Nosotros, el pueblo manso, si callamos ante las mentiras de los políticos, nos convertimos en sus idiotas útiles. O inútiles.
La Reina Cristina, tras pensarlo dos veces, optó esta semana por un acto en la apacible ciudad de Villa Paranacito, antes que toparse con la realidad de su pobre imagen en la combativa Gualeguaychú, donde suspendió su acto. El miedo no es sonso, dice el refrán
Vestida con sus mejores galas, se paró debajo de una de las inmensas torres de alta tensión recientemente construida junto al imponente complejo de Zárate Brazo Largo, allí, a la vera del majestuoso río Paraná… y dijo: “al país lo construyeron para el puerto y siempre tuvieron todo y a nosotros, el país profundo, siempre nos fue costando todo para lograr el desarrollo equilibrado del país…”
Qué ironía, la obra que está inaugurando, lleva electricidad a un puerto de la Provincia de Buenos Aires.
“Nosotros el país profundo, siempre nos fue costando…”… sí, lo sabemos bien, pues hace más de 10 años que pagamos en la factura de la luz un impuesto para la Provincia de Santa Cruz, que es precisamente el lugar de la “Argentina profunda” hacia donde la Reina fugó un día, temblando ante la guerra setentista declarada por sus “cumpas” de cuándo ella era plebeya. Hacia allá fue, para hacer fortuna con su marido, abogado de prestamistas. Y mal… no les fue.
"El país estaba desarticulado no sólo por falta de infraestructura sino también por una falta de visión integral estratégica sobre como unir las potencialidades de las distintas regiones de la Argentina…el abandono en los últimos 30 años de las tareas de generación y transporte de energía… es el correlato de otro abandono: el de la producción y el trabajo como modelo de desarrollo del país", dice la Reina, mientas entrega las torres… con lindas palabras.
Y está bueno que la Reina reconozca estas cosas en ese hermoso paraje de la gloriosa Entre Ríos. Junto al complejo de Zárate Brazo Largo, la obra más importante para la integración de la provincia, realizada, casualmente, por el último gobierno militar.
La Reina Cristina, tras pensarlo dos veces, optó esta semana por un acto en la apacible ciudad de Villa Paranacito, antes que toparse con la realidad de su pobre imagen en la combativa Gualeguaychú, donde suspendió su acto. El miedo no es sonso, dice el refrán
Vestida con sus mejores galas, se paró debajo de una de las inmensas torres de alta tensión recientemente construida junto al imponente complejo de Zárate Brazo Largo, allí, a la vera del majestuoso río Paraná… y dijo: “al país lo construyeron para el puerto y siempre tuvieron todo y a nosotros, el país profundo, siempre nos fue costando todo para lograr el desarrollo equilibrado del país…”
Qué ironía, la obra que está inaugurando, lleva electricidad a un puerto de la Provincia de Buenos Aires.
“Nosotros el país profundo, siempre nos fue costando…”… sí, lo sabemos bien, pues hace más de 10 años que pagamos en la factura de la luz un impuesto para la Provincia de Santa Cruz, que es precisamente el lugar de la “Argentina profunda” hacia donde la Reina fugó un día, temblando ante la guerra setentista declarada por sus “cumpas” de cuándo ella era plebeya. Hacia allá fue, para hacer fortuna con su marido, abogado de prestamistas. Y mal… no les fue.
"El país estaba desarticulado no sólo por falta de infraestructura sino también por una falta de visión integral estratégica sobre como unir las potencialidades de las distintas regiones de la Argentina…el abandono en los últimos 30 años de las tareas de generación y transporte de energía… es el correlato de otro abandono: el de la producción y el trabajo como modelo de desarrollo del país", dice la Reina, mientas entrega las torres… con lindas palabras.
Y está bueno que la Reina reconozca estas cosas en ese hermoso paraje de la gloriosa Entre Ríos. Junto al complejo de Zárate Brazo Largo, la obra más importante para la integración de la provincia, realizada, casualmente, por el último gobierno militar.
Está bueno que la Reina haya recordado que la última gran obra de la red eléctrica en la provincia, fue realizada también por el último gobierno militar… y está bueno que la Reina aproveche los servicios de la represa de Yacyretá, una obra construida en los 90.
Cómo son las cosas ¿no? En un mismo acto, la Reina Cristina elogió sin quererlo al último gobierno militar de Argentina, que ella tanto aborrece… y destacó, también sin querer, la importancia del boom argentino de los 90, esa década que ella miente infame.
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