o la justicia? -El perdón viene antes que la justicia. Sin perdón, pides justicia con odio, y eso no sirve, entonces primero tienes que sobreponerte Mira, yo escribí dos libros; en el segundo, S.O.S víctimas del terrorismo, donde hablo de la resiliencia, digo que si una víctima no perdona, jamás va a poder ser feliz ni recuperar su propia libertad.
-¿Por qué? -Bueno, pues, porque el perdón es bueno sobre todo para el que lo siente. Libera, ¿sabes? El que hace daño es porque siente rabia y quiere que tú sientas lo mismo. El odio lo alimenta. Mi padre, cuando yo quedé mutilada, quería ir a tirar tiros al País Vasco y yo, que tenía 12 años, le digo: ¿para qué? Tienes una hija sin piernas y, si te vengas, encima vas a ir a la cárcel, ¿qué ganamos? Mira, yo creo que mi cara, mis conferencias, le han hecho mucho daño a ETA.
-¿Crees que, de algún modo, tu actitud ayuda a deslegitimar la lucha armada como vía para conseguir objetivos políticos? -A muchos los mueve el dinero, no los ideales. En Colombia, a las FARC las mueve básicamente el dinero. Entonces, tú piensas que te quedaste sin piernas porque alguien prefiere secuestrar para ganar dinero antes que trabajar de camarero. Pero, volviendo a tu pregunta, creo que conmigo se han equivocado, realmente, porque yo hablo de derechos humanos, de igualdad, de pedir independencia, pero en el Parlamento, no matando. Si hay una mayoría que quiere la independencia, pues, que luchen por ella, pero sin violencia. Puedo escuchar a tanta gente nacionalista que hay en el País Vasco y eso me parece estupendo, porque el pensamiento es libre, pero las personas también lo somos y nadie puede venir a pegarnos un tiro en la nuca”.

Y recuerdo que tras aquella conferencia, alguien le hizo a Irene una pregunta…
Irene, ¿cómo te sentirías vos, si aquellos terroristas que te atacaron llegaran un día al gobierno, y levantaran consignas como No Perdonamos, Ni un paso atrás, y rindieran homenajes y levantaran monumentos a quienes pusieron bombas y mataron gente?...Recuerdo que fue la primera vez en la noche en que Irene dudó. Y luego dijo “bueno, no podría imaginarme nunca algo así…
Aquí en Argentina ha pasado eso
… ¿en serio ha pasado esto?, preguntó Irene.Isaac Barrios y Arturo Larrabure asintieron al unísono…


“Pues…perdonen ustedes, pero yo no sé si podría vivir en un país semejante…”
Bien, aquí está entonces nuestra lucha… “saber que se puede, aún sabiendo que los otros, NO QUIEREN”


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