sábado, 15 de agosto de 2009

Pasado, presente... y más pasado


Era Platón el que sostenía que había dos mundos. O dos órdenes, para mejor decir.
El mundo sensible, de un lado. Y el mundo de las ideas, el mundo inteligible, el de la razón, por el otro.
Un profesor amigo me amonesta. Me dice que además de Platón, también Perménides sostenía esta división de mundos u órdenes, aunque con otras particularidades.
Pero yo a Perménides es la primera vez que lo escucho nombrar, así que me disculpo con su familia y sus seguidores, por haber elegido a Platón.
Es curioso, pero todo el tiempo me doy de frente con esta disyuntiva. Claro que mi disyuntiva no es una disyuntiva tan profundamente filosófica… digamos más bien que la mía es una disyuntiva mundana. Entre lo que dicta el corazón, y lo que grita la razón.
A ver si me puedo explicar mejor. Yo vivo feliz, en el mejor de los mundos, entre la realidad casi abrumadora de las responsabilidades ineludibles… y el permanente coqueteo con ese otro mundo intangible de los sueños… soñando cosas que sé inalcanzables, recordando cosas que sé pasadas, reviviendo momentos que sé irrepetibles. Conmemorando vida, que sé perdida. Leyendo la poesía que me gusta, y que otros anuncian intrascendente. Y es ahí, cuando en ésas ando, que me topo con alguien que me persigue y me aporrea en nombre de la razón: “dejá de volar hermano!”.
Dos frases me pusieron a pensar seriamente esta semana.
Dos frases que me dijeron dos personas que quiero mucho.
La una: ¿Por qué no hacés algo más productivo, en lugar de mirar tantas fotos viejas?
La otra: Dejate de tanta poesía y poné los piés en la Tierra!!...
A vos te parece!!!, salirme con estos “domingos siete” como decía mi abuela cuando alguien esgrimía algo fuera de contexto.
Por suerte estoy vacunado contra ese ejército de “cuerdos” que descreen de nosotros, los sensibles, e insisto a pesar de las críticas, en esa dualidad entre los sueños y la realidad.
Toda la semana estuve paseando esos dos caminos de disyuntiva. Entre el mundo sensible de los sueños… y el mundo cruel de la razón.
PASADO VS. FUTURO
Arturo Larrabure me avisa que es 12 de agosto. Yo sé porqué me avisa.
Es que un 12 de agosto, 35 años atrás, un grupo terrorista secuestró a su padre, Argentino del Valle Larrabure. El me avisa el aniversario.
En cualquier país normal, una fecha así sería pasado en estado puro. En cualquier país, menos en Argentina. Aquí, se sabe, los dolores del pasado se pasean disfrazados de fantasmas, intactos, en el presente.
Aquí, por voluntad y elección de la casta dirigente, cualquier dolor del pasado, tiene que doler en el presente. Es que en nuestro país, la vocación de los políticos por revolver las heridas del pasado, es una imbecilidad que muestran con orgullo sobreactuado. Y esa imbecilidad, nunca es gratis.
No estoy diciendo que hay que olvidar. Eso nunca.
No estoy diciendo que no hay que recordar. Soy el menos indicado.
Estoy diciendo que para poder construir unidos un futuro en común… hay que estar reconciliados con el pasado. O al menos, hay que estar dispuesto a la reconciliación.
De lo contrario, aquellos viejos fantasmas vienen, y avivan rencores peores.
He ahí la imbecilidad de la que hablo. Y esa imbecilidad la sufre hoy Arturo Larrabure y toda su familia…cuando él tenía 14 años, a su padre lo secuestraron, lo desaparecieron, lo metieron en un pozo inmundo, lo torturaron, lo asesinaron, y muerto lo congelaron. Luego, más de un año después de aquél sangriento 12 agosto, tiraron su cadáver en una zanja de la ciudad de Rosario.
Durante 30 años, su hijo Arturo vivió ese dolor confortado en el perdón.
“No odien. Perdonen”, escribió su padre moribundo desde el pozo inmundo, donde los terroristas no pudieron encerrarlo. Nunca.
Y así lo vivió Arturo. Y así lo vivió toda su familia. Estaban ellos reconciliados con el pasado. Y aún lo están, a pesar de los que militan el odio y el resentimiento.
Pero ya ve… también Arturo se topó 30 años después con los fantasmas dolorosos del pasado. De prepo se los trajo a los empujones una casta de políticos que militan y que lucran con el dolor ajeno.
“No nos reconciliamos. No perdonamos”. Este es el discurso que escucha apenado Arturo hoy, 35 años después, de parte de aquellos que secuestraron, torturaron, y asesinaron a su padre.
Rara manía Argentina, esto de invitar a los fantasmas horrorosos del pasado.
Lo sabe y lo dice el joven que veo ahora en la tele. Está parado frente a los tribunales federales de Comodoro Py…pide por un bicentenario sin presos políticos en Argentina. Es que a su padre, un militar que combatió al terrorismo en los70, hace varios años lo encarcelaron. Y espera desde entonces un juicio que nunca llega, por algo que, dicen, sucedió hace 30 años… el pasado invadiendo el presente. Hipotecando el futuro.
El joven, con la voz quebrada, dice: “Hoy como ciudadanos, deberíamos estar unidos construyendo la Argentina del futuro...pero lamentablemente nos congrega el presente que resucita el horror del pasado que no deseamos que se repita…”
Ante la imbecilidad del rencor avivado…hete aquí la razón superadora.
Qué cosa esta vocación de los políticos argentinos, esta de invitar a los fantasmas del pasado, para que el terror conviva entre nosotros. Qué imbecilidad traer el pasado para desunir el presente. Para dividir lo que estaba reconciliado. Para postergarnos el futuro.
Cuando ya las heridas de una guerra entre hermanos comenzaban a cicatrizar, el gobierno que abre las puertas del pasado doloroso.
Sobre las paredes estériles del Parque de la Memoria, donde se rinde homenaje al terror, Arturo Larrabure encuentra nombres que le son familiares: Amorosa Brunet de González, Ruth y Estrella Gonzáles, Héctor Vitantonio.
Son los carceleros del cuerpo de su padre. El muro del horror, le rinde homenaje a quienes secuestraron, torturaron, y asesinaron.
Les dije que la imbecilidad de los políticos no es gratis. Nunca es gratis invitar a los fantasmas tenebrosos del pasado.


