martes, 16 de noviembre de 2010

En el camino de la Reconciliación...


Por Ceferino Reato

El sábado próximo voy a presentar en Formosa el libro Operación Primicia, que narra el ataque de Montoneros al cuartel militar ubicado en los suburbios de esa ciudad, ocurrido el 5 de octubre de 1975, en pleno gobierno constitucional de la presidenta Isabel Perón.


El libro será presentado junto al ingeniero Rafael María Menéndez, uno de los dos “oficiales” que Montoneros tenía en Formosa, y el ex soldado Ricardo Valdéz, presidente del Centro de Veteranos del 5 de Octubre, a las 20 en el auditorio del diario “La Mañana”.

Menéndez es un prestigioso dirigente peronista que en 1994/1995 fue ministro de Acción Social de la provincia. El libro ya fue presentado en Resistencia, Morón, Córdoba y Mar del Plata y este jueves será presentado en Rosario.

El ataque de Montoneros, el primero de la guerrilla peronista a un cuartel militar, fue realizado un domingo por la tarde, a la hora de la siesta, cuando el Regimiento de Infantería de Monte 29 era custodiado por decenas de jóvenes formoseños de 21 años que cumplían con el servicio militar obligatorio al mando de unos pocos oficiales y suboficiales.

Los montoneros creían que los conscriptos se rendirían fácilmente, pero no fue así y se produjo un combate que duró treinta minutos y provocó veinticuatro muertos, doce de cada lado, entre ellos diez soldados. Los guerrilleros también mataron un agente de policía en el copamiento del aeropuerto y patrullas militares ultimaron luego a tres vecinos formoseños que no habían tenido nada que ver con el intento de copamiento.

En total, los muertos fueron veintiocho.

La operación fue espectacular e incluyó el secuestro en pleno vuelo de un moderno avión de Aerolíneas Argentinas, con más de cien pasajeros, que fue desviado al Aeropuerto Internacional El Pucú, de Formosa, en el que escaparon los guerrilleros que sobrevivieron al ataque.


En forma directa, participaron casi setenta guerrilleros que fueron llevados a Formosa desde otras provincias en un complejo dispositivo logístico.

Según los testimonios recogidos, ese ataque de Montoneros provocó que el general Jorge Videla y el almirante Emilio Massera, los jefes del Ejército y la Marina, fijaran la fecha del 24 de marzo de 1976 para concretar el golpe del que tanto se hablaba.

Además, revelo que los parientes de los guerrilleros muertos en el cuartel cobraron la indemnización prevista para los muertos y desaparecidos por la represión ilegal de la dictadura, que en marzo ascendía a 620.919, mientras que los padres de los conscriptos reciben una pensión mensual de 842 pesos.

La repercusión del libro hizo que la senadora del PJ disidente Adriana Bortolozzi y el diputado radical Ricardo Buryaille presentaran sendos proyectos de ley para que los padres de los soldados muertos cobren una indemnización similar a la que ya cobraron los parientes de los guerrilleros caídos.

(*) Editor jefe del diario PERFIL y autor del libro Operación Primicia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al país no le queda otro camino que el de la reconciliación... caso contrario continuaremos divididos por el odio sesentista, que ya no tiene lugar en la Argentina de hoy.

Este tema no ocupa ningún lugar en la Agenda Política, ellos continúan inmersos en la lucha por el poder y hoy la excusa es el presupuesto. Hay que instalarlo en la mente de los políticos y cada día son más los actos entre los enemigos del ayer, quienes son los primeros en transitar el camino en esa dirección.

El odio que se ventila a diario desde el atril de la cadena nacional, el de las abuelas, madres de la plaza de mayo y algunos personajes mediáticos que ahora la van de justicieros; son los que atentan contra esa reconciliación que necesita la Nación.

Hago votos para que la cordura vuelva a la clase política y sean capaces de poner las cosas en su lugar, que les reclama este momento histórico. ¿Estarán a la altura de las circunstancias?

Pedro de Quilmes dijo...

Desprocupate, no lo van a estar jamás.
Por obra y gracia del pueblo argentino, que soporta mansa y cómplice su degradación indetenible.