lunes, 4 de noviembre de 2013

Testimonio de la guerra de los 70...

Coronel Argentino del Valle Larrabure, secuestrado, torturado, asesinado y tirado en una zanja por el ERP

"...El día 13 de abril de 1975, se produce un hecho que podría haber tenido consecuencias trágicas para mí y mi familia, como si la tuvieron para familias allegadas.
Era la una de la tarde de un domingo soleado de otoño y me encontraba en la casa del barrio para el personal profesional que poseía el establecimiento, en compañía de mi señora y mis cuatro hijos de corta edad (6, 5 y 4 años y la menor de 8 meses), preparándonos para un tranquilo almuerzo dominical en familia.
Hasta ese momento, había estado colaborando en el control del ingreso de los familiares, que concurrían a visitar al personal de soldados conscriptos de la sección seguridad de la Fábrica, recientemente incorporados. La reunión con sus familiares se realizaba en un distendido día de camping en un bosque que se encuentra en inmediaciones de la puerta de ingreso al establecimiento.
Sorpresivamente se pone en marcha el sistema de alerta, instalación que se diseñara especialmente en la Fábrica, para evitar sufrir consecuencias parecidas a las que habían sufrido otras instalaciones de tipo militar (unidades del Ejército y la Fábrica Militar de Villa María).
De acuerdo a lo previsto tomo mi arma y me dirijo con mi auto particular en dirección al portón de entrada, antes de llegar a destino, se desata un intenso tiroteo, que dura aproximadamente una hora y que se desarrolla entre el personal que se encontraba del otro lado de la vía del ferrocarril y la ruta 11, escudado en viviendas y comercios de la localidad de Fray Luis Beltrán, que dirigía un fuego graneado sobre todo el límite de la Fábrica que era defendido por el personal militar destacado, no distinguiendo los atacantes si se trataba de edificios militares o viviendas de familias, pese a que tenían individualizadas las diferencias. Tampoco tuvieron consideración con las familias, que atrás de la guardia estaban reunidas con el personal de soldados en su primera visita luego de la incorporación.
Una vez rechazado el ataque a la Fábrica, tomo conocimiento de que mi familia debió correr, a través de los jardines de las casas y los cercos que las separaban, mientras se desarrollaba el tiroteo, a una de las casas donde se había destacado una protección, afortunadamente sin sufrir un solo rasguño.
A los atacantes no les interesó tener en cuenta la posibilidad de que pudieran existir víctimas inocentes.
En el Batallón de Arsenales 121 vecino a la Fábrica, se produjo la muerte de un jefe, cuya señora, embarazada de seis meses con cuatro hijos más (los que eran compañeros de juegos de mis hijos), era íntima amiga de mi señora, por lo cuál mi familia vivió en forma muy cercana la tragedia de esa muerte, la desolación de los hijos y la llegada esperanzadora de esa hija soñada, tres meses más tarde del asesinato de su padre, a quién llamaron María de la Paz, como una suerte de invocación del alto valor deseado.
Arturo Carpani Costa (asesinado por el ERP)

El asesinato de este jefe se produce en circunstancias que, el mismo, ante una serie de ruidos anormales que llegaban del exterior a su domicilio sale a la puerta y se encuentra con un grupo de uniformados de verde, confundiéndolos por la vestimenta con soldados, se da a conocer e inmediatamente es acribillado sin más trámite, evidentemente no eran soldados sino intrusos disfrazados.
En tanto un grupo numeroso de intrusos, disfrazados con ropa militar, circulaba por los techos de las viejas viviendas, amedrentando mediante amenazas y exhibición de armas largas, a las familias que ese mediodía de domingo descansaban en sus hogares.

El objetivo del asalto fue el robo de armas, ya que se produjo la sustracción, por parte de elementos del ERP, de alrededor de 150 ó 200 fusiles FAL pertenecientes a la dotación del Batallón de Arsenales.
Posteriormente por información detallada en la publicación Estrella Roja, tomé conocimiento que la asociación ilícita ERP (ya anteriormente declarada ilegal por el PEN) había utilizado dos compañías para la operación; ésta consistió en el aislamiento de toda la franja poblada que va desde la salida de la ciudad de Rosario hasta la ciudad de San Lorenzo (cerca de 20 Km.), para permitir el asalto a las instalaciones militares del Batallón de Arsenales y de la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán (este último objetivo no logrado).
Como dato ilustrativo, cuando durante la recepción de la Compañía de Arsenales 5, me informo de las armas que se encontraban para reparar, tomo conocimiento que las fracciones del Ejército que operaban en la zona de operaciones del sur de la provincia, habían rescatado del poder de las fracciones del ERP, una gran cantidad de fusiles FAL, que al verificar su numeración se comprobó eran los que habían sido robados del Batallón de Arsenales 121.
En el mes de agosto de 1975 por mi condición de Mayor, integrante de la Dirección General de Fabricaciones Militares, destinado en la zona de Rosario, se me comisiona para trasladar los restos mortales del Mayor Larrabure, los que habían sido encontrados en proximidades de la ciudad de Rosario, luego de haber estado secuestrado durante un año aproximadamente y como culminación de lo cuál fue asesinado en cautiverio por integrantes del ERP.
Mi misión fue trasladarlo a Buenos Aires para entregarlo a sus familiares, esta actividad se cumplió en la morgue del HMC, razón por la cuál tuve la ingrata ocasión de comprobar personalmente las deplorables condiciones físicas en que se encontraba, reducido peso (había sido una persona de considerable contextura física), marcas de alambres en el cuello, las muñecas y los tobillos, por los malos tratos recibidos durante el cautiverio de aproximadamente un año.
Seguramente estos malos tratos recibidos se debieron a que durante el largo cautiverio trataron infructuosamente, dada la entereza de su espíritu, de explotar sus condiciones profesionales especializadas en  la fabricación de pólvoras y explosivos para su utilización en material bélico.
Es ésta una dolorosa impresión que me acompaña a lo largo de mi vida desde aquel instante.
Durante el año 1976, la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán, no recibió ninguna orden o disposición que alterara los programas de trabajo pertinentes a su función, o sea la fecha 24 de marzo no tuvo para esa organización ningún significado especial desde el punto de vista de su funcionamiento.
Con esta narración he querido llevar al espíritu del Tribunal el fiel reflejo de una realidad que me tocó vivir a mí  y que difiere del estereotipo con connotaciones ideológicas planteado por la fiscalía, a través de la selección interesada de los testigos llamados de contexto, observando que la realidad muestra una historia de desencuentros, no exentos de violencia, que sucesivamente va generando una serie de frustraciones en los objetivos, que la sociedad esperanzadamente renueva y se fija permanentemente, pese a las insidiosas presiones que interesados sectores de la sociedad realizan buscando articular el desencuentro permanente entre las FFAA y la sociedad que las nutre.
Asimismo muestra una ciudadanía de formación heterogénea compuesta por  seres humanos reales, con disímiles principios y sentimientos que no son siempre pacíficos.

Es de esperar que el futuro le brinde a mis hijos y nietos, una historia de consensos y acuerdos que les permita desarrollar su vida en nuestra sociedad, sin los odios y las  violencias que fueron las compañeras de nuestra generación..."  


Parte de guerra Revista Estrella Roja
El combate de San Lorenzo
Al pueblo
Rosario, 13 de abril de 1975

A las 13 horas del día de la fecha, la Unidad "Combate de San Lorenzo" del Ejército Revolucionario del Pueblo, procedió a tomar por asalto el Batallón de Arsenales 121, ubicado en la localidad de Fray Luis Beltrán, de las Fuerzas Armadas Contrarrevolucionarias, a 23 km. de esta ciudad. Fueron copadas las Guardias Puesto Belgrano, Guardia Prevención, Guardia Central y Compañías A y B, siendo retirados de las dos Compañías que componen el Batallón, gran cantidad de armamento cuyo número aproximado es de 150 fusiles FAL, 5 FAP, 3 M.A.G., un número no determinado de metralletas y pistolas, así como pertrechos varios. Simultáneamente se copó la comisaría y la estación ferroviaria de la localidad y se aniquiló la dotación de dos patrulleros que circulaban por la Ruta Nacional Nº 11. Los efectivos de esta Unidad se retiraron siendo las 14 horas, habiéndose cumplido satisfactoriamente el objetivo.

Nuevamente el Ejército Revolucionario del Pueblo demuestra su inalterable consigna de no dar tregua al Ejército opresor proimperialista, fiel a los objetivos deseados por nuestro pueblo en aras del socialismo y contra la explotación.
Una vez más los mejores hijos del pueblo, emulando la gloriosa gesta del 3 de Febrero de 1813, donde se libró el combate contra las fuerzas invasoras españolas, combate que ha dado nombre a nuestra Unidad, hoy nuevamente infligen una nueva derrota a este Ejército defensor de los intereses del capitalismo y del imperialismo, demostrado a través de sus gobiernos dictatoriales y de la represión contra el pueblo y sus luchas.

El Ejército contrarrevolucionario, cuyos oficiales asesinos desatan hoy su furia contra el pueblo en Tucumán, en Villa Constitución (con la mentira del "complot"), en todo el país intentando ahogar en sangre la creciente lucha de nuestro pueblo, muerde nuevamente el polvo de la derrota con esta heroica acción de la guerrilla del pueblo.
Nuestro ERP obtiene otra victoria militar y política sobre las huestes contrarrevolucionarias en esta larga guerra que día a día acerca la victoria final del pueblo argentino, que abrirá una nueva era de felicidad y prosperidad, la era del socialismo.

¡NO HAY TREGUA AL EJÉRCITO OPRESOR Y A LAS EMPRESAS IMPERIALISTAS!
¡MUERA LA OFICIALIDAD ASESINA, PERRO GUARDIÁN DEL IMPERIALISMO YANQUI!
¡VIVA EL COMBATE DE SAN LORENZO!
¡LA COMPAÑÍA DE MONTE VENCERÁ!
ESTADO MAYOR REGIONAL ROSARIO

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