POR ALGO SERÁ
Reconciliarse con el pasado. Ahí está el punto para que los fantasmas del pasado queden allí. En el pasado, y no puedan venir a recordarnos los dolores.
Uf, es sábado y caigo en la cuenta de cómo ha volado la semana. Estoy buscando unos papeles del trabajo. Sé que los puse dentro de alguna carpeta. Abro una… se cae una hoja. Amarilla. Ese amarillo inconfundible del tiempo. Es la primera vez que la veo. Está escrita a mano. Con lapicera… es una poesía.
No tengo idea de dónde salió. Se lo juro. “Aprender a vivir”, reza el título… “Satisfacción por querer algo bello, dentro del mundo conflictuado en que vivimos…”.
Buscando papeles del trabajo encuentro esta poesía… es el destino. Seguro.
Me quedo leyendo… “solo espero encontrar a alguien, para decirle que todavía se ama y se quiere…que no somos simples máquinas guiadas en el tiempo…”
La poesía la firma María Elena Pérez… yo la encontré hoy.
Por algo será.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Cnel. Don Argentino del Valle Larrabure es un verdadero ejemplo para su familia y toda la Nación.

Su secuestro y posterior asesinato se produjo en época de democracia, a no confudirse... sus asesinos tienen nombre y apellido, pertenecian al auto llamado ejército revolucionario del pueblo (erp). A estos asesinos se los honra en el museo de la memoria. Qué memoria, CANEJO!

No olvidemos a nuestros mártires, son muchos y la memoria está solo para los "avivados de siempre". Un sincero homenaje al Cnel. Don Argentino del Valle Larrabure... PRESENTE!