Obras, amores.. y razones

Cuando de lo único que se escuchan son electorales, a mí la sonrisa me corre por las entrañas apurada por salírseme de la boca. Hay cosas que me causan gracia…

En las paredes, en los diarios, en las revistas, en las radios, en la tele, en las rutas, en las calles… en todo momento y en todo lugar los candidatos políticos nos asaltan con o sin permiso, para prometernos el mejor de los mundos.

Eso sí, cuando un candidato promete el mejor de los mundos enchastrando las paredes de una casa ajena, más que sonrisa me ahoga la carcajada.

Algunas promesas las comprendo. Las entiendo en quien nunca ha estado en la función pública, por ejemplo, y ahora se postula para ello. Es lógico que deba prometer lo que nunca ha podido mostrarnos. Pero cuando los que se postulan para seguir en el cargo tienen un camino andado en la función pública, ahí ya la cosa me predispone de otra manera.

Es que estoy convencido hasta el caracú (así decía mi abuelita cuando quería decir que ya no iba a cambiar de opinión), que un solo hecho vale más que mil palabras.

Y ese solo hecho puede ser a favor… o puede ser en contra. Lo hablaba hace unos meses con un compañero mío de la escuela primaria. Yo sé que a ustedes no les importa dónde cuernos cursé la escuela primaria, solo lo explico para que el comentario no quede descolgado. Yo hice la escuela primaria en la Ciudad Sanmartiniana por excelencia: San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe. Donde como todos saben, hace unos días hubo elecciones. Unas elecciones cuyos resultados dieron mucho que hablar.

Un compañero mío de la escuela primaria, el Dr. Leonardo Raimundo, es el actual Intendente de San Lorenzo y se presentó para su reelección. Milita desde siempre junto a Hermes Binner. En San Lorenzo Leonardo Raimundo ganó su reelección con un 65% de los votos y Del Sel, el candidato del PRO, ganó para Gobernador con un 38 %.

Es que a pesar de lo que piensen los políticos, el electorado no es idiota ni se traga sapos ni se cree los cuentos. En el cuarto oscuro los votantes premian las buenas gestiones y no los discursos floridos. En el cuarto oscuro los votantes se cobran sus broncas y patalean sus necesidades. Una vez que se cierran las puertas del cuarto oscuro, las promesas de campañas quedan del lado de afuera y aparecen a rendir cuentas las realidades. Claro que hay gente que vota por conveniencia. Si alguien vive y muy bien de un cargo político, es lógico que no quiera pasar sobresaltos en su futuro. Pero la mayoría silenciosa premia en el cuarto oscuro las buenas gestiones con la misma fuerza con que se cobra las cuentas pendientes, las promesas incumplidas, las necesidades insatisfechas, las traiciones pueblerinas, la soberbia de los funcionarios que llegados a la cumbre le dieron vuelta la cara, las casas fastuosas de la noche a la mañana, el doble discurso y todas esas cosas que son imposibles de revertir con un par de carteles gigantes ni con fotos de sonrisas radiantes e impecables, ni con versos azules y mucho menos con canciones profanas.

También afuera del cuarto oscuro quedan las tapas de los diarios y los millones de palabras de los periodistas y opinadores contumaces. Y afuera quedan también los ríos gritados con tinta, esos ríos se ahogan en la realidad con la que lidia todos los días el ciudadano común.

Pensaba yo esta semana en la que tuve que hacer varios trámites en dependencias públicas de Gualeguay. Algunas dependencias del Estado Nacional y otras del estado Municipal. Pensaba en cómo los funcionarios y sus gestiones ganan o pierden, casi siempre sin saberlo, muchos votos de acuerdo a las obras.

Claro que cuando uno dice “las obras”, dice también las gentes que la componen y que las llevan adelante. Un empleado de una dependencia estatal que destrata a la gente, hace mucho en el mal humor general a la hora de votar una gestión. Tanto como el desdén por un barrio o una promesa sin cumplir.

Seré sincero. Me llamó gratamente la atención lo que la Municipalidad de Gualeguay ha hecho en Tránsito. Y no hablo solo en la campaña dura y en apariencia antipática de cuidar las cabezas de los nuestros, al exigir el uso de casco a rajatablas. Sino que me refiero también a lo que montó en el antiguo edificio de Correos. Me encanté al ver el viejo edificio de Correos restaurado impecablemente. Me gustó entrar a hacer un trámite a las 8 de la mañana y salir a las ocho y media con el trámite terminado. Me puso de buen humor la buena y esmerada atención del personal que atiende al público y me sorprendió gratamente la tecnología utilizada para el bien de todos.

Obviamente no soy oficialista y lejos está el peronismo de mi pensamiento político, lo que quiero decir es que cuando la gente palpa este tipo de cosas, no hay campañas ni discursos ni editoriales periodísticos que puedan contra eso.

Si hasta me robó una sonrisa ver en el impecable recinto donde funcionan las oficinas de Tránsito de la Municipalidad, la gigantografía de una tapa de éste Semanario como campaña proselitista, de cuándo el Intendente sacaba la cara por muchos de los que hoy le dan la espalda. Y sí, la política tiene esas cosas…

Vi la tapa del Semanario colgada y enmarcada en las paredes relucientes de la dependencia de Tránsito y sonreí con ganas. Si los funcionarios entendieran algunas cosas más allá de sus rencores, se darían cuenta que ese tipo de pequeñeces resultan innecesarias en medio de una obra que habla por sí sola.

Pero claro que las gestiones son un todo. Y eso la gente también lo palpa. Lo vive y lo sufre en el día a día. Y llegado el momento se encierra y pone su humor y su esperanza en las urnas. Pone allí adentro los budines y pone también el carnet de conductor en media hora.

Pone allí la traición pueblerina del Senador que por caprichos personales le dio varias veces la espalda, y pone allí también la esperanza en que el que recién llega.

Y es así en pago chico… y es así en el país grande aunque luego los funcionarios se rasguen las vestiduras y la emprendan contra los molinos de viento como grotescos quijotes luchando contra la mentira de un espejo que devuelve fantasiosas imágenes a los necios que no admiten un NO como respuesta.

Que un Juez de la Corte de discurso “progre” tenga 17 propiedades compradas con dólares cipayos, y que en 6 se esas propiedades funcionen prostíbulos con trata de personas… son cosas que pesan a la hora nuestra de decidir. Que la presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo haya cobrado miles de millones del Estado amparada en la mentira de los “derechos humanos”, y ahora se niegue a pagarle a los obreros que trabajaron para ella haciendo casas, habla pésimo de Hebe de Bonaffini, horrible del discurso socialista que miente, y espantoso del Estado que malversa los fondos públicos al no controlarlos como corresponde. Que Abuelas de Plaza de Mayo haya perseguido durante 10 años a los hijos de una empresaria poderosa, con más mentiras que fundamentos…son cosas que pesan y mucho llegado el momento aunque luego se lloren mil lágrimas saladas en cadena nacional.

Esto leí en el libro de un Santo: «Cuentan de un alma que, al decir al Señor en la oración "Jesús, te amo", oyó esta respuesta del cielo: "Obras son amores y no buenas razones". Piensa si acaso tú no mereces también ese cariñoso reproche».

Y esto que escribió el Santo vale en el cielo. Pero también vale en la tierra. Bah, eso creo.

Horacio R. Palma

El Dia de Gualeguay