sábado, 14 de diciembre de 2013

Argentina y sus Alertas

Y sí, como las penas, cada cual tiene las suyas, y nosotros las tenemos… parafraseando al tango de las penas, que mi abuelita tocaba en su piano gorila de marca inglesa.


No recuerdo el nombre de la marca del piano, pero sí el apellido: “… & Son”
Una semana de calorcito, y ya nos atacan con advertencias de colores sugerentes: Verde, amarillo, naranja y rojo son los colores estridentes de alerta para con las altas temperaturas.
Las crónicas meteorológicas en Argentina se han vuelto crónicas amarillas.
Con las lluvias, el viento o el calor, los medios que anuncian el clima son una especie de Paulos Kablan y Mauros Zetas multiplicados a la José De Ser y elevado a la potencia de Mauro Viale.
Basta un nubarrón negro en el horizonte, una ráfaga inesperada en el jopo o un sol un poco rudo, para que los títulos se vuelvan catástrofe y las alertas rueden desbocadas.
Apretó un poco el sol, y la verba de los que comentan con asombrosa facilidad de palabras se desatan en contenidos: “Bajo un intenso sol y una jornada que golpea con extremas temperaturas a medio país, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) lanzó, pasadas las 12, la alerta roja, dejando atrás el nivel naranja que rigió hasta este mediodía…”
Todo con título catástrofe, mientras usted y yo, los de a pié, los que nos secamos el sudor de la frente con el pañuelo a la mañana y con la manga de la camisa a media tarde, cuando ya el día está jugado y sin fichas, entramos en la sugestión cromática de las noticias. Y si hasta allí teníamos el calor de cualquier hijo de vecino, al ver o escuchar el título catástrofe que anuncia alerta naranja y cuidarse del golpe de calor, nos zambullimos en las heladeras del primer quiosco que encontramos abierto y matamos por una botellita de agua mineral tibia, a precio del uranio enriquecido.
No sé bien cómo será en otros lugares del mundo, donde las alertas de catástrofes son alertas de catástrofes naturales verdaderas e inevitables, y no consecuencia de obras sin terminar o a medio hacer, desidia del Estado o irresponsabilidad de los ciudadanos ante un Estado ausente para el control. Pero aquí es así y debemos convivir con lo que tenemos y nuestras circunstancias.
Para colmo de males, debemos lidiar con un Servicio Meteorológico apareado a nuestra realidad de país que, tal como nuestro célebre Mencho Medina Bello: de miles, solo unas pocas clava en el ángulo… la mayoría van a parar a la tribuna…
Ojo, todo bien con el Mencho, que supo darnos solo alegrías a los que criticamos con tanto esmero desde la San Martín Alta. Nunca la popular ligó tantas pelotas como entonces.
Según el “mataburros” como decía mi abuelo junto con la célebre frase “agarrá los libros que no muerden”, el propio Sistema de Alertas sobre Olas de Calor y Salud del Servicio Meteorológico Nacional, que ya no depende más de la Fuerza Aérea Argentina sino de los civiles nacionales y populares, cada vez menos nacionales y más impopulares, alerta roja representa una franja de riesgo alto-extremo, porque aumenta en más del 60 por ciento la probabilidad de la mortalidad diaria de la población en riesgo que habita en la ciudad.
El Alerta Roja de verano, es un nivel que se aplica sólo en casos excepcionales de olas de calor y que puede afectar a todas las personas saludables, no sólo a los grupos considerados más vulnerables como los chicos muy chicos los ancianos o la población con ciertas enfermedades crónicas. En cambio, alerta naranja, que es el alerta que acaban de anunciar en éste preciso momento de sábado, mientras yo escribo estas líneas frente a un ventilador en 3 y las patas en una palangana con agua, implica un aumento del riesgo de mortalidad de entre un 30 y un 60 por ciento y es considerada peligrosa, especialmente para los bebes y niños pequeños, personas mayores de 65 años o aquellos con enfermedades crónicas. 
