sábado, 20 de noviembre de 2010

Sobre el "ubicate" de la Camaño...


Cachetazo o cachetada, bofetada, sopapo, soplamoco, tortazo. Dde varias distintas maneras se puede nombrar al exacto “ubicate” que la diputada Camaño, presidentA de la comisión de de Asuntos Constitucionales, le aplicó al “compañero” Carlos Kunkel.
Ya varios de los peronistas más sobreactuados, que son generalmente los que menos peronistas se sienten, los que tienen complejo de inferioridad peronista y por eso necesitan gritar su peronismo con obsecuente estridencia (en Gualeguay abundan), se habían explayado en ríos de tinta sobre el día de “la militancia”.
¡Qué cosa con estos peronistas!, que abarajan enseguida el epíteto “gorila” cuando uno como yo los critica… pero cuidado al utilizar el término peronista, porque abarca tantas cosas como se puede abarcar con un ángulo de 360 grados.
El día de la militancia, los peronistas lo festejan en homenaje al regreso de Perón tras varios años de exilio. Claro que ese día no fue el regreso definitivo sino que fue un regreso simbólico. Pues todos recordamos que el día en que Perón puso definitivamente un pié en Argentina, los “militantes” que lo esperaban en Ezeiza se mataron los unos a los otros en una masacre que pasó a la historia, esa historia que el “movimiento” olvida convenientemente.
En Ezeiza de 1.973 se enfrentaron los peronistas malos y los peronistas horribles. Obviamente, a la larga… ganaron los horribles. Ironías del destino, moralejas de un “movimiento histórico” que siempre gira sobre su eje, hoy gobiernan con el sello peronista todos aquellos a quién Perón exigió perseguirlos hasta debajo de las camas, y a los que su viuda firmó un decreto donde exigió su “aniquilamiento”.
Cosas que pasan, tanto militante festejando el regreso del líder, y a poco llegar Perón definitivamente a la Argentina, los peronistas horribles lo recibieron con cientos de cadáveres sobre la mesa. Los “compañeros” horribles le asesinaron al “viejo” hasta el “compañero” malo que le tuvo el paraguas al bajar del avión.
Después el terrorismo siguió tirando cadáveres. Los terroristas del ERP toman el cuartel de Azul y matan a diestra y siniestra y colman la paciencia del General. Perón se calza su uniforme de gala y dice por cadena nacional: "El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar.". Léase Triple A.
¡Vio General, le ganaron los horribles… y ahora desfilan por la historia con los atributos del movimiento que lleva su nombre!!.
Ahí están, muy sueltos de cuerpo… Righi, a quién Perón trató de inútil, ahí está Kunkel y Garré, a quienes el peronismo de Perón echó del Congreso de la Nación, cuando se opusieron a las leyes que quería Perón para luchar contra el terrorismo. Ambos huyeron a la clandestinidad, y no tanto… a luchar con o sin fierros un peronismo con o sin Perón.
Toda aquella “juventud maravillosa” que luego Perón excomulgó en el famoso discurso del 1º de mayo en Plaza de mayo con el mote de “mocosos imberbes”, está hoy aferrada a una ambición desmedida, militando una revancha histórica que no les pertenece.
En la carrera de turismo carretera realizada en La Plata, al ministro Florencio Randazzo le gritaron tantas barbaridades desde la tribuna… pero tantas, que una persona con honor se hubiera retirado en el acto. Pero no… el ministro sonreía y saludaba con desdén a un público que, convengamos, de oligarca no tiene nada.
A doña Cristina el duelo le paga… y bien. Por eso supongo que no dejará el luto hasta dentro de un año. Al menos hasta que a Braga Menéndez las mediciones le digan lo contrario, o cuando Digo Gvirtz baje el pulgar, el capocómico que imaginó 678, ese espejo mágico que necesita todo narcisista para preguntarle… “espejito espejito… ¿quién es la mejor presidentA de todo la historia del mundo?. Y el espejito, que funciona solo si el Estado aporta una cantidad obscena de pauta oficial, siempre contesta a la medida del narcisista pagador.
