Costumbres
son costumbres, decía mi abuelita y cerraba los ojos para empinarse un vasito
de caña con ruda cada mañana de cada primero de agosto de cada año de su vida.
Mi abuelita, que nunca bajó la guardia
frente a los agostos que detestaban viejos, se descuidó sin embargo de los
gobiernos populistas. No importa abuelita, tantos años después de tu vida, a
nosotros nos sigue pasando lo mismo. Pasan los años y hay costumbres y
descuidos que se nos transmiten de generación en generación.
Así es, costumbres son costumbres y
aunque la caña con ruda sepa a orines de cocodrilos africanos, uno se la toma
con gesto severo y ojos cerrados en honor a la pachamama, porque se sabe desde
siempre, que julio prepara el zarpazo que finalmente da agosto, para llevarse así
a los viejos que no cumplieron con el conjuro.
Costumbres, me gustan los pueblos con
costumbres. Me gustan las gentes que no reniegan de sus creencias. Sonrío,
Cacho Castaña canta que le gustan las mujeres con pasado, a mí también, siempre
y cuando el pasado haya sido conmigo…je.
Confieso que comulgo con todos los que
están en paz con el pasado. Yo tengo la costumbre de volver seguido a la tierra
donde están mis muertos. No vuelvo por los huesos de mis muertos sino que
vuelvo por los recuerdos vivos de mis muertos. Que es bien distinto.
No creo en eso de llorar muertos frente
a una tumba con huesos o cenizas, mucho menos en llevar flores que pronto
apestarán en ruinas, sino que creo en eso de recordarlos en los sitios donde
juntos amamos la vida y la concelebramos en el rito del amor.
En eso sí que creo y soy practicante.
Por eso el río me recuerda a mis seres
queridos, y por eso vuelvo a los rincones del mundo donde con ellos tuve
felicidad. Por eso muchas veces ando las calles del pueblo mirando hacia
adelante pero “recordando hacia atrás” con la sonrisa de oreja a oreja. Que
después de todo uno es uno y sus antepasados. Y los antepasados todos, se
resumen en uno.
Y en una de esas vueltas al pago, me
topé la semana pasada con la invitación a una charla-debate en el salón del
Centro Económico de Gualeguay.
Un grupo de vecinos con inquietudes,
invitaron a Mario Alarcón y a Paulo Kablan para que hablaran y pensaran en voz
alta sobre El rol del Periodismo en los tiempos que corren, y el cambio que se
ha producido desde el retorno de la democracia en el ejercicio del mismo, en
tiempos donde el rol del periodismo se pone en tela de juicio por parte de los
poderes.
En verdad me acerqué al Centro Económico
con cierta inquietud. Hay temas que a uno le interesan pero no sabe si a los
demás les interesan también. Llegué antes, y me sorprendió la cantidad de gente
que estaba esperando en la puerta. Punto para la gente.
Mario Alarcón, el legendario periodista
saludaba a viejos conocidos como en un reencuentro esperado.
Paulo Kablan accedía a sacarse fotos con
la gente que lo rodeaba cámara en mano.
Mucho público. Muchos políticos. Muchos
periodistas.
Arranca la charla. Comenzó hablando
Mario Alarcón, con su especial y particular decir. Uno cierra los ojos y esa
voz inconfundible parece salida de la radio de todos los días. Mario Alarcón
afirma que estamos en una nueva era del periodismo. Ni mejor ni peor. Distinta.
Épocas de la globalización tecnológica y las redes sociales. Ha habido un
increíble progreso tecnológico en los últimos tiempos, tanto, que hasta hemos
estado colgados de la sotana del Papa Francisco en Río durante una semana sin
movernos de casa, bromeó Mario ante la sonrisa del público.
De todas maneras, “ese avance en la
tecnología no ha sido acompañado por las conductas de los hombres del
periodismo” sentenció el viejo periodista en lo que fue la frase más aplaudida
de la noche. “Hemos avanzado en lo tecnológico, pero hemos retrocedido en la
moral del periodista”.
