domingo, 23 de mayo de 2010

Bicentenario... la revancha como política de estado


Ah… andar la ruta, llegar a las ciudades y ver todo celeste y blanco. Entrar a un Gualeguay enmarcado en banderas, y que no sea por el mundial de fútbol , es algo que llena la vista y alegra el corazón.
La bandera, nuestra bandera, y sus hermosos colores que nos hermanan… la Patria esa que somos todos. Lo fundamental, que abarca y contiene y disimula las imperfecciones y las diferencias chiquitas de cada uno. O al menos, que debería.
Ustedes lo saben porque muchas veces lo he comentado. Soy poco afecto a las convenciones de las fechas especiales, de festejar en los números redondos, o las bodas de tomate, de oro o de gas freón. De todos modos uno se deja arrastrar por las convenciones protocolares, un poco porque no hay más remedio, y otro poco para evitar ciertos motes incómodos.
La Patria que somos todos cumple dos veces cien años. Es mucho, pero es tan poco!!. Y aunque el motivo para el festejo está justificado, no estoy tan convencido que haya en este bicentenario muchas cosas para festejar. Leyendo sobre el centenario de la revolución de mayo y sus festejos, los de este bicentenario serán festejos mucho más modestos. Y está bien, analizando las circunstancias, resulta natural la moderación nuestra y la de los otros. En los últimos cien años hemos perdido casi todo el protagonismo que teníamos en el contexto mundial…
Hace unos días, paseando por la ciudad de Buenos Aires, me topé con varios monumentos que, casualmente, otros países le obsequiaron al nuestro para el centenario. La torre de los ingleses en Retiro, el Monumento de los españoles en Palermo, la impresionante fuente en Plaza Alemania, fueron todos obsequios de aquellas naciones para el cumpleaños número cien de nuestra Patria. El mismísimo Parque Centenario, ese impecable pulmón verde en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, fue el regalo que nos hicimos nosotros para el festejo.
Escuchaba un historiador comentar que para el centenario de nuestra Patria, los argentinos festejaron todo el año. De punta a punta. Eran… éramos un pueblo orgulloso de la Patria que habíamos hecho. Un dato, cuando empezó el año del centenario, comentan las crónicas que se cantó el himno en cada plaza de cada ciudad.
Lo digo con mucho de pena, sinceramente yo imaginaba otro bicentenario.
No sé, me había construido en el corazón la idea de algo distinto. Hoy andaba la ruta y sí… las banderas, el celeste y blanco, algunas escarapelas, pero el ambiente era, el de un fin de semana largo. En las rutas y en las gentes había clima de vacaciones más que de bicentenario. Había ese clima al que estamos acostumbrados los argentinos de hoy, ese clima de carrera contra reloj para llegar a otro lado escapando del lugar nuestro. Es curioso, una vez alguien me dijo que no creía en eso de tener que irse a algún lado para “descansar la cabeza”. “La gente no entiende que los problemas viajan con nosotros en la cabeza…”. Yo le dí la razón hoy en la ruta cuando la gente huía despavorida con sus autos atestados de cosas insólitas sin respetar pasos, luces ni señales de tránsito. La gente cree que huye de sus problemas por cuatro días de vacaciones, sin darse cuenta que los problemas viajan con ellos y a la misma imprudente velocidad.
Pero decía, que yo esperaba un bicentenario distinto. Ojo que digo distinto y no portentoso ni ostentoso ni sublime. Distinto. Un bicentenario con festejo profundo más que grandilocuente. Un bicentenario con más recogimiento que ruido de parlantes. Un bicentenario de argentinos que se escuchan y que se respetan en las diferencias. Un bicentenario grande de corazón y no grande de mampostería en la avenida 9 de julio. Soñaba un bicentenario grande desde bien adentro. Un bicentenario con un cambio en cada uno de nosotros, pero desde las entrañas. Un bicentenario con un vuelco en el alma y en el corazón de cada uno de nosotros. Un bicentenario de Reconciliación. De reconciliación con nosotros y con nuestra historia.
Si, también lo otro, los trajes de época, las galeras, los gauchos y los caballos, el pericón al grito de áura!!, y el locro de las rosticerías. Pero sobre todo lo importante. El reencuentro, la grandeza de corazón para forjar un país grande y reconciliado.
Ando la ruta, paseo por los lugares de los festejos… y me quedo con el sabor a poco de algo enorme; como esas cosas que uno ve enormes pero que las sabe huecas. Es una sensación rara, como la que se siente ante una burbuja gigante que de pronto explota y desaparece en el aire. La imagen que se me viene ahora es como la de un gran globo celeste y blanco que adentro solo tiene… eso, aire. ¿Me comprenden?, es esa desilusión amarga que nos deja más vacío que la nada del principio.
Pero ya ve… el niño caprichoso que gobierna la Ciudad de Buenos Aires prepara el acto de reinauguración del imponente Teatro Colón con declaraciones desfachatadas hacia un ex presidente, a la sazón, esposo de la presidentA. Y la presidentA que se enoja, se despoja rápido de su investidura y deja al desnudo su ego, que es más grande que sus propiedades en el Calafate… y esa Argentina de fondo que no para de sangrar. Heridas que se salan desde arriba, para que la sangre llegue bien derramada hasta los de más abajo.
Los vengadores de la historia, intentan redimir sus culpas de asesinatos y delaciones de compañeros de militancia... las noticias muestran a un ex ministro de economía al que intentan por todos los medios que muera en una cárcel común. El gobierno de la venganza lo pide... los jueces de la vergüenza lo dan. No importa que la causa sea circense, ni que el anciano ex ministro esté en delicado estado de salud... los vengadores de la historia lo necesitan en una cárcel común para mentirse que han vencido.
Hace unos días Monseñor Carmelo Giaquinta nos explicaba a un puñado de argentinos que si es por señalar culpas, cada argentino tiene su fecha. Unos dirán 1.976, pero otros dirán que 1.976 fue por 1.973. Y otros dirán que 1.973 fue por 1.970. Y así cada uno culpará una fecha más atrás en la historia, hasta llegar a 1.810 entre Saavedristas y Morenistas. Así no se va a ninguna parte. Solo el Perdón verdadero nos reconciliará definitivamente. Pero no hay caso. Los argentinos no podemos salir del pantano de la historia y sus odios y nuestros rencores.
Desde tiempos inmemoriales, los gobiernos aprovechaban en ciertas fechas para tomar medidas de grandeza como símbolo de reconciliación. Perdones, condonaciones de penas, libertades o amnistías. Eran medidas de grandeza que el gobernante tomaba en aras de tender la mano, para seguir el camino reconciliados.
Un 25 mayo de hace 37, Héctor Cámpora amnistiaba, a pocas horas de asumir como presidente, a todos los detenidos que el país había enjuiciado y encarcelado por actos de terrorismo. Si bien el acto no fue de tanta grandeza, pues Cámpora comulgaba con la ideología violenta de los amnistiados, el hecho fue todo un símbolo.
Hoy gobiernan los violentos que Cámpora amnistió. Justo en el bicentenario de la Patria. Un acto de grandeza profunda, podría haber sido liberar a todos los presos políticos mayores de 70 años que, enfermos y ajados, atestan las cárceles de Argentina. Estos Presos, a los que se les han violado sistemáticamente todas los derechos y las garantías constitucionales, no son otros que quienes hace más de 30 años lucharon contra los terroristas de Argentina. Sí, los que hoy están el poder. Perdonar, tender la mano y reconciliarse, hubiera sido un gesto de grandeza profunda.
La foto es de Reynaldo Bignone, 82 años. Ex presidente de facto de Argentina. Lleva un montón de años preso. Y a pesar de que su sentencia aún no está firme, está confinado en una cárcel común. Recientemente fue operado de un tumor en la espalda. Los médicos afirman que su condición de salud es muy delicada. Así y todo, el Tribunal de San Martín le exige a los médicos que lo devuelvan a la cárcel común.
Yo había soñado un bicentenario grande desde lo profundo. De corazón, pero ya ve, en el bicentenario, la venganza es política de estado en Argentina. La reconciliación, no.

