jueves, 12 de mayo de 2011

Discurso de la Dra. Victoria Villaruel en el Foro de Oslo sobre derechos humanos

TERRORISMO E IMPUNIDAD EN ARGENTINA

Quiero agradecer a HRF y a su presidente Thor Halvorssen y a todos los organizadores de este evento por garantizar la libertad de expresión y permitirme darle voz a las miles de personas desaparecidas de la memoria social en la Argentina.

Cuando se habla de mi país se cuenta una parte de lo ocurrido, pero me gustaría profundizar en el dolor y olvido que sufren miles de ciudadanos inocentes, que hasta el presente no gozan del reconocimiento de sus DDHH.

Desgraciadamente en Argentina el poder eligió qué parte de la historia contar y cuál ocultar, ahondando así en el desamparo que sufren todos los que padecieron atentados terroristas.

La historia oficial relata que entre 1976 y 1983 asumió un gobierno de facto. A este período se lo denominó Guerra Sucia.

Durante esos 6 años, el gobierno de facto reprimió a las organizaciones terroristas, pero violó sus DDHH victimizándolos a ellos y a sectores afines.

Posteriormente los familiares de los detenidos y desaparecidos comenzaron a reunirse y en el período siguiente las Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones lucharon por los derechos de sus hijos.

La historia que se difundió también incluye la legitimación de los actos terroristas porque se oponían a una dictadura.

Entre fines de los 60´s y principios de los 80´s surgieron aproximadamente 17 organizaciones armadas en la Argentina. Ellas actuaron cometiendo actos terroristas tanto en gobiernos democráticos como de facto.

Cinco de estas organizaciones alcanzaron relevancia nacional.

Y dos de ellas ERP y Montoneros alcanzaron nivel internacional a partir de sus contactos, en Cuba, Libia y Nicaragua, como así también con la ETA y OLP.

Los Montoneros por ejemplo recibieron entrenamiento militar en Medio Oriente y a cambio cedieron tecnología para la fabricación de explosivo plástico C4, que la OLP usó posteriormente en varios atentados en Israel.

Los actos criminales de estas organizaciones terroristas no forman parte de la historia difundida y por lo tanto tampoco existen sus víctimas.

Estas organizaciones buscaban tomar el poder y emplearon el terrorismo para lograr sus fines. Durante los 10 años que actuaron dejaron miles de víctimas inocentes.

Como hemos visto el período que se difunde es el referido a los años 1976 a 1983.

Pero es fundamental aclarar que antes del gobierno de facto de 1976 existió una democracia y los miembros de las organizaciones terroristas fueron amnistiados e invitados a participar en política.

Sin embargo las organizaciones terroristas incrementaron sus ataques durante el período democrático. Fue en ese momento cuando comenzaron a formar militarmente a sus milicianos, estimados entre 15 y 20 mil personas, para integrar los ejércitos irregulares que estaban creando. El ejército revolucionario del pueblo y el ejército montonero.

Estas dos organizaciones terroristas iniciaron sus ataques durante un gobierno militar en 1970, continuaron durante la democracia y finalizaron:

El ERP en 1978 con el ataque a un teatro

y Montoneros a fines de 1979 con el asesinato de un ciudadano suizo-argentino y su chofer.

Entre 1969 y 1980 se produjeron más de 21.000 ataques terroristas de diferente magnitud, lo que arroja el lamentable promedio de 7 atentados diarios durante 10 años.

En diciembre de 1977 el Times de Londres dijo: “Los terroristas italianos y germano-occidentales no pueden ser comparados con la fuerza y la ferocidad de los grupos argentinos…

Hoy en América Latina se observa un nuevo fenómeno: antiguos terroristas alcanzan funciones de gobierno. Independientemente del éxito de su gestión, desde el punto de vista ético es un retroceso en la batalla contra el terrorismo. El mensaje que les transmitimos a los jóvenes es que el terrorismo es un camino viable para lograr objetivos políticos, lo que debiera desalentarse porque solo a través de las instituciones de la democracia y el respeto y diálogo se puede conducir el destino de una nación.

