sábado, 11 de enero de 2014

La realidad, más allá de las noticias

Apareció Fidel Castro después de tanto tiempo. Y apareció enfundado en sus años, en sus huesos gastados, en su piel curtida de muerte y balas, y en una campera bien del imperio… Tommy Hilfiger azul.


Los revolucionarios se han ido gastando en las piedras duras de la realidad que grita miseria y desabastecimiento, en países ahítos de tesoros naturales y de tierras fértiles para los alimentos, mientras un grupo selecto vive a cuerpo de rey, cerca de las mieles egoístas de los tiranos.
Pero las fortunas inmensas gastadas en mentir relatos color rosa, logran en muchos mirar con cierto cariño algunas dictaduras de izquierda y tomarlas como ejemplo de romanticismo.
En éstos lares, los revolucionarios de ayer que no bajaron de Sierra Maestra sino que se subieron al pedestal a costa de esquilmar las arcas del Estado, debaten hoy cómo combatir el golpe institucional del tomate. El tema tomó casi como una cuestión de Estado pero… (siempre hay un pero decía Binóculo), ni siquiera en cómo combatir el precio del tomate se ponen de acuerdo dentro del gabinete de la señora que sigue ausente.
Que lo importamos de Brasil… que no lo importamos nada. Mientras tanto, uno de los dólares de los tantos que andan circulando por las calles de Argentina, pasó largamente los diez pesos, mientras otro de los dólares que impone el Estado se ha estacionado cómodamente por encima de los 8 mangos.
En éste país, con éstos dirigentes. El que apuesta al dólar no pierde… nunca. Porque se pone a salvo de los desmanejos de una casta necia que ha sabido hacerse varias veces millonaria a costa de la corrupción y de la impunidad.
Y por más que nos hablen con el corazón, nosotros tenemos la bendita costumbre de responder con los bolsillos. Que es el órgano que más nos duele a los argentinos.
Nada nos molesta ni nos irrita tanto, como cuando nos tocan los bolsillos.
Ni el orgullo ni la dignidad nos puede tanto como el bolsillo. Pueblo pobre de valores.
Como si nada anda la gente en éste enero gastando el papel pintado de varios rosas. Tenemos billetes de 100 de todos los colores y con dibujitos a elección. Una maquinita que imprime papel y lo pinta a tiempo completo, escupe billetes sin respaldo… total después la culpa es del tomate.
El golpe institucional del tomate le ganó esta semana la pulseada en las noticias a la madre y el padrastro que mataron, quemaron y tiraron a un arroyo a Priscila, la hija de eso que nadie debería llamar madre. Una madre criminal, en sus cabales o no, no basta para el fiel reflejo de lo que somos como sociedad. Locos y criminales hay en todos lados. Lo que sí nos pinta la realidad es cómo, vecinos y Estado no pudieron reaccionar a tiempo.
Y trascartón, un rayo cae en medio de la temporada en Villa Gessell y desata otra tragedia más… y van… le robo aquí la frase a Gabriel Dreyffus, un reconocido publicista de argentina: “Había un Presidente con fama de mufa, pero el río no tenía pirañas, y en el mar los rayos no fulminaban a la gente. Además, no había inflación y un peso valía un dólar… también dicen que era corrupto, si lo era… después aprendimos que era un pichi”.
Así es… cuando nadie piensa que podríamos estar peor, zácate!
Claudio Alferi tenía 58 años y vivía en Carapachay, una localidad del partido de Vicente López en el gran Buenos Aires.
Sus vecinos, a pesar de estar acostumbrados al desorden y la mugre en la casa de Alferi, llamaron a la policía el pasado jueves, pues los malos olores se hacían insoportables, y a Claudio hacía tiempo que no se lo veía.
La policía de Buenos Aires entró finalmente a la casa que parecía un pequeño basural.
Efectivamente encontraron el cadáver de Alferi, como sospechaban sus vecinos, pero además y para sorpresa de todos, los policías encontraron sentada a la mesa… a la madre de Claudio, fallecida hace diez años.
Claudio Alferi según los forenses, había fallecido hace un mes atrás, y su cadáver estaba junto con el de su madre, muerta hace diez años. Margarita Aimar de Alferi quién, según relata la policía, se encontraba envuelta en bolsas, sábanas y frazadas, como en un estado de momificación natural.
Sentado en otra silla, muerto, Claudio. Como en una vieja película de terror… y para terminar en comedia la tragedia, en el momento que la policía científica llevaba el cadáver momificado de la madre hacia el vehículo de traslado, la cabeza se les cayó de la camilla y terminó rodando por la calle…Claro que un loco y ermitaño no basta para el fiel reflejo de lo que somos como sociedad. Locos y acumuladores de basura hay en todos lados. Lo que sí nos pinta la realidad es cómo, vecinos y Estado no pudieron reaccionar a tiempo.
La cabeza de la madre de Alferi rodó por la calle de Carapachay pues la policía acudió con equipamiento de tercer mundo, pero en realidad, aquí en Argentina nunca ruedan cabezas.
Nunca. Los responsables siempre se las ingenian para pactar impunidad.
Nuevos jueces nombrados mientras el pueblo está ensimismado gastando el papel pintado en algún lugar de la Costa Atlántica: El abogado de Boudou, El abogado de las madres de Plaza de Mayo, El abogado de Felisa Miceli
Así tienen a los viejos, Presos Políticos de Argentina, en el Hospital de Mendoza

Como para perder las esperanzas de justicia.
El Modelo habla de justicia y habla de derechos humanos… hace unas semanas viajé desde Gualeguay en una Traffic. Junto a mí subió una señora mayor que se quejaba a cada paso por sus 83 años. La abuela de pronto comenzó a pedirle al chofer que parara, pues se estaba “haciendo encima”. El chofer paró, con un asistente ayudaron a la abuela a que pudiera hacer pis a un costado de la ruta. Cuando subió, se sentó y me repetía que ya estaba vieja… 83 años pensaba yo, si la abuela supiera la situación de muchos de su edad.
En aras de los derechos humanos, muchos penales de país están atestados de ancianos como la señora que se hacía encima. El gobierno los persigue por haber combatido al terrorismo en los años 70. Fueron enjuiciados y condenados en juicios nulos, pero la venganza no resulta tal si no quedan encerrados en cárceles que no están preparadas para contener a gente muy mayor con enfermedades crónicas.


Los Presos Políticos de Argentina están abandonados a su suerte en cárceles que no tienen estructura para alojar viejos ni enfermos. El gobierno les prohibió la asistencia en los hospitales de sus obras sociales. Ha sofisticado su venganza, conforme el placer de su odio. Más de 200 presos políticos han muerto, muchos sin asistencia médica.
Un grupo de cínicos amparados en la democracia, tal vez no baste para el fiel reflejo de lo que somos como sociedad. Tiranos y terroristas hay en todos lados. Lo que sí nos pinta la realidad es cómo, ciudadanos y Estado, no hemos sabido reaccionar a tiempo.

Más allá de las noticias… hay un pueblo encogido de hombros, y un estado ausente.

Horacio R. Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos


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