AFIRMACIÓN
Yo crucé por el limbo de la vida...
Muchos hombres hallaba en mi camino
y no encontré jamás aquel divino
Jesús, todo clemencia bendecida
Llegué hasta la bohardilla oscurecida,
vivienda de infelice peregrino,
y las gradas trepé de alabastrino
regio palacio donde el lujo anida,
Ausculté, desde el niño hasta el anciano,
el desdichado corazón humano,
y al comprender la dicha que demandan
y conocer los grandes que redimen,
ME ANONADÓ LA VOZ DE LOS QUE GIMEN
Y ME INDIGNÓ LA VOZ DE LOS QUE MANDAN!
(Delio Panizza)
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