Esta charla lleva por título “Terrorismo e Impunidad en Argentina” y uds. se preguntarán dónde puede estar la impunidad en un país que se considera a la vanguardia en la lucha de los DDHH. Sin embargo, hoy mientras converso con uds., miles de ciudadanos anónimos siguen sin poder gozar del reconocimiento de sus DDHH porque el Estado ha elegido excluirlos y discriminarlos de cualquier política gubernamental relacionada con la época en la que ocurrieron estos terribles hechos.

Hablar de víctimas, puede parecer abstracto, por eso quiero materializarlas brevemente en estos rostros, que representan a las miles que en Argentina no tienen derechos y siguen esperando desde hace 28 años de democracia que el Estado las ampare y no fomente como hasta ahora la impunidad de sus victimarios.

Entre ellos hay obreros, jueces, empresarios, niños, políticos, filósofos, ciudadanos de Alemania, Suiza, España, Italia, Holanda, Portugal, Francia. Gran Bretaña, USA, etc.

Ellos fueron asesinados, secuestrados, torturados, perdieron sus bienes destruídos por las bombas o quedaron lisiados para siempre por los actos terroristas.

Ninguna causa judicial reclamando por los derechos de las víctimas prosperó en la justicia argentina. Los jueces parecen ser garantes de la impunidad de los culpables.

Mientras los integrantes de las organizaciones terroristas, gozan de la plenitud de sus derechos, reconocimiento social, apoyo gubernamental y soporte de ONGs y gobiernos extranjeros.

El Estado argentino y muy especialmente el gobierno actual han creado la mayor discriminación entre víctimas al negarles los derechos a miles de personas y otorgarle todos los derechos a sus victimarios.

Las dictaduras son inaceptables. El terrorismo también lo es. Sin embargo en Argentina se eligió mostrar las violaciones de un lado y ocultar las del otro y en el medio quedó la población civil y no combatiente, mayoritariamente agredidos por los terroristas que sin embargo permanecen desamparados cruzándose en las calles con sus agresores, hoy funcionarios, periodistas, pero fundamentalmente ciudadanos que gozan de impunidad.





El gobierno se muestra al mundo como un ferviente defensor de los derechos humanos.

Pero en realidad tras su acción en este campo, generó una profunda discriminación en perjuicio de las víctimas inocentes. Ninguna investigación judicial relacionada con el terrorismo avanza en Argentina, incluso el actual gobierno protege a terroristas extranjeros denegándole su extradición a otras naciones.

La Causa por el atentado de la mutual judía AMIA lleva más de 15 años sin resolverse y sobrevuela sobre ella el rumor de la complicidad gubernamental con Irán, como ha denunciado hace poco tiempo atrás un reconocido periodista.

Los únicos derechos plenos que el gobierno argentino otorgó son los de miembros de organizaciones terroristas victimizadas por el gobierno de facto. A cambio estas organizaciones pasaron a convalidar los actos de gobierno.

El grado de reparación y homenaje público a los ex terroristas es de tal magnitud que las víctimas civiles inocentes se encuentran con monumentos dedicados a los asesinos de sus familiares.



En Argentina el concepto de derechos humanos está desnaturalizado y conlleva un claro sesgo ideológico. El gobierno, mientras se muestra a la vanguardia de la justicia transicional, no solo discrimina entre víctimas, sino que es reticente para condenar las violaciones de los derechos humanos en países como Cuba, Venezuela, Libia o Irán.



Estos rostros son los mismos que vimos en las Torres Gemelas, en Atocha, en el metro de Londres, en la estación de Bologna y en tantos otros episodios lamentables.


Ellos sufrieron el mismo dolor y en algunos casos el mismo terror.


Las organizaciones terroristas de mi país están impunes y sus víctimas continúan privadas de sus derechos. Muchas gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He leído las palabras de la doctora, las palabras huelgan, pero en necesario un certero comentario: ¡cómo le sangra la herida del orto!