Nuevo Código de Justicia Militar, recién salido del horno. Cap III Art. 13. FALTA GRAVÍSIMA. 5. DESOBEDIENCIA. El militar que, sin rehusar obediencia de modo ostensible o expreso, decida ejercer los derechos que lo asisten, ante el abuso de autoridad de sus superiores.
Especialmente tuneado para Marcelo Toulemonde y su sra. esposa
Carta de Mónica Liberatori
Hola gente. Nuevamente la Armada ha echado a Marcelo, mi esposo.
En una historia con ribetes insospechados, el nuevo Jefe de Estado Mayor General de la Armada, reemplazante de Godoy, un tal Paz, le ha comunicado que, por asesoramiento de Defensa, él mismo anuló la Junta previa (la que lo dejaba a Marcelo en la Armada) y convocó a otra que decidió echarlo. Recordemos que Paz era el segundo de la Armada. O sea que intervino en todas la Juntas, la que lo echó primero, la que se anuló a sí misma, la que anula lo anulado y la que se convocó ahora para echarlo. O sea, Paz es un anulador, nulo de sí mismo, de nulidad absoluta...
Burkas Industria Nacioal... (y popular)
Varias de las fuerzas políticas de nuestro país levantan día a día la bandera por la lucha de “género”. La igualdad de la mujer, la lucha por la violencia de “género” y hasta tenemos en estas tierras una ley de cupo femenino para cargos políticos. Sin embargo, estas mismas fuerzas políticas callaron esta semana ante la vergonzante noticia de la ingeniera Mónica Liberatori. Finalmente, y después de muchos meses de lucha, esta semana se cumplió lo que Mónica venía gritando en soledad. Su marido, oficial de la Armada Argentina, el capitán de fragata Marcelo Toulemonde, fue pasado a retiro tras varios meses de persecución. Y aunque usted no lo crea, y para regocijo del régimen Talibán, la razón que le esgrimió el Estado Argentino fue: "no controlar debidamente a su esposa".
Ingeniera Mónica Liberatori y su esposo, Capitán de Fragata Toulemonde
La decisión, comunicada la semana última a través de una nota de la Junta de Calificaciones, es el corolario de un proceso que comprendió el relevo de sus funciones, la aplicación de sanciones, la negativa al pedido de vista del expediente y una licencia médica por "trastorno de ansiedad". La acumulación de castigos concluyó con la nueva decisión de la junta, que recomendó expresamente su pase a retiro obligatorio.
Curiosamente, un año atrás la propia junta de calificaciones de la Armada lo había propuesto para un ascenso retroactivo a 2008, al sostener que muchas de las imputaciones no tenían sustento y teniendo en cuenta sus méritos y años de servicio. Pero cuando el expediente llegó al Ministerio de Defensa, su nombre fue eliminado de la lista de promociones. Ojo que hablo de Argentina y no de Afganistán.
Mónica declaró: "Vivimos un calvario de persecuciones". Y las persecuciones comenzaron el 22 de diciembre de 2007. Ese día, en el acto de egresados de la Escuela Naval, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hablaba frente a los egresados y la ingeniera Mónica Liberatori estaba en el acto acompañando a su hijo recibido. La Presidenta gritó desde el atril, aludiendo a los años 70, como suele hacer cada vez que necesita sobreactuar una militancia que nunca tuvo, o esconder con medias verdades la historia de la verdad: “…debemos superar para siempre esa época en que los militares tomaron las armas contra el pueblo...”. Mónica Liberatori cuenta que en ese momento se indignó de tal manera, que lo único que atinó fue gritar “¿Y Larrabure?”, en referencia al militar secuestrado por el grupo terrorista argentino ERP en noviembre de 1974 y torturado, y fusilado un año más tarde en un sótano de una casa que los terroristas tenían en la ciudad de Rosario.
Desde ese grito, preguntando por la otra parte de la historia que la presidenta y su séquito no cuenta por conveniencia, la carrera del capitán Toulemonde quedó sentenciada a muerte. La Armada desplegó a todo su servicio de inteligencia y dio con Mónica Liberatori. Ella misma comentó que el maltrato que su marido recibió en el Ministerio de Defensa, cuando a mediados de este año quiso averiguar por qué postergaban su ascenso al grado superior, le provocó trastornos de salud, por lo que se vio obligado a tomar una licencia médica. Aquella misma tarde del 2007, después del acto en que Mónica preguntó por Larrabure, al regresar a su casa, su marido recibió una citación para presentarse de inmediato en Buenos Aires ante el almirante Godoy, quien le impuso una sanción de siete días de apercibimiento por "no controlar a su esposa". Hablo de Argentina, y no de Afganistán.
Así siguió la historia: Toulemonde se desempeñaba como jefe del Arsenal Naval de Mar del Plata y fue relevado del puesto. Recibió otras imputaciones, que lo hacían responsable por presuntas demoras en la entrega de repuestos de un barco y por la rotura de un motor. "Se le negó el derecho de defensa y luego se comprobó su inocencia". El secretario de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, Alfredo Forti, no respondió los reclamos y sólo dio explicaciones en una carta de lectores publicada en LA NACION en junio de este año. Obviamente no hay constancia de las acusaciones de Forti a Toulemnode, a quien nunca se le permitió ver el expediente. Recordemos que en noviembre de 2010 la Armada propuso su ascenso, con retroactividad a 2008, pero el Ministerio de Defensa, con la firma de Forti, congeló el expediente. Hablo de Argentina y no de Afganistán.
María Cecilia Pando frente a Tribunales
El caso de Mónica Liberatori no es el primero ni es el único. Ya en el año 2005, la señora María Cecilia Pando, esposa del Mayor (R) Pedro Rafael Mercado), se desempeñaba como maestra en una escuela de Corrientes cuando escribió una carta de lectores al diario La Nación defendiendo a Monseñor Baseotto, quien por entonces era criticado por el gobierno. Tras esa carta, el servicio de inteligencia militar llegó hasta la casa del Mayor Pedro Mercado en el barrio militar General San Martín de Paso de los Libres. Le indicaron que desde allí había salido el mail hacia el diario La Nación, y tiempo después llegó la sanción: “La gran falencia en relación al concepto habiente del causante al surgirle en el seno de su grupo familiar continuas críticas contra el PEN (Poder Ejecutivo Nacional) y el Ejército argentino, con el agravante que algunas se originaron desde la casa asignada al causante en el Barrio Militar General San Martín, sito en Paso de los Libres”. Hablo de Argentina y no de Afganistán. Mercado se quedó sin carrera y sin trabajo por no “controlar a su esposa”. Y su esposa, Cecilia Pando salió desde entonces a militar en la calle.
Como en Afganistán, aquí también el gobierno llegó al poder hace casi diez años con promesas de libertad… y como allá, cada día es un poco más de opresión. }
Es inconcebible que todavía en Argentina el estado obligue a los esposos a “controlar a sus esposas” y mucho más inconcebible que reciban sanciones por ello.
De todas maneras, en Argentina no creemos en BURKAS… pero que las hay… las hay.
Horacio Ricardo Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
E. Rios
4 comentarios:
¡Qué macana!, van a tener que seguir sangrando por la herida del orto.
"La Armada desplegó a todo su servicio de inteligencia y dio con Mónica Liberatori." y, los muchachos tiene práctica ¿no era que no hacían esas cosas?
y bueno señora liberatori ahora tendra mas tiempo para dedidicarle a su militancia duhualdista junto a la chechu y palmita
La BURKA en ARGENTINA!
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