Y Mario Alarcón siguió diciendo: “Estamos
en tiempos del periodismo militante, cosa que a mí no me gusta. Yo creo en el
periodismo independiente antes que en el periodismo militante. Y ojo que no
digo que haya periodismo objetivo, no señor, ningún periodista ni medio son
objetivos. Todos hablamos y escribimos desde nuestra subjetividad, pero sí se
puede ser independiente y es en eso en lo que creo yo. Yo hubiese podido
progresar mucho en lo económico si hubiese resignado mi independencia ante
ciertos gobiernos.”
Varias preguntas versaron sobre el poder
y la independencia de los medios y los periodistas. Mario Alarcón explicó que “siempre
hay intereses económicos detrás de los empresarios de los medios. Y los
intereses económicos tienen intereses políticos y así el capital se apodera de
la información. Pues sí, los grandes consorcios mediáticos inciden en gobiernos
y periodistas. Y eso los gobiernos lo advierten y es por eso que intentan
apropiarse de los medios cuando están en el Poder. Cuando esto ocurre, es la
gente que desea informarse la que paga las consecuencias. Por eso creo tanto en
el periodismo independiente, porque estoy convencido que la gente debe
enterarse de lo que pasa y es el periodismo independiente el que tiene la
obligación de informar la verdad, de decirle a la gente lo que pasa. Siempre,
sin frivolizar la información.”
Y hablando de información, luego llegó
el turno de Paulo Kablan, el conocido periodista gualeyo de policiales de un medio
nacional.
Kablan aclaró que el “es periodista de
información y no de opinión, pero ojo, pues la información también opina. A
pesar de ser más joven, siguió Paulo Kablan, yo también vi y viví el cambio
tecnológico portentoso que comentaba Mario Alarcón. Hoy, para hacer televisión
se necesita mucho pero mucho dinero. Por eso los medios están en manos de empresarios
y no de periodistas. Las megaempresas son las dueñas de los medios de
comunicación.”
También a Kablan le preguntaron sobre el
gobierno actual y la forma en que se maneja con el periodismo.
P.K: “No me gusta el periodismo
militante… pero existe. Es también y en cierta manera una forma de periodismo.
Pero ojo, pues con matices, las ideas de los distintos gobiernos para con los
medios han sido siempre las mismas. Yo creo que la gente, el público, ustedes,
no pueden ser engañados. Que aunque un gobierno se adueñe de todos los medios,
aún así eso no gana elecciones. La gente no es tonta. Los periodistas no
voltean gobiernos. Lo que terminan con los gobiernos son las circunstancias, y
no los medios ni los periodistas. Todos los gobiernos han querido siempre
manejar la prensa. Todos. Claro que éste gobierno se ha perfeccionado en eso
pues lleva más tiempo. Pero que quede claro que los medios de comunicación son
un negocio. Los gobiernos pasan, los medios quedan.”
Antes de finalizar la charla, la
Profesora Norma Escolamieri tomó la palabra casi como de prepo. Contó su
“militancia revolucionaria” como profesora en los años 70. Dijo que su acto
revolucionario consistía en hacer leer Pablo Neruda a sus alumnos. Curioso
destino el de Norma. Fue mi profe en esos años, y digo curioso destino el de
ella, pues es más recordada entre nosotros por sus curvas ceñidas en apretados
pantalones, que por su revolucionaria actitud de andar con un libro de Neruda
entre su cartera setentista…
¡¡Destino cruel!!
Horacio Ricardo Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Rios
1 comentario:
Se Horacio Palma: Por estos años se repite la Historia y en las escuelas se enseñana los logros de Nestor Kirchner....Nuestra Historia de los proceres que supimos conseguir solo es una fantasia de una Presidente que se llevo una Asignatura pendiente...Historia la verdadera!!
Publicar un comentario