jueves, 20 de septiembre de 2012

Así mataba el ERP...


Héctor Oscar Saraspe quedó “sentenciado a muerte”, en palabras de una de sus hijas, por haber querido ayudar. En octubre de 1972 la policía tucumana intentó detener a Ramón Rosa Jiménez, cabecilla del ERP, quien estaba prófugo y que había dejado 5 guardiacárceles muertos en su fuga de prisión. El policía Eudoro Ibarra le pidió ayuda a Héctor Saraspe para trasladar a la comisaría a Ramón Rosa Jiménez, quien había resultado herido al resistir el arresto. Jiménez murió poco tiempo después y el calvario de la familia Saraspe comenzó. Llamadas telefónicas, amenazas, persecuciones al lugar de trabajo, panfleteadas, pintadas…hasta que el 20 de septiembre de 1974, el ERP tomó el pueblo de Santa Lucía (Pcia. de Tucumán) para concretar su venganza. Cortaron las vías telefónicas, y se dividieron en grupos: uno fue hacia la casa de los Saraspe, donde los atendió Graciela, de 8 años, una de las hijas de Héctor, y sin saber que los extraños que preguntaban por su padre eran terroristas, les indicó que estaba en el club. Hacia allí se dirigieron y cuando lo identificaron le pegaron dos tiros en el pecho. El otro grupo terrorista fue a la casa del policía Ibarra, en donde lo acribillaron de 16 disparos enfrente de sus hijos. No satisfechos con haber asesinado a Héctor, los terroristas continuaron amenazando a la familia Saraspe aún después del atentado: que los iban a secuestrar, a asesinar en misa, a poner una bomba en el cementerio. 


1 comentario:

Anónimo dijo...
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