lunes, 19 de mayo de 2014

Prueba de amor



Mi viejo me enseñó que ciertos temas deben evitarse en la mesa: Política, religión… fútbol.
Cualquiera de ellos hablados con pasión entre amigos o en familia, podría derivar rápidamente en una discusión sin retorno.

Diferencias irremediables o muy difíciles de remontar… innecesarios riesgos para una sobremesa. Mejor no hablarrr… de ciertas cosas, cantaba Luca Prodan desde la mítica banda Sumo, en épocas en que mis huesos no pasaban factura en los días con humedad.

Este fin de semana, River Plate… el Club de mis amores, ganó su campeonato número 35.
El Monumental, el gallinero… el Liberti… con desbordante lleno rojiblanco.
El rojo y el blanco vistieron mi pasión desde chico… mi viejo me llevó a la cancha por primera vez, cuando yo apenas comienzo a recordar la vida.
River vs. San Lorenzo en cancha de Huracán… vaya uno a saber el año, ese dato no lo recuerdo, pero jamás olvidé el momento, pues marcó en mi piel la pasión riverplatense para siempre.

River me dio todas las satisfacciones que un hincha puede pedir… todas. Hasta que un día, me exigió una prueba de amor.
Sonrío… recuerdo otra vez mis años saliendo de la infancia.
Mi primera novia.
El romance apasionado de los primeros tiempos…
En las buenas… en las buenas es más fácil. En las malas es la cosa.
En las buenas están todos… todos y algunos más.
En las malas es la cosa.

River Plate pasión y yo. Amantes incondicionales que las han vivido todas.
El fútbol en Argentina tiene su folclore… gallinas y bosteros sabemos perfectamente de qué hablamos cuando nos cargamos dentro y fuera de la cancha.
Sabemos qué se siente…
Claro que dejo de lado a los violentos que siempre han existido y que están excluidos de la categoría: hinchas. Esos son otra cosa, son la escoria que intentan matar la pasión con demencial violencia.
Por eso, cuando escucho y leo las cargadas, esa “mancha” que los bosteros llaman irse a la “B”, sonrío. Lo que para ellos es un estigma indeleble, una “mancha vergonzante”, para mí ha sido la más profunda y sincera prueba de amor.
Como cuando chico y mi novia… como cada vez que en las malas. La hora de la verdad.

En las buenas hay que estar… en las malas mucho más… por eso, este campeonato número 35 de River, el Club de mis amores… festejado en las entrañas del Monumental, ese estadio que mil veces me ha visto entrar y gritar, y saltar, y alentar… y festejar y sufrir y llorar… que me ha visto entrar con mi viejo que ya no está, con mis hijos, con mis hermanos, con mis amigos… ha tenido un sabor especial.

Ese sabor único e inconfundible de la prueba de amor superada.
En una tarde tibia de sol, entré con media parte de mi vida: mi hermano, mi hijo, mi sobrino…el pañuelo que compramos con mi viejo en aquél Tricampeonato, y entré como hace muchos años entró mi viejo conmigo.


Y después de todas las satisfacciones que River me dio, y después de esa prueba de amor de estar junto al millo en las malas… nos reencontramos cara a cara en un campeonato más. Y nos miramos a los ojos, y River me dijo Gracias… y yo le dije: Te Quiero y te voy a querer siempre. Y nos confundimos en un abrazo interminable… y nos fuimos en paz, sabiendo que nos tenemos para siempre.

Horacio R. Palma

2 comentarios:

elbolson dijo...

NO PUBLIQUEN BASURA, EL FUTBOL ES EL ALIMENTO PARA LOS IGNORANTES ...

pedro spinelli dijo...

EStimado COMPAÑERO DEL PUEBLO DE LA BANDA SANGRE QUE NOS CRUZA EL ALMA .
La alegría de volver a ver a RIVER CAMPEON , es inenarrable , a mis 73 años digo gracias RIVER , ya me puedo ir contento y tranquilo .
Saludos de CORAZON RIVERPLATENSE . ANGELITO LABRUNA ETERNO .