Y
sí, como las penas, cada cual tiene las suyas, y nosotros las tenemos… parafraseando
al tango de las penas, que mi abuelita tocaba en su piano gorila de marca
inglesa.
No recuerdo el nombre de la marca del
piano, pero sí el apellido: “… & Son”
Una semana de calorcito, y ya nos atacan
con advertencias de colores sugerentes: Verde, amarillo, naranja y rojo son los
colores estridentes de alerta para con las altas temperaturas.
Las
crónicas meteorológicas en Argentina se han vuelto crónicas amarillas.
Con las
lluvias, el viento o el calor, los medios que anuncian el clima son una especie
de Paulos Kablan y Mauros Zetas multiplicados a la José De Ser y elevado a la
potencia de Mauro Viale.
Basta
un nubarrón negro en el horizonte, una ráfaga inesperada en el jopo o un sol un
poco rudo, para que los títulos se vuelvan catástrofe y las alertas rueden
desbocadas.
Apretó
un poco el sol, y la verba de los que comentan con asombrosa facilidad de
palabras se desatan en contenidos: “Bajo un intenso sol y una jornada que golpea
con extremas temperaturas a medio país, el Servicio Meteorológico Nacional
(SMN) lanzó, pasadas las 12, la alerta roja, dejando atrás el nivel naranja que
rigió hasta este mediodía…”
Todo
con título catástrofe, mientras usted y yo, los de a pié, los que nos secamos
el sudor de la frente con el pañuelo a la mañana y con la manga de la camisa a
media tarde, cuando ya el día está jugado y sin fichas, entramos en la
sugestión cromática de las noticias. Y si hasta allí teníamos el calor de cualquier
hijo de vecino, al ver o escuchar el título catástrofe que anuncia alerta
naranja y cuidarse del golpe de calor, nos zambullimos en las heladeras del
primer quiosco que encontramos abierto y matamos por una botellita de agua
mineral tibia, a precio del uranio enriquecido.
No sé
bien cómo será en otros lugares del mundo, donde las alertas de catástrofes son
alertas de catástrofes naturales verdaderas e inevitables, y no consecuencia de
obras sin terminar o a medio hacer, desidia del Estado o irresponsabilidad de
los ciudadanos ante un Estado ausente para el control. Pero aquí es así y
debemos convivir con lo que tenemos y nuestras circunstancias.
Para
colmo de males, debemos lidiar con un Servicio Meteorológico apareado a nuestra
realidad de país que, tal como nuestro célebre Mencho Medina Bello: de miles, solo
unas pocas clava en el ángulo… la mayoría van a parar a la tribuna…
Ojo,
todo bien con el Mencho, que supo darnos solo alegrías a los que criticamos con
tanto esmero desde la San Martín Alta. Nunca la popular ligó tantas pelotas
como entonces.
Según el
“mataburros” como decía mi abuelo junto con la célebre frase “agarrá los libros
que no muerden”, el propio Sistema de Alertas sobre Olas de Calor y Salud del
Servicio Meteorológico Nacional, que ya no depende más de la Fuerza Aérea
Argentina sino de los civiles nacionales y populares, cada vez menos nacionales
y más impopulares, alerta roja representa una franja de riesgo alto-extremo,
porque aumenta en más del 60 por ciento la probabilidad de la mortalidad diaria
de la población en riesgo que habita en la ciudad.
El
Alerta Roja de verano, es un nivel que se aplica sólo en casos excepcionales de
olas de calor y que puede afectar a todas las personas saludables, no sólo a
los grupos considerados más vulnerables como los chicos muy chicos los ancianos
o la población con ciertas enfermedades crónicas. En cambio, alerta naranja,
que es el alerta que acaban de anunciar en éste preciso momento de sábado,
mientras yo escribo estas líneas frente a un ventilador en 3 y las patas en una
palangana con agua, implica un aumento del riesgo de mortalidad de entre un 30
y un 60 por ciento y es considerada peligrosa, especialmente para los bebes y
niños pequeños, personas mayores de 65 años o aquellos con enfermedades crónicas.
