sábado, 16 de febrero de 2008

Seguridad Vial - Claudio Carraud

Seguridad Vial: una causa nacional

En la Argentina mueren miles de personas por año en accidentes de tránsito. Esto no es una novedad para nadie. ¿Pero hacemos algo para remediar esto?.
Hace unos días atrás, la Legislatura porteña aprobó el sistema de registro de conductor por puntos, tras meses de discusiones y negociaciones entre los gremialistas de transportes y los diputados.
Este nuevo sistema de scoring le otorga veinte puntos a quién obtenga el registro de conductor y a medida que se cometan infracciones, se le descontarán puntos hasta el retiro de la licencia; primero por dos meses, luego por seis, la tercera por dos años y finalmente por cinco años.
La ley fue sancionada con 51 votos a favor y 1 en contra (de la diputada Patricia Walsh) y se pondría en vigencia a partir de agosto próximo en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sin dudas, la sanción de esta ley es un paso importante, siempre y cuando, los controles sean estrictos y se cumplan. Pero esto abarca solamente a Buenos Aires. ¿Qué sucederá entonces con el resto del país?.
En este sentido, la presidenta de la nación Cristina Fernández de Kirchner anunció que se enviará al Congreso de la Nación un proyecto de ley para crear un sistema de puntos o scoring a nivel nacional.
¿Alcanzará con esto?. Seguramente el sistema de licencias con puntos es una parte importante, pero no toda. La seguridad vial debe ser una cuestión de importancia nacional y se debe poner especial atención en esto.
Según la asociación civil “Luchemos por la vida”, el año pasado murieron 8.104 personas en accidentes de tránsito, un promedio de 22 personas por día. Si vemos las estadísticas de años anteriores notaremos que el número de accidentes se ha mantenido desde el año 1996. Es decir, el promedio durante 12 años está cerca de las 7.500 muertes por año. En el 2007 la cifra creció el 7.3% con respecto al 2006.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) maneja números notablemente menores. En sus estadísticas figuran que en el año 2001 el número de muertes en accidentes de tránsito fue de 3.796; en 2002: 3.178; en 2003: 3.124; en 2004: 3.505; y en 2005: 3.443. Esto quiere decir, que el promedio está en el orden de las 3.400 personas muertas por año.
Estos datos del INDEC son extraídos del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito (ReNAT) que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
El Instituto de Seguridad y Educación Vial ( ISEV) maneja cifras mucho más altas, y habla de que por ejemplo: en el año 2004 las personas muertas en accidentes de tránsito alcanzaron a 12.260. Según lo que explican en ISEV estas cifras surgen de cruzar datos de la policía, el Ministerio de Salud y las compañías de seguros.
¿Cuales son las causas de tales diferencias?. Nadie sabe explicarlas bien, y por supuesto nada está muy claro. La interpretación que surge es que de acuerdo a quién interese la cifra, son los números que se dan a conocer.
En realidad no importa si son tres mil, siete mil o doce mil. Lo importante está más allá de las estadísticas y de los fríos números. Estamos hablando de personas que mueren, de historias personales que quedan truncas. Hablamos de familias que sufren la pérdida de seres queridos y del dolor de lo inexplicable. Porque la tragedia no tiene palabras y el dolor no entiende de números ni de estadísticas.
Por eso, la seguridad vial es un problema de todos que no se soluciona con un sistema de puntos en las licencias. Se debe crear una conciencia real sobre esta problemática que hoy sufrimos todos.
La seguridad vial debe transformarse en una causa nacional y le corresponde al estado tomar cartas en el asunto.
Los especialistas del tema, hablan de que en la seguridad vial intervienen tres factores fundamentales: el hombre, el vehículo y el ambiente.
La estrategia a seguir en el tratamiento de esta problemática debe, necesariamente, abarcar estos tres factores.
En cuanto al primer factor, el hombre: se debe trabajar no solo en el control sino también en la educación vial. Sin dudas se debe controlar la ingesta de alcohol, el uso del cinturón de seguridad, el respeto las velocidades máximas y en el caso de las motos, el uso obligatorio del casco. Pero es importante intensificar la educación vial en las escuelas, desde los más chiquitos hasta los adolescentes. Estos últimos porque estarán muy próximos a obtener la licencia de conducir y los más chicos, porque si creamos la conciencia de la seguridad vial desde temprana edad, será -el día de mañana- todo mucho más fácil. Si se trabaja sobre los más chicos, estos harán de “controladores” de sus padres. Serán los encargados de hacerles cumplir a sus padres las reglamentaciones como las velocidades máximas o el uso de los cinturones de seguridad. Los que somos padres sabemos que esto sucede, que hacemos caso a lo que nuestros hijos nos piden. El cumplimiento de las reglas de tránsito es un ejemplo para ellos y una seguridad para toda la familia.
En el segundo factor, el vehículo: se debe exigir la verificación técnica vehicular (VTV). De esta forma se asegurará que los vehículos que circulen lo hagan en las debidas condiciones para evitar accidentes originados en fallas mecánicas.
En cuanto al ambiente, tercer factor, abarca las condiciones climáticas pero además el estado de las rutas y autopistas. En este sentido, es necesario trabajar en el mantenimiento en buen estado del pavimento de las rutas y autopistas, las señalizaciones y los controles de velocidad.
La seguridad vial debe ser una causa nacional... nos va la vida en eso.


Claudio Carraud

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