Horacio R. Palma
Edición especial del Bicentenario - Gualeguay al Dia
Gualeguay
Entre Rios

13 comentarios:

capitan futuro dijo...

repito lo posteado con anterioridad y sumo otra apostilla: Un bicentenario con genocidas presos es un buen bicentenario. La foto es la mejor prueba del respeto a los derechos humanos. Está en una camilla hospital, sin esposas, cadenas o grilletes. Se puede mover para un lado o el otro. No tiene los ojos vendados y no tiene sgnos de haber sufrido golpes, torturas o maltrato físco y puede ser visitado por su familia que hasta le puede sacar fotos. Espero que a todos los condenados por delitos en nuestro país les permitan aceder al derecho a la salud, a la vista familiar y al bienestar que supone no estar enadenado o encerrado. Aca en ordoba son varios los casos de personas condenadas por delitos menores que al momento de ser operados o atendidos se los ve tristemente esposados a la cama del hosptal. No es el caso de Bignone. Otro punto. Hay miles de presos en la argentina que sin tener condena firme y por el solo hecho de estar procesados, estan en carceles comunes

Anónimo dijo...

Palma, callate y seguí mamando:
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Jajajajajajajj....... Sopenco, necesitás tranfusión???.
Ni te imaginás lo que se viene. Bue...a lo mejor sí y por eso estash Nervioshooo!!!

Yo creo que lo que no se banca la izquierda rococó nacional, es que tras 30 años de mentiras, hoy no sea vergüenza hablar del último gobierno cívico militar (por suerte ya la presi transó con esta definición).
Vamos, por suerte, a una definitiva reconcialición.
Por un país sin presos polícos para el Bicentenario!!!!

jajajjaaj...qué te pasha sopenco.... estás nervioso. Qué te pasa undemonio, estás silencioso... qué te pasa Cuesta, estás en un pozo... qué te pasa baldomero, estás furioso... jajjja
Ya abandonaste hasta el copy paste!!!!
Qué frío tenés hermano!!!!... recontaron los votos?.... sabés algo de un periodista entrerriano que sería asesor desde diciembre de un conocido productor recientemente electo???? Parece que hay muchos interesados en llegar el bicentenario sin presos políticos!!!!!!!

Chau Sopenco... prometo no abrir más un correo tuyo. Pero te lo prometo.
Abrazo!!! ajajajjaja
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Palma, si seguís sangrando por el orto de esa manera, vas tener que usar toallitas femeninas.

Anónimo dijo...

Palma, ¡no sabés cuanto disfruto verte sangrar por el orto!, de verdad, no sabés cuanto lo disfruto.

Ni amnistía generalizada.
Ni la libertad a los asesinos de más de setenta años.
Ni perdones, condonaciones de penas, libertades o amnistías.
Ni reconciliación.

Es decir, UN BICENTENARIO SIN IMPUNIDAD !!!

PD: Seguí sangrando cómo hasta ahora por la herida del orto...¡que no decaiga!

Anónimo dijo...

Yo lo que veo es un anciano maltratado por la justicia ausente.

Vuelvo a insistir que la presidente demuestre que lo es de todos los argentinos y sea la estadista que en el Siglo XXI unió a los argentinos... hay que tener bien puestos los ovarios para eso.

Si no estámos ante otra figura transexual de la política.

Este es un Bicentenario sin pena, ni gloria y habrá pronto olvido de su celebración, lo único que nos dejó importante es la reapertura del Teatro Colón. Todo un logro de la gestión y para todos los argentinos. Algo que quedaré... el resto son cortinas de humo, como los fuegos artificlaes... se los lleva el viento.

Anónimo dijo...

Otra víctima de la venganza y el odio, por los jueces de la 'obediencia debida'_


http://www.periodismodeverdad.com.ar/2010/05/25/en-el-dia-de-la-patria-ha-muerto-el-general-cattaneo-por-luz-garcia-hamilton/

General Cattaneo. descanse usted en paz.

capitan futuro dijo...

Sin pena ni gloria? ¿6 millones de personas en las calles de todo el pais no es nada? ¿No leyo infobae?¿no leyo la nación on line? los festejos estuvieron bárbaros. ¿A dond estivo en enviado Papal? en el teatro colon no. Yo diria un bicentenario con varias penas: lo que queda todavia como herrencia del plan económico de Martnez de Hoz heredado por Cavallo, las ausencias generadas pr el terrorismo de estado, pero con mucha esperanza. Clarin:"La Fiesta del Bicentenario será recordada por su buena organización pero sobre todo por la participación del pueblo argentino. En total, desde el viernes hasta ayer pasaron por el Paseo del Bicentenario alrededor de 6 millones de personas. "Nosotros no esperábamos más de un millón en total, la concurrencia sobrepasó toda estimación", le comentó a Clarín uno de los organizadores, asombrado por la respuesta popular.
Infobae: "Más de seis millones de personas se sumaron a los festejos por los 200 años de la Patria en todo el país. En la Capital, la gente superó todas las expectativas y colmó el Paseo del Bicentenario, el escenario del Obelisco, la Plaza de Mayo y el Teatro Colón. El gran festejo se vivió sin incidentes y contó con la presencia de casi todos los presidentes de Latinoamérica"
La Nacion: " Por citar dos diarios no recisamente "zurdos"...Estamos en una patria que de a poco deja de ser impune, donde tenemos la taza (dicho por UNICEF no por el INDEC) de niños pobres mas baja de toda iberoamerica (1 de cada 20, en españa es 1 de cada 10) Por el momento, muchachos tendrían mas que ladrarle a la luna, haer una reflexión profunda: Largaron la idea de "por un Bicentenario sin Presos Políticos" y no les dío bola ni el loro. Y por lo que muestra la foto no da plantear "por un tricentenario sin presos políticos"

Anónimo dijo...