Así las cosas, hay dos Argentinas en pugna y no una sola que debate sus diferencias. Uno está con ellos…o es gorila, golpista, obtuso, o imbécil en el mejor de los casos…
Y a mí, que no me sienta ni me ha sentado nunca el traje de lo políticamente correcto, se me hierve la sangre cada vez que los horribles me señalan con el dedo o pretenden darme clase de moral y buenas costumbres.
No me gusta, me molesta, no lo tolero. Por favor señores, bajen el dedito.
No quiero imaginar que para las elecciones que se avecinan, en Entre Ríos por ejemplo, se pongan de acuerdo Urribarri, Busti, Jodor, Vitullo…y Erro. Aunque no me extrañaría. El movimiento tiene esas cosas, ya lo expliqué, gira sobre su eje. Cuando sube uno en nombre del peronismo, se auto declara el peronismo verdadero, y ahí nomás acusa a los otros del partido de NO SER PERONISTA.
Para los horribles, Duhalde no es peronista. Y viceversa. Me tienen cansados.
Resulta que esta semana, en el mismísimo día de la militancia, doña Graciela Camaño le aplicó un tremendo soplamoco que decía “ubicate”, al “compañero” ex terrorista, jefe de la columna Sur de Montoneros, que actuaba desde Puente Pueyrredón hasta La Plata, detenido por terrorista en los años 70, Carlos Kunkel, y luego indultado por Menem.
Es que Kunkel, que en el 74 tuvo que dejar la banca peronista a pedido de un tal Perón, profería insultos hacia la compañera Camaño y el compañero Barrionuevo, esposo de la cacheteadora. ¿Se entiende…no?, todos en nombre de Perón. O de lo que queda de él.
No creo en la violencia, claro que no. No creeré nunca que la violencia lleve a buen puerto. Por eso me resultó chocante este acto de violencia en el Congreso de la Nación.
Pero tampoco me gusta la pacatería. No es precisamente Carlos Kunkel alguien que pueda levantar el dedo para amonestar a la violencia en honor a la moral y las buenas costumbres.
Carlos Kunkel militó en la violencia. En los balazos, en las bombas y en las ejecuciones sumarias cuando fue Jefe militar de la Columna Norte del grupo terrorista Montoneros. Y a menos que haga pública un mea culpa de aquella violencia, no puede hoy mostrarse alarmado cuando recibe un cachetazo.
Nos gobierna un grupo de… (llámelo usted como quiera). Grupo de dirigentes que han exaltado la violencia en su modo de hacer política. Por eso no es de extrañar que cosechen más violencia. Es lo que sembraron.
Tal vez algún día sentemos cabeza los de aquí abajo. Los del montón. Los de la mayoría silenciosa que apenas se vuelve gritona en una tribuna de turismo carretera o cuando le tocan el bolsillo forrado, con unos puntos de retenciones.
Depende solo de nosotros. De lo que hacemos, y de lo que dejamos hacer.
No voy a tomar parte a favor del tortazo de Camaño hacia Kunkel, bien que ambos se vienen cocinando en el mismo hervor. Lo que digo es que este tipo de violencia es el resultado de años y años… y años, de un movimiento político agotado en sí mismo, que gusta de la violencia en todo sentido. Menos en el sentido que no le conviene.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese orto con esa herida que sigue sangrando!!!

Zaitsev, el Francotirador dijo...

Amigo Anónimo: podría ensayar algún argumento alguna vez en lugar de repetir su sonsonete proctológico.
¿O será ese el límite de su amplitud intelectual?

Anónimo dijo...

Raro, un fachogorila utilizando cómo nombre de usuario a un conspicuo integrante el ejército rojo.

A propósito, dame un mail y te "ensayo algún argumento". Mientras tanto, seguí sangrando por la herida del orto.

Anónimo dijo...

Más allá de las implicaciones políticas, la salvaje agresión constituyó un acto de violencia de género misándrica.

En realidad, a nivel internacional, debería haber una ley que a toda mujer que golpeara en el rostro en público a un hombre, le aplicara al menos un año de cárcel sin fianza.

Anónimo dijo...

Graciela Camaño... UNA ÍDOLA! El cagón no supo que hacer.jajajaja.

Anónimo dijo...

Y sigan sangrando por la herida del orto