“Preferible un auténtico capitalista, a un falso revolucionario”
(Ernesto Cardenal)
Por entonces, a mediados de los años 70, ninguno de todos aquellos “jóvenes idealistas” que concurrían a las reuniones de militancia, hubiera imaginado este final tan capitalista para esta compañera de la Revolución Socialista.
Ya el gobierno Cívico Militar había tomado el poder en medio de la anarquía, esa anarquía que había instalado en Argentina la violencia de un terrorismo sanguinario, junto a la incapacidad de un “isabelismo” impresentable. Receta explosiva que hizo de nuestro país, un lugar imposible de digerir. Entre otras cosas.
Por entonces, esta reciente Licenciada proveniente de Económicas acudía a las reuniones de militancia, como otros muchos jóvenes que idealizaron la Revolución desde la doctrina demencial, asesina y sanguinaria del Ché Guevara. Me refiero a la doctrina de intentar imponer el pensamiento único a sangre y fuego, demencial política por la cual ya varios militantes habían huido despavoridos. Adivinaban la tragedia.
Allí acudía esta morochaza inteligente y de pocas palabras, con sus “cumpas” de “Trinchera” una agrupación juvenil que adhería al PRT, por entonces, brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Ahí llegaba ella, calladita y con la misma sonrisa de “Gioconda” de hoy, a cantar zambas revolucionarias, comer empanadas, tomar vino de “mala reputación” y discutir políticas mejores para la Revolución Socialista. Los de “Trinchera” nunca gritaron “Perón o Muerte”, eso está claro, pero con el ERP diezmado, tuvieron que buscar alianzas con los “imberbes” expulsados por Perón, para intentar hacer sobrevivir con el pulmotor de Montoneros, y la “inteligencia” cubana, la impronta de la lucha armada para asaltar el poder.
Y sí, así andaban las cosas en este país allá por el 76. Y mientras escribo, la luna llenísima de esta semana se me cuela majestuosa por la ventana y me ilumina la cara…su blanquísimo resplandor me duele en los ojos. Tal vez, con su enorme abrazo de luz, esté intentando que mi nota enfile para otros lugares más comunes y menos trágicos. Pero hoy es una noche distinta y a mí, que siempre estas noches de lunas tan llenas y tan blancas me tentaron a escribir sobre lobos y brujas y amores…esta noche distinta de broncas ahogadas decido la excepción, evocando a los “perros” sanguinarios, esos a los que con tanta sangre inútil embriagó un tal Santucho.
Y esta semana, la morochaza de sonrisa pintada volvió a ser noticia. Es que el domingo pasado el periódico Perfil publicó que, “en el baño de su despacho, la brigada antiexplosivos de la Policía había encontrado una bolsa con 240.000 dólares”.
“La información es errónea y falsa”, contestaron desde el Ministerio de Economía, intentando desmentir la noticia “bomba”. Aunque leyendo con detenimiento el comunicado oficial, la noticia de Perfil que el Ministerio intentó desmentir, no resultaba del todo falsa. El Palacio de Hacienda difundió: “el paquete contenía 100.000 pesos y 31.670 dólares”. También según el relato oficial, ese dinero “iba ser utilizado por ella para concretar una operación inmobiliaria que se cayó a último momento. La Ministra optó por guardar el dinero en un mueble de su despacho en lugar de llevarlo a su casa. Fue una ingenuidad, pero para la ministra el episodio está terminado".
El presidente Kirchner no le pidió explicaciones sobre el tema."Es un tema privado...”, algunos en el gabinete, deben haber recordado los viejos “embutes de las orga”.
Ya el gobierno Cívico Militar había tomado el poder en medio de la anarquía, esa anarquía que había instalado en Argentina la violencia de un terrorismo sanguinario, junto a la incapacidad de un “isabelismo” impresentable. Receta explosiva que hizo de nuestro país, un lugar imposible de digerir. Entre otras cosas.
Por entonces, esta reciente Licenciada proveniente de Económicas acudía a las reuniones de militancia, como otros muchos jóvenes que idealizaron la Revolución desde la doctrina demencial, asesina y sanguinaria del Ché Guevara. Me refiero a la doctrina de intentar imponer el pensamiento único a sangre y fuego, demencial política por la cual ya varios militantes habían huido despavoridos. Adivinaban la tragedia.
Allí acudía esta morochaza inteligente y de pocas palabras, con sus “cumpas” de “Trinchera” una agrupación juvenil que adhería al PRT, por entonces, brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Ahí llegaba ella, calladita y con la misma sonrisa de “Gioconda” de hoy, a cantar zambas revolucionarias, comer empanadas, tomar vino de “mala reputación” y discutir políticas mejores para la Revolución Socialista. Los de “Trinchera” nunca gritaron “Perón o Muerte”, eso está claro, pero con el ERP diezmado, tuvieron que buscar alianzas con los “imberbes” expulsados por Perón, para intentar hacer sobrevivir con el pulmotor de Montoneros, y la “inteligencia” cubana, la impronta de la lucha armada para asaltar el poder.
Y sí, así andaban las cosas en este país allá por el 76. Y mientras escribo, la luna llenísima de esta semana se me cuela majestuosa por la ventana y me ilumina la cara…su blanquísimo resplandor me duele en los ojos. Tal vez, con su enorme abrazo de luz, esté intentando que mi nota enfile para otros lugares más comunes y menos trágicos. Pero hoy es una noche distinta y a mí, que siempre estas noches de lunas tan llenas y tan blancas me tentaron a escribir sobre lobos y brujas y amores…esta noche distinta de broncas ahogadas decido la excepción, evocando a los “perros” sanguinarios, esos a los que con tanta sangre inútil embriagó un tal Santucho.
Y esta semana, la morochaza de sonrisa pintada volvió a ser noticia. Es que el domingo pasado el periódico Perfil publicó que, “en el baño de su despacho, la brigada antiexplosivos de la Policía había encontrado una bolsa con 240.000 dólares”.
“La información es errónea y falsa”, contestaron desde el Ministerio de Economía, intentando desmentir la noticia “bomba”. Aunque leyendo con detenimiento el comunicado oficial, la noticia de Perfil que el Ministerio intentó desmentir, no resultaba del todo falsa. El Palacio de Hacienda difundió: “el paquete contenía 100.000 pesos y 31.670 dólares”. También según el relato oficial, ese dinero “iba ser utilizado por ella para concretar una operación inmobiliaria que se cayó a último momento. La Ministra optó por guardar el dinero en un mueble de su despacho en lugar de llevarlo a su casa. Fue una ingenuidad, pero para la ministra el episodio está terminado".
El presidente Kirchner no le pidió explicaciones sobre el tema."Es un tema privado...”, algunos en el gabinete, deben haber recordado los viejos “embutes de las orga”.
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