A ésta semana que ha finalizado (ni le cuento lo que ocurrirá con la que comienza mañana) si uno la recorre en noticias, cae en la cuenta que como siempre, la Argentina nunca termina de cerrar definitivamente sus historias ni de resolver sus problemas.
En Argentina, las cosas suelen siempre quedar con puntos suspensivos…
Después de todo un año de conflicto, el gobierno en decadencia y el sector agropecuario en desbande, han vuelto sus cuitas a foja cero. Estamos casi donde estábamos hace un año. Quizás el logro ficticio del gobierno, ha sido que los medios hayan publicado el decretazo presidencial sobre las retenciones a la soja, con la palabra “coparticipación”.
Obviamente el decreto que acaba de firmar la presidentA no tiene en cuenta la coparticipación de las retenciones a la soja. Apenas mandará migajas a los gobernadores en un año electoral. Pero que a éste manejo antojadizo de fondos, los medios lo hayan titulado “Coparticipación”, es un logro que el gobierno todavía debe estar festejando. Un año de conflicto… y estamos en dónde salimos.
También esta semana se habló sobre la vuelta del Servicio Militar obligatorio, que fue suspendido en 1.994, hace más de diez años… en parte por falta de ganas, y en parte por falta de fondos. La muerte del soldado Carrasco en el cuartel de Zapala hizo el resto. Más de diez años después, los argentinos nos encontramos discutiendo lo mismo.
Y nuevamente en Argentina se gritó esta semana el clamor de la seguridad. Ya en 2.004, cuando ocurrió el secuestro y asesinato de Axel Blumberg, media Argentina se había movilizado por más seguridad. Y se hicieron marchas, y se apuraron leyes, y se discutió mucho. Pero como siempre en Argentina, las cosas quedan en el aire. Con puntos suspensivos. El padre de Axel luchó entonces a brazo partido por leyes más duras contra los delincuentes. Fue en vano. La política y la justicia estaban en otra cosa entonces, y están en otra cosa ahora. Alguien desacreditó al padre de un hijo secuestrado y asesinado. Le desacreditaron el dolor por un título de ingeniero que no fue, y se logró con esa chicana meter la basura bajo la alfombra. Así, políticos y jueces volvieron tranquilos a eso de teorizar sobre la pobreza y la delincuencia. Mientras tanto… inseguridad y muerte. La mugre bajo la alfombra durante casi seis años. Es obvio que se necesita una política de inclusión, de atacar la marginalidad, de educar a los chicos… pero también es obvio que mientras eso sucede, es imperioso que los delincuentes no salgan en libertad. Delincuentes hay en todos lados. Eso es verdad. Sin embargo, la sensación de inseguridad no es la misma en todos lados. Si hasta en la impoluta Austria apareció un Josef Fritzl, el 'Monstruo de Amstetten'. Fritzl fue condenado esta semana a cadena perpetua. Un jurado popular de Viena, lo encontró culpable de asesinato por omisión de socorro, esclavitud, violación, coacción grave, privación de libertad e incesto. Y delincuentes hay acá. De hecho, Barreda fue condenado a prisión perpetua en 1.993 después de haber asesinado a su esposa, sus dos hijas y a su suegra. ¿Entonces, por qué Austria parece más segura que Argentina?. Es que en Austria, Fritzl morirá en la cárcel… y en Argentina, uno puede encontrarse con Barreda un domingo, comprando pastas en Belgrano. Allá, la justicia es justicia. Aquí, los Zafaroni la relajan con teorías.
En Argentina, las cosas suelen siempre quedar con puntos suspensivos…
Después de todo un año de conflicto, el gobierno en decadencia y el sector agropecuario en desbande, han vuelto sus cuitas a foja cero. Estamos casi donde estábamos hace un año. Quizás el logro ficticio del gobierno, ha sido que los medios hayan publicado el decretazo presidencial sobre las retenciones a la soja, con la palabra “coparticipación”.
Obviamente el decreto que acaba de firmar la presidentA no tiene en cuenta la coparticipación de las retenciones a la soja. Apenas mandará migajas a los gobernadores en un año electoral. Pero que a éste manejo antojadizo de fondos, los medios lo hayan titulado “Coparticipación”, es un logro que el gobierno todavía debe estar festejando. Un año de conflicto… y estamos en dónde salimos.
También esta semana se habló sobre la vuelta del Servicio Militar obligatorio, que fue suspendido en 1.994, hace más de diez años… en parte por falta de ganas, y en parte por falta de fondos. La muerte del soldado Carrasco en el cuartel de Zapala hizo el resto. Más de diez años después, los argentinos nos encontramos discutiendo lo mismo.
Y nuevamente en Argentina se gritó esta semana el clamor de la seguridad. Ya en 2.004, cuando ocurrió el secuestro y asesinato de Axel Blumberg, media Argentina se había movilizado por más seguridad. Y se hicieron marchas, y se apuraron leyes, y se discutió mucho. Pero como siempre en Argentina, las cosas quedan en el aire. Con puntos suspensivos. El padre de Axel luchó entonces a brazo partido por leyes más duras contra los delincuentes. Fue en vano. La política y la justicia estaban en otra cosa entonces, y están en otra cosa ahora. Alguien desacreditó al padre de un hijo secuestrado y asesinado. Le desacreditaron el dolor por un título de ingeniero que no fue, y se logró con esa chicana meter la basura bajo la alfombra. Así, políticos y jueces volvieron tranquilos a eso de teorizar sobre la pobreza y la delincuencia. Mientras tanto… inseguridad y muerte. La mugre bajo la alfombra durante casi seis años. Es obvio que se necesita una política de inclusión, de atacar la marginalidad, de educar a los chicos… pero también es obvio que mientras eso sucede, es imperioso que los delincuentes no salgan en libertad. Delincuentes hay en todos lados. Eso es verdad. Sin embargo, la sensación de inseguridad no es la misma en todos lados. Si hasta en la impoluta Austria apareció un Josef Fritzl, el 'Monstruo de Amstetten'. Fritzl fue condenado esta semana a cadena perpetua. Un jurado popular de Viena, lo encontró culpable de asesinato por omisión de socorro, esclavitud, violación, coacción grave, privación de libertad e incesto. Y delincuentes hay acá. De hecho, Barreda fue condenado a prisión perpetua en 1.993 después de haber asesinado a su esposa, sus dos hijas y a su suegra. ¿Entonces, por qué Austria parece más segura que Argentina?. Es que en Austria, Fritzl morirá en la cárcel… y en Argentina, uno puede encontrarse con Barreda un domingo, comprando pastas en Belgrano. Allá, la justicia es justicia. Aquí, los Zafaroni la relajan con teorías.
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