sábado, 2 de agosto de 2014

Argentina, donde los crímenes reales se mezclan con los de la ficción.



Estuve en el Festival de Novela Negra... "Donde el crimen real se mezcla con el crimern de ficción", reza el cartel que lo tiene a Borges como testigo mudo. 

Allí, desalineado y de bigote profuso. Camisa a rayas. De hablar campechano y descontracturado, Raúl Argemí toma la palabra. Nunca un cartel resume tan bien un momento.


Para quienes no lo sepan, Raúl Argemí fue miembro del grupo terrorista argentino ERP 22 de agosto, un grupo que se dedicaba, básicamente, a descoser a balazos a civiles y uniformados en la vía pública. 


 Graciela Lilian Lavalle de Reyna, declaró ante la Cámara Federal Penal que en los 70, en una casa donde ella y su célula terrorista recibía adiestramiento, al dueño de casa se le escapó un tiro. Con ese tiro (NG) "Julio" mató a su esposa, curiosamente, de apellido Argemí... y desde ese momento, cuenta la testigo, todos los que asistían a esa casa tuvieron que pasar a la clandestinidad. Raúl Argemí, de todos modos, se las ingenió para pasar al bronce terrorista con muertes “mejores” que la de su compañera de “fierros” y de cama. 


Años más tarde fue detenido, enjuiciado y sentenciado a 25 años de prisión por la muerte del juez de aquella Cámara Federal donde su “cumpa” lo “batió”. Sí, don Raúl Argemí fue uno de los que acribilló al juez Quiroga en el barrio porteño de Tribunales. También el tribunal lo encontró responsable de la muerte del Almirante Quijada. 


 Pero claro, don Argemí se las ingenió para salir en libertad 15 años antes de cumplir su condena. Y se las ingenió para cobrarle una suculenta indemnización al Estado. Antes vivía spaña, donde mataba el tiempo escribiendo oscuras novelas de “familias con muertas”. Obvio, sabe lo que escribe. El tipo se las ingenió para borrarse del mapa, y de la historia y el gobierno kirchnerista le ofrece refugio de impunidad y subsidios... así que volvió. 


Ya no debe esconderse de nada. “Yo no fui”, es su verso de cabecera. 


 El Dr. José María Sacheri se le acercó al terminar la charla... se presentó, le contó que su padre fue asesinado delante de él por el Erp 22 de Agosto. Argemí contestó solamente con exceso de sudor. Con promesas de hablar después y con la excusa que sabe mejor: Yo no fui. 


 Así es.. esta noche... los crímenes reales e impunes de Raúl Argemí y sus secuaces, se mezclaron con los crímenes de ficción, los de los libros de novela negra, que el Gobierno de la Ciudad realizó en el Centro Cultural del Teatro San Martín... 

 Horacio R. Palma






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