miércoles, 4 de mayo de 2011

Montoneros en Formosa. "El héroe que se equivocó de bando"... gran aporte de Reato a la Verdad Histórica


04/05/11 La utilización interesada de la memoria histórica, y de la revisión judicial de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura, les sigue debiendo explicaciones a las víctimas de la violencia guerrillera.




Lo que pasa es que vos peleaste del lado equivocado”. Eso es lo que pienso decirle al ex soldado Ricardo Valdéz apenas se cure de la dolencia que lo tiene a mal traer y que, sin dinero, lo obliga a viajar cada tres semanas de Formosa a Buenos Aires, donde lo someten a agotadoras sesiones de quimioterapia. Es una frase irónica y será dicha para exorcizar tantos sufrimientos y tantas humillaciones que, afortunadamente, no parecen haber alterado su calma provinciana ni su preocupación por los camaradas que permanecen en una situación aún peor que la suya.
Valdéz puede ser considerado un héroe, no porque él haya querido sobresalir entre sus pares formoseños sino porque la historia fue a buscarlo el domingo 5 de octubre de 1975 , casi seis meses antes del golpe, cuando él y otros soldados conscriptos (el servicio militar era obligatorio) custodiaban el regimiento ubicado en las afueras de la ciudad de Formosa.
En realidad, Valdéz y su grupo estaban durmiendo; habían terminado su turno cuando, a la hora de la siesta, otros jóvenes argentinos como ellos pero con el flamante uniforme azul de Montoneros atacaron el cuartel en la llamada “Operación Primicia”. Los dos pelotones mejor preparados debían tomar el edificio de la Guardia; allí, el primero que murió fue el soldado que estaba más cerca de la puerta, Antonio Arrieta, que era el telefonista y no tenía armas. Tres de los atacantes fueron a la puerta del dormitorio donde descansaban Valdéz y diecinueve soldados.
Los montoneros habían entrado al regimiento convencidos de que no tendrían que disparar contra nadie porque los soldados se rendirían a la primera intimación: daban por descontado que, siendo tan pobres y tan peronistas, los conscriptos se plegarían rápidamente a quienes luchaban por la revolución socialista .
Pero, sucedió que Valdéz y sus compañeros se resistieron y escaparon del dormitorio por una ventana. Claro que antes de que pudieran instalar el primer foco de resistencia, perdieron cuatro camaradas: Marcelino Torales, el albañil y cantor aficionado que admiraba a Sandro; Dante Salvatierra; Alberto Villalba, y José Mercedes Coronel, el bicicletero de Clorinda. Otros quedaron heridos.
Valdéz tuvo un comportamiento heroico.
Recordando sus años de futbolista rudo en San Jacinto, una colonia de agricultores ubicada a 195 kilómetros de la ciudad de Formosa, se tiró con los pies en plancha y cerró la puerta del dormitorio. Y tirado en el piso la mantuvo clausurada con su cuerpo durante una decena de minutos cruciales; a los guerrilleros no les quedó otra que disparar sus ráfagas a través de la madera de la puerta.
“Operación Primicia”, que fue el debut del Ejército Montonero, terminó mal: en media hora de un combate encarnizado hubo veinticuatro muertos , doce guerrilleros y doce defensores del cuartel, entre ellos diez soldados, de 21 años.
La primera paradoja de aquella tragedia es que todas las víctimas, de un lado y del otro, fueron peronistas.
A los 56 años, jubilado de la policía provincial, Valdéz es el presidente del centro de ex soldados que defendieron el cuartel, que es una organización prestigiosa en Formosa, donde todos los 5 de octubre se realiza un acto y un desfile cívico militar. Ese honor no cruza el río Bermejo; en el resto del país nadie los recuerda.
La segunda paradoja es que, en cambio, los guerrilleros muertos son considerados por el gobierno nacional, y también por el gobierno porteño, como víctimas del terrorismo de Estado y así figuran en el monumento en la Costanera norte de la ciudad de Buenos Aires a pesar de que murieron durante el ataque a un cuartel en pleno gobierno constitucional de Isabel Perón . También son homenajeados así en las facultades donde estudiaban (como el soldado santafesino que abrió las puertas del cuartel) y en las ciudades donde nacieron.
La tercera paradoja es económica: los parientes de la mayoría de los guerrilleros muertos cobraron la indemnización prevista para las víctimas del terrorismo de Estado mientras los padres de los soldados muertos deben contentarse con el sueldo básico de un cabo. La diferencia de dinero es abismal: la vida de un guerrillero vale por lo menos seis veces más que la de un conscripto .
Los soldados que sobrevivieron no reciben ningún subsidio; sólo los heridos más graves cobran una pequeña pensión. Y así, pobres y olvidados, se van enfermando y se van muriendo, como sucedió hace poco con Juan Carlos Torales, “Toralito”, que trabajaba en una plantación de pomelos en el interior de Formosa y agonizó varios días sin asistencia médica.
Valdéz está peleando para torcer esa historia, con la colaboración de su mujer y de sus hijos. Y de los amigos y conocidos que lo ayudan a pagar los pasajes en ómnibus a Buenos Aires y el hotelito en el que se aloja, a media cuadra del Hospital Italiano. Si hubiera peleado en el otro bando, si se hubiera rendido y entregado el cuartel, no le faltarían ahora funcionarios amigos ni homenajes oficiales ni indemnizaciones extraordinarias ni pasajes de Aerolíneas Argentinas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Considerando el tibio repudio de nuestro gobierno K al "terrorista malo" Osama Bin Laden y todos los beneficios que recibieron los "terroristas buenos" -a saber: reconocimiento histórico, reparaciones económicas, aministías, etc.- por parte del mismo gobierno K... ¿nos quieren hacer creer que el terrorismo es un demonio con dos cabezas: una mala y una buena?

No señor... el terrorismo es un solo demonio y siempre malo. El terrorismo es el uso sistemático del terror, para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de organizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también por grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores, ecologistas y gobiernos en el poder.

capitan futuro dijo...

"Nuestra Justicia debe determinar, en cada caso individual, si el conflicto violento que azotó a la Argentina en la década de los años 70 constituyó, o no, un conflicto armado interno"
en la nota anterior el autor fija esta falacia como argumento. La justicia toma, si, casos particulares para juzgar, pero a medida que falla, va fijando jurisprudencia que enmarca a todos los casos que dejan sus particularidades y pasan a estar en una categorìa juridica que los define.
Reitero mis conceptos sobre Cafiero: no es un testigo presencial, es de contexto, y ya sebemos que el forma parte de la Clase política despreciada. Mas alla de que mienta o diga la verdad, es un actor poco serio.
Otro debate es si el estado debe responder por acciones de terceros. Si supuestamente es un ejercito profesional, los que lo integran saben bien qeu dependiendo del contexto y de las hipotesis de conflicto su trabajo no es hacer la venia y pegar un par de gritos sino, exponer su vida en defenza del pais. Dicho de otra manera, ningun medico pide reconocimientos mas alla de su paga cuando salva una vida en una operacion. si no ustedes estan contradiciendose ¿lo hicieron por la defensa del orden cristiano y occidental o por la guita??? porque si es por la guita ya ganaron mucha con los falsos rescates, la venta de muebles y demas pertenencias de desaparecidos.