domingo, 14 de septiembre de 2014

Lapa, y esas paradojas del destino...



Hay paradojas de la vida que me gustan. Esas vueltas que se explican solo mirando al cielo. 

Abuelita solía decirme que todo en ésta vida se paga. Abuelita intentaba consolarme con esas palabras, ante alguna injusticia casi siempre pava, que me agobiaba el día.

No creo que pueda sonreír ella, con su cara quemada, con sus dedos mutilados con su espalda rasgada por el fuego. Imposible creer que él sonría hoy, habiendo perdido a su hijo aquél día fatídico en que una empresa y tres de sus empleados intentaron despegar un avión repleto de vidas y esperanzas, a pesar de una alarma ensordecedora que avisaba que NO.

Tampoco imagino sonriendo al ingeniero que perdió una pierna y la movilidad de un brazo. Imposible.
Tantas vidas sesgadas, tantos cuerpos mutilados, tanta piel carcomida por el fuego, tanta lucha contra una justicia injusta… no pueden hacer sonreír a nadie, ni siquiera hoy.

Pero un día el de allá arriba. El moderador de la Historia y el Universo, envía un mensaje de justicia divina en medio de la injusticia imbécil de los hombres necios de los países corruptos.
Y uno se despierta de la siesta en un domingo lluvioso… y desde la tele aparece una avioneta envuelta en llamas caída sobre una casa… y se conmueve por las víctimas. Pero después se entera bien… y entiende ciertas vueltas de la vida, esas paradojas correctas, como si una mano invisible desde el más allá, se hubiera posado sobre las pieles desgarradas, sobre los corazones heridos de ausencias, sobre los miembros mutilados de los que sufren, sobre la injusticia de los que esperaron tantos años en vano algo de justicia… sobre las caras quemadas hasta el alma… en una tarde lluviosa de domingo para hacer justicia acá, y que todos creamos un poco más en que hay un Dios, que cada tanto nos envía una señal.

Horacio R. Palma
Escribidor contumaz...

1 comentario:

Marta dijo...

Decía mi madre ( dicho conocido por todos) "Quién a hierro mata, a hierro muere"