domingo, 21 de agosto de 2011

EL FESTEJO DE LOS SOBREVIVIENTES


Camino apurado por una vereda frenética poblada de gente tan apurada como yo. El viernes se está haciendo noche, hay un fin de semana largo por delante pues un decreto del gobierno decidió matar al General San Martín unos días más tarde para que los argentinos hagamos mini turismo. Hay pañuelos manchados con sangre que el gobierno pretende limpiar con lavandina, pero la memoria de un tal San Martín puede acomodarse a la coyuntura turística de los demagogos. Es lo que hay.
Y no le voy a explicar a usted estimado lector cómo somos los argentinos, que por un feriado largo o con tal de comprar un televisor de cuarenta pulgadas en cincuenta cuotas somos capaces de matar a alguien, o lo que es peor, de votar a cualquiera. Lo hemos hecho en varias décadas no muy lejanas.
Un frío polar, ah sí, porque los comunicadores de este tiempo, tan proclives a la adjetivación desmesurada no hay podido dar aún con alguna metáfora más digna para nuestros avatares meteorológicos. Baja la temperatura un poco más de lo normal y ya el frio es “frío polar” y la ciudad se nombra “capital mundial del fresquete”. Cuando la noticia es calor del verano, el calor es siempre “infernal” y convierte al país en un “horno”. Y si se amontonan las nubes con un gris un tono más oscuro que el gris topo… ya el “alerta meteorológico” viene siempre acompañado con “probable caída de granizo”… es casi el ADN nacional marca registrada, aunque luego caigan cuatro gotas locas. Y bueno, en un país donde los Wachiturros venden discos a cuatro manos haciendo como que cantan, una letra básica repetida hasta el hartazgo, los comunicadores también deben ponerse a tiro con la media cultural de la estética nacional. Que el bicentenario es Tecnópolis y es también la chatura cultural… obvio.
Y si usted ya peina canas, y no me refiero a que sea usted el peluquero de la seccional policial, sino que me refiero a que si usted es una persona entrada en años como yo, y no sabe quiénes son los Wachiturros, le recomiendo ni siquiera averiguarlo… no se amargue.
Miro las caras de las gentes que caminan casi corriendo a mi alrededor, como si en algún lugar no muy lejano hubieran anunciado el fin del mundo. Gorros y bufandas llevan la delantera en el factor común de los desaforados…los guantes le pisan los talones. Casi todos cargan bolsas enormes de colores estridentes.
En la esquina hay una vidriera gigante y su cartel me despabila. Me saca del ensimismamiento con el que camino… “21 de Agosto Día del Niño”. “12 cuotas sin interés”. Sonrío…pues cuando leo este tipo de carteles el juego de jugar con las metáforas me brota rápido…el dueño del local supongo que sí tendrá interés en vender como está vendiendo hoy. Aunque quizás no tenga interés en cobrar el interés de la financiación, seguramente porque de ese interés… otro se hará cargo.
Una larga fila de personas enfundadas en lanas multicolores espera su turno para pagar en muchas cuotas siempre y cuando la primer cuota se la pasen al mes que viene. Vivir de prestado se llama esta película que vi como mil veces. Hacia el abismo dicen que se llama la película mi amigo el pesimistas al que el 53% le grita gorilón.
Hoy se festeja el día del niño. Al menos en Argentina… y desde hace unos días las jugueterías rebalsan de gente ansiosa por hacerse de un regalo. Padres, abuelos, tíos, padrinos y amigos compran regalos para los más pequeños. Y sí, regalos… los chicos de ahora demandan hechos y no palabras. Hay que calmarles el hambre y la sed del tener, con algo que se pueda ver y que se pueda tocar, nada de regalos inconsistentes de cosas que lleguen al corazón. Esas cosa duran un rato y luego se esfuman para siempre. Que para festejar el día del niño el regalo tiene que ser importante, y el papel que lo envuelve deber ser de colores brillantes y la bolsa en que lo llevamos debe ser estridente… aunque luego tanta mercadotecnia nos cueste 12 meses de cuotas.
Tanto tienes, tanto vales. Sonrío. Así se quejaba mi abuelita en sus últimos años, sobre ese mundo de consumismo incipiente de los años 70. Menos mal que mi abuelita, que tenía un altar en su mesa de luz con “santa Evita” no llegó a ver los años ochenta!!
Coqueteando al Capital… que cuando la Argentina era un país más previsible… perdón, cuando los argentinos éramos más previsores, el día del niño se festejaba el primer domingo de agosto y no pasada la primer quincena. Los bolsillos flacos del muy principio de mes mudaron el día del niño para un día en que el consumismo asegure sus principios: que todos hayan cobrado y puedan gastar.
Supongo que los niños están al margen de todo, aunque sospecho que cada vez menos.
Claro que son los niños parte especial de nuestras vidas… más allá de nuestros consabidos lugares comunes en los que caemos diciendo: Que son el futuro del país, que son los únicos privilegiados, que con los niños NO, que los niños son lo primero, que son nuestro tesoro, que son un diamante en bruto, que todos alguna vez fuimos niños, y que todos tenemos un niño en algún rincón del corazón.
Hechos, no palabras. Los discursos de nosotros los grandes para con la niñez pueden ser frondosos y hasta dignos de un Nobel de Literatura… pero importan los hechos.
Pues tras los discurso floridos están los niños pidiendo. Y están los niños durmiendo en las calles. Y están quemándose la cabeza con paco en los rincones de las estaciones de trenes de Buenos Aires, y están pidiendo para los grandes en los trenes y los colectivos. Y están perdiendo la inocencia en algún prostíbulo donde transa la política con la policía.
Hace unos días perdí una lectora. Se ofendió ante un comentario fuerte que publiqué con ironía sobre ese doble discurso de la presidentA que con tanta alegría había anunciado que sería abuela… por eso lamenté la noticia de la pérdida del embarazo de la esposa de su hijo Máximo. Cuando ocurrió yo publiqué el siguiente comentario: “No entiendo la tristeza, pues para la ideología del kirchnerismo, lo que murió no es una persona sino una cosa que puede matarse según nuestras ganas.”
Es fuerte pero es lo que pienso. Sinceramente no creo en los discursos sentidos ni en las posturas sobreactuadas. De nada valen los mil discursos floridos sobre la niñez, si luego se milita para legalizar el aborto, que es claramente el asesinato del más indefenso de los seres humanos.
A pesar de haber intentando, nunca he conseguido un permiso oficial para filmar un aborto. Quiero hacerlo. Quiero filmar un aborto y luego discutir el aborto mirando la filmación. Si hoy algún encumbrado lee estas líneas y me puede ayudar…
Hoy es el día del niño… y viendo la realidad que nos agobia y las políticas esmeradas hacia la muerte y lo que nosotros los grandes hacemos con los niños más allá de nuestros discurso edulcorados… hoy festejan los niños sobrevivientes de una sociedad que milita en el desprecio por la vida.
Horacio Ricardo Palma
Para El Dia de Gualeguay

