General Videla...la figurita difícil

Otros tiempos... la dueña de Clarín brindando por la Patria

Guido Braslavsky escribió este domingo en Clarín, el diario para el que trabaja, una nota sobre el General Videla.

Y como Videla es la figurita difícil, y como la nota llevaba un título rimbombante, y como Guido Braslavsky Núñez fue el elegido hace muchos años por doña Seoane y don Muleiro para romper, con su “simpatía” y “juventud”, el mutis del General, y le arrancó algunas declaraciones con las que consiguieron algo de “credibilidad” para ese libro olvidable que se llamó “El Dictador”, es que me aboqué a leerla…falsa alarma.

Por suerte.

Me tranquilizó saber que el General sigue siendo la figurita difícil. Por un momento pensé que Videla había decidido hablar nuevamente con los acólitos de doña Seoane. Pero no, parece que aprendió la lección.

Si bien nunca he estado con el General Videla, a pesar de haberlo intentado, siempre quise preguntarle cómo podía estar detenido en su casa, habiendo centenares de subordinados suyos sufriendo el desatino de las cárceles comunes.
Y aunque estoy convencido que ningún soldado puede estar detenido por haber defendido a su patria. Y más convencido de que no se pueden juzgar los actos de guerra con las leyes de las paz. Y estoy recontra convencido que ningún ciudadano mayor de 70 años debería estar exento del beneficio humanitario de la prisión domiciliaria, de todos modos… dadas las características y el alcance de la venganza montonera de este gobierno y sus secuaces, creo que la figura del General Videla se agranda en una cárcel común, tanto como se empequeñece, encerrado en su departamento de avenida Cabildo.

Y digo Cabildo, y recuerdo que fue precisamente frente a su casa, al 600 de esa avenida porteña, donde fui testigo de cómo la sed infinita de venganza de cierto sector ideológico argentino, puede más que la Verdad y la Justicia.
Estuve aquella tarde del 24 de marzo de 2.001, cuando un grupo de personas, con Elena Cruz y Fernando Siro a la cabeza, cantaron el himno en honor al ex Presidente.
Yo estaba en la confitería de enfrente, cuando un puñado de personas llegó frente al departamento y comenzaron a cantar el himno. Salí a la vereda. Unos metros más hacia Lacroze estaba el periodista Osvaldo Quiroga.
Durante el acto, todas las persianas del todo el edificio de Cabildo 648 estuvieron cerradas…no obstante eso, me desayuné al otro día con declaraciones de Osvaldo Quiroga (un atildado periodista de cultura), asegurando que había visto al general Videla haciendo señas por el balcón. Y hasta denunció Quiroga, lo que su frondosa imaginación le dictó, en el juzgado del Juez Canicoba Corral. En fin...

Insisto, me alegra mucho que Videla siga siendo la figurita difícil. Y que Seoane y Muleiro y toda la prole, deban escribir por boca de otros. Que Videla no alimente a las “fieras”, que necesitan desesperadamente unas palabras suyas para seguir avivando la discordia entre argentinos.

Guido Braslavsky comenta en su nota de este domingo, que al General Videla “apenas lo visita su familia”… en una frase que pareciera menospreciar a la familia como institución.
En el diario La Nación del mismo domingo, curiosamente, leo sobre otra soledad de otro general. En los avisos fúnebres por la muerte de su esposa, al general Balza, “apenas lo saluda su familia”. La otra institución…ausente.
Por suerte.