domingo, 30 de octubre de 2011

1976 - 30 de octubre - 2011 - 35 años del asesinato del Teniente Primero Omar Abel Lucioni

Al Teniente Pri­mero Omar Abel Lucioni, el 30 de Octu­bre de 1976 lo mata­ron dis­pa­rán­dole por la espalda , fue uno más de los cobar­des ase­si­na­tos de la orga­ni­za­ción terro­rista “Mon­to­ne­ros”, pero para Ana, su hija, fue un hecho único y terri­ble, la con­vir­tió en una víc­tima de la bar­ba­rie sub­ver­siva. Hoy pre­side la Comi­sión de Home­naje Per­ma­nente por los muer­tos de la sub­ver­sión, en el res­cate de una Memo­ria que se niega en nues­tro país.



¿Tengo dere­cho a cono­cer la verdad?


Cuando mi padre fue ase­si­nado con­taba yo con un año y medio de vida, y durante todo el resto de mi infan­cia y ado­les­cen­cia se me enseñó a que su muerte era un des­gra­ciado hecho más en una sucia gue­rra que había tenido que sopor­tar la Argen­tina en los años setenta, gue­rra que por suerte había sido supe­rada y que por ende, debía ser mi padre recor­dado sin odios ni rencores.

Todo fue así hasta que se hace cargo del Poder Eje­cu­tivo el actual gobierno, que con ánimo revi­sio­nista y revan­chista, se lanza a per­se­guir a los mili­ta­res de enton­ces, abriendo las heri­das y pre­sen­tando a los terro­ris­tas – espe­cial­mente a los de la orga­ni­za­ción que se adju­dicó la muerte de mi padre — como jóve­nes idea­lis­tas libres de culpa.

La memo­ria de mi padre es vil­mente ensu­ciada y quie­nes repre­sen­tan ahora a la Ins­ti­tu­ción que lo albergó hasta el día de su muerte, el Ejér­cito Argen­tino, care­cen del coraje y la hom­bría de bien nece­sa­rios para poner las cosas en su lugar. Por el con­tra­rio, por el hecho de gol­pear las puer­tas del Estado Mayor de Ejér­cito recla­mando cono­cer la ver­dad de lo ocu­rrido aquel 21 de octu­bre de 1976, se me declara “ persona non grata” prohi­bién­dome acer­carme a cual­quier uni­dad militar.

Muy a mi pesar debí salir de aquella pos­tura paci­fista al que me tenía mi madre acos­tum­brada y he comenzado a gol­pear puer­tas deseosa de saber la verdad.

No es mi intención per­se­guir la vin­dicta pública para los ase­si­nos, pues se me dirá cíni­ca­mente que los hechos están pres­crip­tos y que no se trata de un “cri­men de lesa huma­ni­dad”, pero si creo que tengo todo el derecho de saber la ver­dad, de cono­cer como y por­que se llevó a cabo este artero ataque, quie­nes son con nom­bre y ape­llido los que mata­ron a mi padre y, si están aún vivos, poder mirarlos a la cara.

Solo eso pido como víc­tima del accio­nar de aque­lla banda de ase­si­nos, y digo víc­tima ya que no sólo mi padre fue ase­si­nado, sino que tam­bién mar­ca­ron la vida de mi madre y de mis her­ma­nos, así como la mía. Todos somos víc­ti­mas de aquel abe­rrante hecho.

Ana Lucioni

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Primero lo primero. Empecemos por enmarcar la situación dentro de la teoría por ustedes sostenida (aclaro que por ustedes, no por mí), me refiero al postulado de "la guerra".
Así las cosas no es un dato menor de que el militar Lucioni fue parte del Proceso de Reorganización Nacional. Podría inferirse de ello qué en el marco de lo que ustedes llaman "guerra" este hombre (por llamarlo de algún modo)hizo lo que hicieron la mayoría de los militares del proceso: secuestró, torturó, violó,mantuvo cautivos clandestinamente, asesinó he hizo desaparecer compatriotas.
Ahora, cuando "se hace cargo del Poder Ejecutivo el actual gobierno, con ánimo revisionista y revanchista" los militares qué, como su padre, secuestraron, violaron, torturaron, asesinaron e hicieron desaparecer compatriotas, fueron procesados, juzgados y condenados, justo en ese momento y esas circunstancias usted se pretende con "todo el derecho de saber la ver­dad, de cono­cer como y por­que se llevó a cabo este artero ataque, quie­nes son con nom­bre y ape­llido los que mata­ron a mi padre y, si están aún vivos, poder mirarlos a la cara". Bueno, ¿sabe qué?: vaya a la fila. Espere a que antes se sepa que fue de los miles de desaparecidos víctimas de las fuerzas armadas de las que su padre formaba parte, y luego, si le da la cara, reflexione acerca de qué si no fuera porque su padre murió en le 76, hoy estaría sentado en el banquillo de los acusados respondiendo por sus crímenes.

Anónimo dijo...

Sr. ò Sra. anònimo:

Su incontinencia verbal me supera. Siguen siendo arrogantes, impunes, creyendose dueños de la verdad absoluta. Pero sabe que: llegarà el momento en que no se puedan comprar voluntades para lograr su cometido, en ese momento se sentiràn desnudos ante el mundo. Sòlo queda esperar, ...esperar.
Sr. ò Sra. es irrespetuodo, no supo, ni sabe lo que es el respeto. ¿por què siente que lo tienen que respetar a Ud., si Ud. no sabe de que se trata esa palabra?.
MEMORIA, VERDAD, Y JUSTICIA. Sabe?, nosotros tambièn pedimos

A. Guerrero

Anónimo dijo...

sra o srita ana haga las presentaciones pertinentes ante la justicia como corresponde en ves de tanto melodrama