4 comentarios:

capitan futuro dijo...

¿en serio queres filmar un aborto? que decepcion te vas a llevar ¿Y si el aborto es tomarse unas pastillas durante un lapso de días?¿Y si la imagen es solo una mujer recibiendo una inyección de solución salina? Me parece que vos crees que el aborto es lo que muestran algunos "documentales" de grupos religiosos de ultraderecha yankee donde se monta la imagen de un feto de varios meses de embarazo siendo despostado y succionado por maquinaria médica.
No es así. No hay feto cuando se hace un aborto. Sin discutir en este punto si hay vida o no lo que se interrumpe es el desarrollo de una célula. esto casi qeu es indiscutible. No se hacen abortos clandestinos (en habitaciones de aborteras o en clinicas privadas con todas las seguridades) de embarazos con cierto punto de desarrollo.
Pero igual yo te redoblo la apuesta: Filmá dos abortos. Uno en una villa de emergencia, otro en una clínica privada ¿Te parece? y con el material en la mano discutimos las diferencias.

Anónimo dijo...

Entre el Capitán Futuro y el periodista Horacio Palma... hay un abismo. Uno defiende la vida, es Palma obviamente, y el otro prefiere asesinar aunque sea con una píldora al más indefenso de todos: el bebé concebido desde el primer instante.

Futurama que lástima que tu vieja haya sido una mujer creyente... no merecías nacer. Pero Dios te regaló la vida, dejáte de joder.

capitan futuro dijo...

si, ta claro entre horaqcito y yo hay un abismo. en realidad hay varios abismos y todos son anchos. Eso no nos hace ni mejores ni peores uno al lado del otro.
Solo eso, tenemos valores muy distintos.

Al margen: Pero quien te dijo si mi vieja cree o no. Yo no dije que este a favor del aborto o no. Simplemente redoblé la apuesta. Que filme dos abortos y los comparamos y ahi veremos como se defiende la vida de la mamá, la diferencia entre la que tiene plata e hipocritamente se hace el aborto en la clinica y la qeu no0 tiene un mango y se entrega a la buena de dios.
Yo no prefiero asesinar. Nunca lo he hecho ni lo hare.
Ademas las estadísticas me avalan: no hay abortos depues de un determinado punto de gestación. Punto.


Mas alla de eso no te metas con mi vieja que no sabes lo que piensa. No la pongas al medio que yo me defiendo solito.
Ademas ¿vos pensas exactamente lo mismo que tu mamá? Merecida mi vida o no, acá estoy. Y si estas a favor de la vida deberias reflexionar porque con esta idea de "merecer la vida" se aniquilo a una genereacion entera porque "no merecian vivir" uno defiende la vida a lo largo y ancho de esta. Todos merecemos vivir. y esto incluye a la mujer.

Anónimo dijo...

Como si matar con pastillas fuese distinto...capitan trucho seguis dando lastima! (o lo que dice Fito!)