Y para cada Alerta, distintas recomendaciones del Ministerio de Salud: Tomar agua en cantidad durante todo el día. O evitar las comidas abundantes. Consumir alimentos frescos, como frutas y verduras. Evitar las bebidas alcohólicas, muy dulces y las infusiones calientes.  Usar ropa suelta, de materiales delgados y de colores claros. No realizar ejercicios físicos en ambientes calurosos. Tomar líquido antes de comenzar cualquier actividad al aire libre. Protegerse del sol poniéndose un sombrero o usando una sombrilla. Usar cremas de protección solar factor 15 o más. Evitar actos públicos o juegos en espacios cerrados sin ventilación…. uf… un listado interminable de recomendaciones para las alertas del calor. Justo cuando comenzábamos a despedirnos de las alertas portentosas del invierno con sus lluvias y la siempre temible “probable caída de granizo”. Clásico entre los clásicos desde aquella famosa pedrada que nadie supo anunciar.
“Alertas de intensas lluvias y probable caída de granizo, como las registradas ayer..las tormentas intensas, con fuerte actividad eléctrica y acompañadas de granizo y ráfagas de viento, se extenderán en gran parte del centro del país. Tras dar por finalizada la alerta meteorológica para el norte del país, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió su alerta por "tormentas fuertes o severas" que afecta a la Ciudad de Buenos Aires, centro y norte de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, noreste de La Pampa, San Luis, Santa Fe, el sur de Santiago del Estero, el Río de la Plata y la ciudad bonaerense de La Plata”… es decir, que medio país debe quedarse en casa y no salir por las dudas. Como si medio país pudiera de un saque meterse en su casa y esperar que llueva!!
Pero los de la verba encendida para alertarnos insisten: “La entidad advirtió por una masa de aire húmedo y muy inestable que se presenta en esa área de cobertura. Asimismo, resaltó que entre la tarde de hoy y la mañana del viernes, estas áreas de tormenta tenderán a generalizarse e intensificarse pudiendo en algunos casos alcanzar intensidad fuerte o severa, provocando por lo tanto en forma localizada fuerte actividad eléctrica, abundante caída de agua, ráfagas intensas de viento y caída de granizo”… es decir, un sálvese quien pueda!!. Menos mal que en los lares que nos tocó el país, estamos libres de tifones, tsunamis y maremotos, pues si no estaríamos todo el año sin poder movernos de nuestras casas.
De todos modos, el Estado y sus advertidores de catástrofes, nunca dan alertas de ciertas catástrofes y desastres que si bien no son naturales, resultan naturales que sucedan ante ciertas políticas del Estado.
Un Estado tan capaz y rápido para emitir alertas y pintar las realidades oscuras de color esperanza, y tan incapaz para alertar y contener las pequeñas y las grandes catástrofes de un modelo de deambula entre la inconsistencia para poner orden, y la indiferencia ante las tantas muertes en la inseguridad y sus desbordes sociales de cada tanto.
Acabamos de festejar a puro baile en una catacumba de casa de gobierno, 30 años de democracia. Los 30 años de "democracia" y "libertad" han servido en Argentina, y bien, para ocultar con eficiencia a los muertos en las inundaciones de La Plata, los muertos en los saqueos de Tucumán Entre Ríos Chaco… para no encontrar a las chicas que desaparecen cuando viajan por el país... para brindar impunidad a los funcionarios corruptos y enriquecidos en la función pública, y muy pero muy eficazmente ha servido para ocultar los datos verdaderos de una inflación que nos muerde el bolsillo cada vez que vamos a comprar un litro de leche. Pero nunca hasta ahora para Alertarnos de catástrofes sociales ni para aconsejarnos sobre las consecuencias.

De todos modos soy argentino, sigo callado, y no pierdo la esperanza.


Horacio R. Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos

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