Y para cada
Alerta, distintas recomendaciones del Ministerio de Salud: Tomar agua en
cantidad durante todo el día. O evitar las comidas abundantes. Consumir
alimentos frescos, como frutas y verduras. Evitar las bebidas alcohólicas, muy
dulces y las infusiones calientes. Usar ropa suelta, de materiales
delgados y de colores claros. No realizar ejercicios físicos en ambientes
calurosos. Tomar líquido antes de comenzar cualquier actividad al aire
libre. Protegerse del sol poniéndose un sombrero o usando una
sombrilla. Usar cremas de protección solar factor 15 o más. Evitar
actos públicos o juegos en espacios cerrados sin ventilación…. uf… un listado
interminable de recomendaciones para las alertas del calor. Justo cuando
comenzábamos a despedirnos de las alertas portentosas del invierno con sus
lluvias y la siempre temible “probable caída de granizo”. Clásico entre los
clásicos desde aquella famosa pedrada que nadie supo anunciar.
“Alertas
de intensas lluvias y probable caída de granizo, como las registradas ayer..las
tormentas intensas, con fuerte actividad eléctrica y acompañadas de granizo y
ráfagas de viento, se extenderán en gran parte del centro del país. Tras dar
por finalizada la alerta meteorológica para el norte del país, el Servicio Meteorológico
Nacional (SMN) emitió su alerta por "tormentas fuertes o
severas" que afecta a la Ciudad de Buenos Aires, centro y norte
de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, noreste de La Pampa, San
Luis, Santa Fe, el sur de Santiago del Estero, el Río de la Plata y la ciudad
bonaerense de La Plata”… es decir, que medio país debe quedarse en casa y no
salir por las dudas. Como si medio país pudiera de un saque meterse en su casa
y esperar que llueva!!
Pero
los de la verba encendida para alertarnos insisten: “La entidad advirtió por
una masa de aire húmedo y muy inestable que se presenta en esa área de
cobertura. Asimismo, resaltó que entre la tarde de hoy y la mañana del viernes,
estas áreas de tormenta tenderán a generalizarse e intensificarse pudiendo en
algunos casos alcanzar intensidad fuerte o severa, provocando por lo tanto en
forma localizada fuerte actividad
eléctrica, abundante caída de agua, ráfagas intensas de viento y caída de
granizo”… es decir, un sálvese quien pueda!!. Menos mal que en los lares que
nos tocó el país, estamos libres de tifones, tsunamis y maremotos, pues si no
estaríamos todo el año sin poder movernos de nuestras casas.
De todos modos, el Estado y sus advertidores de
catástrofes, nunca dan alertas de ciertas catástrofes y desastres que si bien
no son naturales, resultan naturales que sucedan ante ciertas políticas del
Estado.
Un Estado tan capaz y rápido para emitir alertas y
pintar las realidades oscuras de color esperanza, y tan incapaz para alertar y
contener las pequeñas y las grandes catástrofes de un modelo de deambula entre
la inconsistencia para poner orden, y la indiferencia ante las tantas muertes
en la inseguridad y sus desbordes sociales de cada tanto.
Acabamos de festejar a puro baile en una catacumba
de casa de gobierno, 30 años de democracia. Los 30 años de
"democracia" y "libertad" han servido en Argentina, y bien,
para ocultar con eficiencia a los muertos en las inundaciones de La Plata, los
muertos en los saqueos de Tucumán Entre Ríos Chaco… para no encontrar a las
chicas que desaparecen cuando viajan por el país... para brindar impunidad a
los funcionarios corruptos y enriquecidos en la función pública, y muy pero muy
eficazmente ha servido para ocultar los datos verdaderos de una inflación que
nos muerde el bolsillo cada vez que vamos a comprar un litro de leche. Pero
nunca hasta ahora para Alertarnos de catástrofes sociales ni para aconsejarnos
sobre las consecuencias.
De todos modos soy argentino, sigo callado, y no
pierdo la esperanza.
Horacio R. Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario