viernes, 23 de agosto de 2013

H.Z. .Catarsis N° 5



Dolor por tu ausencia esta noche. Dios sabe que es verdad el dolor que escribo.
Que los hombres no lloran insistía mi viejo, que tampoco está… pero seguro me ha perdonado al verme llorar a moco tendido el dolor de no tenerte ahí, a mano para la lucha.

¡¡Turro!! Te fuiste sin decir chau.
Llegué esa mañana, miré en derredor, habíamos quedado en pasarnos un dato. Le pregunté a Gonzalo, le pregunté a José… ni noticia de vos. ¿Ausente Horacito en el acto de homenaje a Larrabure?... mala espina.
¡Cuántas veces te llamé ese día de mierda!... y nada.
La voz de tu hermano en el teléfono avisando lo peor. “No te conozco, pero Horacito tenía tu teléfono en la billetera”. No me salió más nada que el silencio.
Te fuiste quemando naves… y sí, a lo Horacito.
¿Reproches?, ni se me pasan por la cabeza hermano… duros tus zapatos. Y duros varios de nosotros que pensamos que el tiempo arreglaría ciertas cosas.
Le hablo así, y perdone la confianza maestro… que no crea el mundo ni su buen recuerdo, ese que ronda los corazones espinados de los que por aquí lo extrañan desde el corazón (me consta), que me ando queriendo colgar el título de “su amigo”.
Apenas yo, un compañero de travesías duras… con vientos desfavorables y en aguas de corrientes en contra. Nada más. Pero nada menos.
Y ahí quedó el espacio vacío. Y lamento decirlo… pero yo sabía que sería así. Todos nosotros juntos, no pudimos hacer ni un medio Horacito Zaratiegui.
Sos la palabra que falta. Sos la frase exacta y necesaria que ya no está, y cuya ausencia se nota. Eras… (aún me cuesta asimilar un “eras”) la fuente donde cada uno de nosotros bebíamos confiados…
Fuiste vos…y allá lejos, pero mucho mucho más lejos… todos nosotros.
Quedamos un poco huérfanos. Sabelo. Pero tranquilo, que acá andamos… rengueando, caminando como podemos, de la mejor manera que nos sale, pero caminando siempre, como a vos te gustaría. Como me enseñaste mil veces. Nadie dirá que no lo intentamos.
¿Cuánto hace ya?... ¿5 años?... ¡¡cómo pasa el tiempo!!
Te vas a cagar de risa… mirá, ya sé que nunca más aparecerá en mi cumpu ese mensaje tuyo en el chat a las tres de la mañana: “Tocayo, ¿qué se cuenta?”, pero aun así, cada noche como esta, todavía ando como un boludo esperando que aparezca.
Boludo… ¿dije boludo? Uy, “sorry ladies” ... sabrán entender...

Horacio R. Palma

1 comentario:

eapaillard dijo...

Horacio: Me conmueve esta pagina, ya que lo conociamos al Almirante Zaratiegui, como a toda su familia. Estoy leyendo estás lineas en vos alta y mi esposo me responde que pena. Era tan atento y educado, le solicitabamos una nota que nos enviaba a diario y si nos faltaba alguna. Desde el celular respondía inmediatamente...Enrique va para haya...como dice Enrique que pena...Gracias por el recuerdo de una persona sana y amigo a la vez....
Matilde del Carmen Masats