Se recordará como el bicentenario de la gente en la calle...uf!!.. guau!!... cof cof

capitan futuro dijo...

Ah me olvidaba. El bicentenario desde adentro no se hace on simbolos vacíos, no es necesario salr a ala calle vestido de gaucho o con levita como en 1910, ese centenario que algnos cuentan como glorioso para no contar por ejemplo que 4 de cada 10 argentinos no pasaban la reision del servicio militar or no dar la talla y el peso, no cuentan de las otras movilizaciones, la de los sindicatos anarquistas (me imagino la cara de mas de uno al leer "sindiatos anarquistas" la bilis...) con movilizaciones (esto publicado en darios de la epoca) qeu superaban las 40mil personas, digo, en 1910 el anarquismo, que no es preisamente un movimiento que reivindiqeu "la patria" o "el estado" era realmente fuerte y había en la argentina muchisima gente que no se sentia orgullosa no solo de ser argentina sino de tener cualquier nacionalidad. El centenario tiene demasiadas caras oscuras como para tenerlo de referente. Es la consoldación, por ejemplo, del modelo de producción que terminó con los gauchos (digo, en esto de que lindo es ver a la gente vestida de gaucho yo diria que seria mas lindo que hubiera gauchos) y dejo la propiedad de la terra productiva en poquisimas manos.

Anónimo dijo...

Si, los anarquistas, casi todos del gremio panadero... fueron los primeros "fachos" que impusieron la muerte como medio para hacerse oir. Mataron por la espalda... como los montoneros... así les fue.

Anónimo dijo...

Nadie puede negar que la concentración de personas ha sido la más grande de toda la historia del país, pero por favor no se confundan el motivo. La gente participó por la importancia de la fecha, no por convocatoria del gobierno.

Los argentinos, especialmente las familias, queríamos transmitir a nuestros hijos y nietos el sentimiento de Patria y no el lavado de cerebro que reciben en las escuelas, colegios y universidades donde se les proporciona una historia tuerta.

Fue una linda fiesta, con un estilo más bien bailantero. Cuando digo que no dejó nada, es porque la gente al terminar los festejos, regresa a su casa; el paseo del bicentenario, en breve estará totalmente desarmado; los fuegos artificiales, se apagaron y se los llevó el viento; la alegría contagiosa, se acaba con el golpe inflacionario y al igual que el magnífico juego de luces en el Cabildo, se apagaron. Y así centenares de cosas más.

Lo único que queda físicamente es la restauración de nuestro hermoso, Teatro Colón, un verdadero ícono de la cultura argentina, reconocido mundialmente.
Se destac que el Teatro Colón no es de nadie en particular, no es de Macri… es de todos.

Por ejemplo con motivo de los festejos del Centenario de 1910, cuando la República Argentina, ocupaba un lugar más destacado en el concierto de las naciones, muchas de ellas nos dejaron como obsequios verdadera obras de arte que aún perduran después de 100 años:

• España (monumento a la carta magna y las 4 regiones argentinas).
• Italia (monumento de Cristóbal Colon detrás de casa rosada).
• Alemania (fuente en plaza Alemania)
• Inglaterra(torre de los ingleses)
• Francia(escultura en plaza Francia, Recoleta)

Y estos son solamente los que recuerdo, pero fueron muchos más. Y no es que lo material supera a lo espiritual, solo que perdura en el tiempo y queda como legado a nuestros descendientes.

Personalmente me gusta vivir en una Ciudad hermosa como es Buenos Aires y mientras más bella sea mejor será para todos lo habitantes, lo mismo con las Provincias.

Me quedo con mi lectura que la presidente y su marido, solo asisten a concentraciones donde tienen asegurado el aplauso… no tienen coraje suficiente para presentarse en un tribuna, que piense distinto a ellos.

Se perdieron la oportunidad de dar un mensaje de unión, concordia y justicia. Era el mejor momento para que entraran en la historia por la puerta grande, ahora saldrán del gobierno por la puerta chica. Me dan pena.

Anónimo dijo...

oid mortales el grito sagrado
de anarquía y solidaridad

oid el ruido de bombas que estallan
en defensa de la libertad

(Fragmento de la versión anarquista del himno nacional)

Anónimo dijo...

Impecable el artículo de Joaquín Morales Sola, especialmente para los que quieren oir una opinión diferente:

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1268687

No dejen de leerlo, y entonces comprenderán los que nos dejó este bicentenario.

Anónimo dijo...

El bicentenario dejó mucha tela para cortar, por ejemplo:

http://www.jorgeasisdigital.com/2010/05/26/la-kermesse-del-25/

http://www.periodicotribuna.com.ar/6656-malvinizando-en-el-bicentenario.html

Vale la pena de leer lo que nos dejó la gran fiesta.