EL DEMONIO SE SIENTE CULPABLE...
Se anuncia como una noticia increíble, el que la guerrilla salvadoreña de ayer, haya ganado las elecciones hoy.
Sin embargo, hace muchos años que los guerrilleros setentistas detentan el poder en Argentina, y eso, a muy pocos les llama la atención.
Y desde que los Montoneros coparon el Estado argentino, se embarcaron y embarcaron al país en un camino sin retorno, hacia las aperturas de viejas heridas que los argentinos teníamos ya cicatrizadas. Y cuando digo cicatrizadas, digo: juzgadas por la democracia, condenadas por la democracia e indultadas por la democracia.
Pero, aunque bien lo disimulen, si hay algo que detestan los terroristas Montoneros de ayer, es el estado de derecho democrático. Así, violando y haciendo violar sistemáticamente todas las garantías constitucionales, se embarcaron hoy en eso de juzgar nuevamente lo ya juzgado: el accionar del Estado Nacional argentino en el combate contra el terrorismo en los 70.
Claro que su tanto empeño en la persecución de uniformados, nunca tuvo como fin ni la verdad, ni la memoria ni la justicia, como lo suelen anunciar en los medios. A ellos, sólo los mueve el deseo de consumar la venganza.
Y digo Montoneros, (aunque hay algunos funcionarios en el gobierno de hoy que pertenecieron a otras organizaciones terroristas) porque básicamente fueron las cúpulas de Montoneros las que lograron sobrevivir con extraña facilidad y sospechoso desahogo económico, a la guerra que ellos mismos declararon en la Argentina de los 70.
Los guerrilleros de ayer, están hoy en eso de vengar la derrota de los 70. Algunos por convicción, muchos por eso de que el hombre necesita lavar sus culpas a cualquier precio para acallar la conciencia terca, que a uno lo atormenta por las noches.
“Pacto de silencio”. Los terroristas de ayer, en cada parodia de juicio a los uniformados que entonces los combatieron, aluden a un “pacto de silencio” de los militares para no decirles lo que pasó.
Claro que los terroristas saben perfectamente qué pasó. Cómo pasó. Y por qué mierda pasó. Ellos lo saben bien, porque fueron actores principales de aquella tragedia nacional. Ellos arrimaron la leña. Ellos encendieron el fuego. Ellos avivaron la llama. ¿Entonces… para qué tanto empeño en que los enemigos de ayer, rompan hoy ese supuesto “pacto de silencio”?
Dura es, la conciencia profunda que carcome por las noches. Parece que esa culpa profunda de haber delatado a tantos para sobrevivir a la guerra… aún no los deja dormir en paz… mal de muchos, ¡¡al menos si los otros hicieran lo mismo!!!
Suponen que haciendo delatores a los otros, ellos podrán dormir mejor. Consuelo de tontos.
¡Quién lo hubiese dicho!, 30 años después, el demonio anda cargando culpas incurables.
Se anuncia como una noticia increíble, el que la guerrilla salvadoreña de ayer, haya ganado las elecciones hoy.
Sin embargo, hace muchos años que los guerrilleros setentistas detentan el poder en Argentina, y eso, a muy pocos les llama la atención.
Y desde que los Montoneros coparon el Estado argentino, se embarcaron y embarcaron al país en un camino sin retorno, hacia las aperturas de viejas heridas que los argentinos teníamos ya cicatrizadas. Y cuando digo cicatrizadas, digo: juzgadas por la democracia, condenadas por la democracia e indultadas por la democracia.
Pero, aunque bien lo disimulen, si hay algo que detestan los terroristas Montoneros de ayer, es el estado de derecho democrático. Así, violando y haciendo violar sistemáticamente todas las garantías constitucionales, se embarcaron hoy en eso de juzgar nuevamente lo ya juzgado: el accionar del Estado Nacional argentino en el combate contra el terrorismo en los 70.
Claro que su tanto empeño en la persecución de uniformados, nunca tuvo como fin ni la verdad, ni la memoria ni la justicia, como lo suelen anunciar en los medios. A ellos, sólo los mueve el deseo de consumar la venganza.
Y digo Montoneros, (aunque hay algunos funcionarios en el gobierno de hoy que pertenecieron a otras organizaciones terroristas) porque básicamente fueron las cúpulas de Montoneros las que lograron sobrevivir con extraña facilidad y sospechoso desahogo económico, a la guerra que ellos mismos declararon en la Argentina de los 70.
Los guerrilleros de ayer, están hoy en eso de vengar la derrota de los 70. Algunos por convicción, muchos por eso de que el hombre necesita lavar sus culpas a cualquier precio para acallar la conciencia terca, que a uno lo atormenta por las noches.
“Pacto de silencio”. Los terroristas de ayer, en cada parodia de juicio a los uniformados que entonces los combatieron, aluden a un “pacto de silencio” de los militares para no decirles lo que pasó.
Claro que los terroristas saben perfectamente qué pasó. Cómo pasó. Y por qué mierda pasó. Ellos lo saben bien, porque fueron actores principales de aquella tragedia nacional. Ellos arrimaron la leña. Ellos encendieron el fuego. Ellos avivaron la llama. ¿Entonces… para qué tanto empeño en que los enemigos de ayer, rompan hoy ese supuesto “pacto de silencio”?
Dura es, la conciencia profunda que carcome por las noches. Parece que esa culpa profunda de haber delatado a tantos para sobrevivir a la guerra… aún no los deja dormir en paz… mal de muchos, ¡¡al menos si los otros hicieran lo mismo!!!
Suponen que haciendo delatores a los otros, ellos podrán dormir mejor. Consuelo de tontos.
¡Quién lo hubiese dicho!, 30 años después, el demonio anda cargando culpas incurables.
3 comentarios:
Seguí sangrando pon la herida del orto.
Gracias por leerme siempre...sopenco.
Abrazo
El que anda mal del caño de escape es el presidente del partido peronista que es presidente pero no lo votó ni su abuela y anda no solo mal, sino muy mal porque lo lleva escrito en la cara que ya ni en Santa Cruz lo reconocen.
Y pensar que tiene que dormir con Cristina al lado, justo ahora que carga tantos problemas.
Los argentinos no tenemos suerte, la crisis, sobre llovido mojado y para peor las almorranas.
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