Hasta que me callen...

"Di la verdad. Canta con pasión. Trabaja con una sonrisa. Ama con el corazón. Porque al final, eso es todo lo que importa" - (Kris Kristofferson)

La imagen del Semarnio.. es sólo a título ilustrativo

Un conocido escritor gualeyo suele amonestarme con paternales modos cada vez que escribo sobre mí en esta página. El piensa, y con toda razón, que no hace falta ser auto referencial para hablar de uno.
Sabe, como buen escritor, que uno siempre escribe sobre uno… así que es mejor para el pudor y las buenas formas, esconderlo en historias de personajes aparentemente ajenos.
Por más que lo intenten, pocos pueden con su genio. Pocos ganan la lucha contra esas raras voces que nos vienen desde adentro, que brotan irracionales… sin entrar en razones de ningún tipo. Ni literarias ni personales. Y yo… no puedo.
Pero claro, como uno no tiene las pretensiones ni las ataduras periodísticas, esas que atan las palabras con la cadena de la estructura, entonces puede dejar volar sus razones con un poco más de desenvolvimiento.
Y así como se liga uno un reto, también se encuentra uno con esas caricias al alma que son las palabras sentidas de algún lector, que encuentra o que reconoce parte de su vida en algunas de las palabras que uno escribe. Una de cal… otra de arena.
Yo estoy convencido de que se puede contar la realidad desde la vida de uno. Y creo firmemente en el “desacartonamiento” (si no existe esta palabra la acabo de inventar), mucho más que en la formalidad. No digo que no haga falta la formalidad, claro que no. Ni siquiera la estoy calificando. Digo que yo, voy por el camino de al lado.
Y ahí las de cal, y ahí las de arena. Los retos que van “con onda”, las críticas como patada allá abajo… y los que se sienten identificados.
Reconozco que soy un lector tan ávido como desordenado. Leo todo. Me gusta leer.
Supongo que esto ya lo comenté mucha veces, pero el público se renueva dice Mirta y yo creo en la experiencia de sus años, digo, eso de que un día me puse a publicar por rebeldía. Me enojaba con lo que leía… hasta que un día mi viejo, cansado supongo de verme rezongar junto al diario, me dijo una sola frase, más lógica que un tratado: “Si te jode, escribí vos.”.
Y sí, los padres solemos tener ese tipo de lógica con los hijos. Ni les cuento de la lógica que solemos tener los padres tras diez días de vacaciones escolares!! no les cuento porque ustedes eso lo saben.
Así que ese día di el sí en esto de escribir… y como dicen los americanos en sus letras de canciones country, comencé a rodar los caminos.
En el acto por el día del periodista, Julián Cosso dijo que “En lo periodístico, Gualeguay hoy está cubierto y tiene diversas, numerosas y competitivas maneras del ejercicio periodístico, en todas las formas, en todas las ramas: escrito - radial - televisivo y también en la web.”
Así es… a pesar de las dificultades, de las limitaciones presupuestarias, de la reticencia de los anunciantes que ven en la publicidad un gasto antes que una inversión, así y todo, más por vocación que por esperanzas de hacerse ricos, Gualeguay ha conseguido muchas vocaciones profundas, y tiene cubierta muy dignamente toda la gama del periodismo. En verdad da gusto que uno pueda en la ciudad o en la web, escuchar y ver y leer todo tipo de opiniones y estilos. Habla bien de todos nosotros.
Ya no es más el periodismo de Gualeguay, esa visión del mundo a cuentagotas de hace diez o quince años. Ya no es más la visión chiquita contada por unos pocos. Y eso, es digno de festejar.
Habla bien de nosotros recorrer el dial y encontrar propuestas para todos los gustos. Habla bien de nosotros prender la tele, y encontrar variedad. Habla bien de nosotros recorrer el diario o este Semanario, y encontrar visiones encontradas del mismo mundo.
Muchas veces me trenzo en discusiones con algunos de los lectores indignados con mi visión de las cosas. Más nunca me cansaré de dar las explicaciones de lo que creo. Nunca es buena la “libertad con fijador”, como cantaba aquella vieja canción de Pedro y Pablo. Es bueno que todos podamos opinar, de eso se trata.
Que yo deje de escribir sería algo bueno, estéticamente hablando, puede ser. Pero en el contexto de la libertad de expresión, estoy convencido que esa opción nunca sería mejor. Y es curioso esto, pues invariablemente, aquellos que quieren callar voces como la mía, son los mismos que se llenan la boca con loas a la libertad de poder decir. Y más curioso es que el discurso progresista nunca se sonroje ante las contradicciones de sus propios argumentos. Ellos dicen luchar por la libertad, y en esas andan. O dicen que andan. Pero de repente, por alguna razón que yo no alcanzo a entender, los progresistas “rococó” se vuelven fascistas cuando aparece alguien embanderado en una libertad que a ellos les molesta. Ah sí, porque la libertad de decir es muy linda mientas la gente diga cosas “convenientes”. Pero cuantito aparece alguien diciendo algo inconveniente, ahí nomás el progresismo rococó se viste con las mejores galas de la intolerancia.
Y sale urgente y ofuscado ese batallón de progres a militar en el “voscallatelaboca”. Y eso no es todo, no señor, que los progres rejuntan discurso y argumentos, les ponen un poco de sal bolivariana, esa sal tan vieja y tan sosa como la castrista, que sabe a discurso rancio de voces viejas… “vendepatria” y “antiimperialismo”, y calcan el argumento para explicar porqué ellos pueden hablar de lo que se les canta… y los otros NO.
Son tiempos de gritar. De no callarse la boca. Que por no gritar, que por quedarnos de boca cerrada nos están imponiendo resignación.
El versito les salió bien… es que hay gente experimentada en esto de manejar rebaños mansos. Uf, que nos salvaron de la opresión, que nos mostraron la luz tras varios años de oscuridad…. (espere que me estoy riendo…. ya está, disculpe). Y esa frase que sonó como la más maravillosa música. La música que calma y duerme y anestesia a las fieras. Que con la democracia se come se vive y se educa. Que la democracia se cura con más democracia. Y ahí están, enquistados en un sistema donde solo ellos tienen voz.
Mientras las mayorías callan, de a poco, las minorías se han quedado con el botín.
Así, como al descuido, a una funcionaria del Ministerio de Salud de la Nación se le escapó por Internet esta semana la publicación de una resolución donde el gobierno deja asentado el inicio del camino hacia la legalización total del aborto.
Tal vez no hemos tomado conciencia… si uno toma cualquier publicación nacional de los años setenta, podrá leer la historia de sangre en carne viva a través de las distintas crónicas. Los que lo vivieron lo saben, aunque ahora aleguen desmemoria. Pues bien, hoy nos gobiernan los mismos que en los setenta secuestraban, torturaban, ejecutaban, ponían bombas y extorsionaban en nombre de la “revolución socialista”.
Hoy son poderosos empresarios y políticos atildados envueltos en saco y corbata.
De cuando Rusia invadió Polonia, Milan Kundera escribió esto: "Para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su Historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra Historia."
En éstas están estos tipos que nos gobiernan. Y yo, que he cometido muchos pecados en mi vida… no pienso cometer nunca más el pecado de la omisión.
Voy a gritar, con mi estilo… hasta que me callen.