sábado, 9 de noviembre de 2013

Verdad que es todo mentira...

Linda mañana. El sol entra cálido por la ventana que le dice “pase” a la brisa suave del oeste. De entrecasa, el oeste es mi paisaje favorito. Los amaneceres son claros y los arreboles encendidos.


Las mañanas se vuelven esperanza y las tardes presagian destinos claros. A veces.
Belu, a la que hasta ayer le cambiaba los pañales y le calentaba la mamadera, está en sus cosas pero junto a mí esta mañana, abrumada entre hojas, corrige exámenes de sus alumnos y me comenta detalles de color sobre las desastrosas pruebas que corrige y que los alumnos disculpan con dibujitos o frases ingeniosas. Pero de estudio, poco.
Sonrío… pues me descubro diciendo por lo bajo “cómo pasa el tiempo” y ya me siento un veterano de vida, pensando estos pensamientos que antes solo eran de mi abuelita.
Acabo de preparar la primera parte del mate, el agua, que sin mate no hay ritual de sábado por la mañana. En la lata donde guardamos la yerba solo queda ese polvillo verde que no se quita con ninguna zaranda y que me hace estornudar.
Así que no me queda otra que investigar en la cocina a ver dónde está la yerba. Mi orgullo de marido domado no me permite preguntar: “querida, ¿dónde está la yerba?”, porque la experiencia nos dice a los hombres que la respuesta vendrá, pero vendrá tras un rosario de reproches y consejos. Así que empecé a buscar solito, después de todo, el corazón es grande pero la cocina es chica y no me llevará mucho tiempo encontrar el paquete de yerba.
Ahí está, guardado en un cajón bajo diez paquetes de fideos pintados con cúrcuma berreta.
Un stiker verde fosforescente de supermercado chino pegado en uno de sus lomos, me llama la atención: $35.90.


En el país de la yerba. En el país de la harina. En el país de la leche… en el país de Moreno.
Hoy es la yerba, ayer fue el pan y en algún momento la leche, que curiosamente en cartón, cuesta más o igual que el litro de nafta súper en Buenos Aires.
Claro que no propongo como desayuno ponerle café a la nafta súper, solo apunto odiosas comparaciones de precios que siempre me han llamado la atención.
Para el funcionario ultra oficialista Guillermo Moreno, la inflación no existe. No está. Y para todo el séquito militante del modelo, abocados a disfrazar la realidad con fanatismo perverso, la inflación no es culpa de las políticas del gobierno sino de los empresarios especuladores.
Nagacionistas. Las figuras de los monitos que no escuchan y que no hablan los pinta de cuerpo entero, y han tenido la pericia de cambiar el monito que se tapa la boca, por uno que pasa letra en los innumerables medios de comunicación que el Estado mantiene con su millonaria pauta publicitaria, pauta que maneja discrecionalmente para premiar a los acólitos, o aporrear a los críticos.
Y entre medio usted y yo.
La yerba por las nubes y la Ley de Medios utilizada para domesticar a cualquier potro que corcoveé libertad. Mi abuela, no la gorila, la otra… que nunca supo explicarme porqué su amado Perón un día cerró el Diario La Prensa, cantaba muy bonito un tango de letra genial “…cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol…” Yira Yira.
Y la fe que se va perdiendo y tal vez mañana la yerba secándose al sol. Nadie lo sabe.
“Verás que todo es mentira, verás que nada es amor…” El peronismo y su historia de amores y odios. Ya lo dijo John William Cooke en su discurso ante la Cámara de Diputados de la Nación, fue en 1951: “Nosotros estamos contra La Prensa por razones mucho más serias, mucho más fundamentales. Estamos contra La Prensa porque creemos que diarios de esa clase son los que han minado la base de la nacionalidad, creemos que La Prensa es uno de esos obstáculos, como hay muchos otros en el continente, que han impedido o demorado todas las posibilidades de reivindicaciones proletarias en Latinoamérica. Nosotros lo decimos por encima de las contingencias de la comisión investigadora. Lo decimos como hombres políticos que expresamos opiniones personales. Nosotros estamos con los obreros, y estamos contra La Prensa, porque La Prensa siempre estará, como lo ha estado hasta ahora, contra los obreros y contra nosotros. Este es el planteo revolucionario con respecto a este problema de La Prensa. Nosotros con los nuestros, La Prensa con los suyos y con sus aliados de dentro y fuera del país, y con todos aquellos que, sin estar complicados en las maquinaciones de los diarios capitalistas, creen que están defendiendo los intereses de la prensa libre y de la libertad de opinión...” El peronismo y su historia de libertades encadenadas. La Argentina y sus historias de enfrentamientos estériles.
Digo, porque a lo mejor la gente piensa que la historia de embates contra la prensa comenzó con Sabatella. Pero no.
O a lo mejor los distraídos piensan que eso de las listas negras y mordazas la descubrió el General Videla en los 70, cuando la Argentina se desangraba combatiendo a un terrorismo sin piedad ni remordimientos. Negativo.
El gobierno kirchnerista hace parar a don Agustín Rossi frente a las cámaras para mentir que descubrió “documentación secreta” del gobierno de Videla. En realidad, por falta de mantenimiento se cayó una pared en el Edificio Cóndor y encontraron información oficial, actas y planillas firmadas, que el gobierno nunca se encargó de buscar. Punto.
Tomo un par de mates y por la ventana las nubes han cubierto de plomo el celeste de un cielo que ya no está. Tal vez quiera decirme algo.
A la presidenta parece que le han dado el alta neurológica, pero todavía no puede volar, justo ella, que perece vivir en una nube de realidad lejana.
Hace un mes que no sabemos de ella y ella hace tiempo que ya no le interesa saber de nosotros. No delibera ni gobierna sino a través de sus partes médicos y mediáticos.
Mientras tanto, el modelo del “amor” se desvanece en odios y enfrentamientos.
Argentinos contra argentinos. Bandas de narcos que han visto las bondades del modelo negacionista, y se mueven entonces con total impunidad. No hay fuerzas de seguridad, no hay fuerzas armadas, no hay controles en fronteras, no hay radares…
Verás que todo es mentira, y veremos que nada es amor, y que al modelo ya nada le importa. Yira y yira mintiendo la historia y esa única verdad que es la realidad.
La rebeldía popular, arrebujada solo en el descontento en las urnas. La Iglesia que atina un grito que se ahoga en la poca convicción de ponerse firme frente a un régimen que la detesta. Manso y tranquilo el pueblo que sufre.


Los militantes del modelo “nacional y popular” cantan su misma cantinela: “no te desesperes loco toda va a andar bien, ninguna bala, parará este tren”.
En Mendoza, dos ancianos enfermos esperan la muerte encadenados a su cama del hospital. El modelo que no es derecho ni humano, tiene encadenados a dos militares ancianos que están presos a la espera de un juicio. Nadie grita indignación.

 “Lo que el gobierno quiere es que se mueran, los quieren matar, mi marido está muy enfermo y se puede morir en cualquier momento, y eso es lo que quieren, matarlo. El gobierno nacional quiere que todos mueran como ya  han muerto 230 personas acusadas de delitos de lesa humanidad, por falta de atención médica”, dice Angélica Pirani, esposa de un ex comisario que sin que el tribunal sepa, fue trasladado una cárcel lejana. No miente.

Horacio R. Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos

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