miércoles, 30 de octubre de 2013

1976 - 30 de Octubre - 2013... casi 40 años sin Justicia

Teniente Primero Omar Abel Lucioni


Al Teniente Pri­mero Omar Abel Lucioni, el 30 de Octu­bre de 1976 lo mata­ron dis­pa­rán­dole por la espalda , fue uno más de los cobar­des ase­si­na­tos de la orga­ni­za­ción terro­rista “Mon­to­ne­ros”, pero para Ana, su hija, fue un hecho único y terri­ble, la con­vir­tió en una víc­tima de la bar­ba­rie sub­ver­siva. Hoy pre­side la Comi­sión de Home­naje Per­ma­nente por los muer­tos de la sub­ver­sión, en el res­cate de una Memo­ria que se niega en nues­tro país.

Hermanos Lucioni, Víctimas del terrorismo de Argentina

"Que triste estoy hoy....este es un aniversario más del asesinato de mi padre, pero me pesa mucho más...será que estoy cansada de las injusticias...será que no aguanto más escuchar a gente como Cabandié ...si...ese que cree que sus padres eran héroes...será que veo como los camaradas de mi papá están presos sentenciados antes de ser juzgados...será que me cansó la madre que es madre pero no de desaparecidos y la abuela que no es abuela...y todos los atropellos que cometen sin escrúpulos pero con millones....será que me molesta escuchar hablar de los derechos humanos cuando es solo un slogan para seguir robando y llevar a cabo una venganza planificada durante más de 30 años...será que viene a mi memoria cuando metieron preso a mi hermano y sus camaradas que lo acompañaron a rendir un homenaje a mi padre....será que hoy lo necesito más que nunca...Gracias a todos los que me hicieron llegar todo su cariño en este día....y gracias a vos viejo por darnos la libertad que no nos merecemos ya que hoy no la defendemos." Ana Lucioni



¿Tengo derecho a conocer la verdad?

Cuando mi padre fue ase­si­nado con­taba yo con un año y medio de vida, y durante todo el resto de mi infan­cia y ado­les­cen­cia se me enseñó a que su muerte era un des­gra­ciado hecho más en una sucia gue­rra que había tenido que sopor­tar la Argen­tina en los años setenta, gue­rra que por suerte había sido supe­rada y que por ende, debía ser mi padre recor­dado sin odios ni rencores.

Todo fue así hasta que se hace cargo del Poder Eje­cu­tivo el actual gobierno, que con ánimo revi­sio­nista y revan­chista, se lanza a per­se­guir a los mili­ta­res de enton­ces, abriendo las heri­das y pre­sen­tando a los terro­ris­tas – espe­cial­mente a los de la orga­ni­za­ción que se adju­dicó la muerte de mi padre — como jóve­nes idea­lis­tas libres de culpa.

La memo­ria de mi padre es vil­mente ensu­ciada y quie­nes repre­sen­tan ahora a la Ins­ti­tu­ción que lo albergó hasta el día de su muerte, el Ejér­cito Argen­tino, care­cen del coraje y la hom­bría de bien nece­sa­rios para poner las cosas en su lugar. Por el con­tra­rio, por el hecho de gol­pear las puer­tas del Estado Mayor de Ejér­cito recla­mando cono­cer la ver­dad de lo ocu­rrido aquel 21 de octu­bre de 1976, se me declara “ persona non grata” prohi­bién­dome acer­carme a cual­quier uni­dad militar.

Muy a mi pesar debí salir de aquella pos­tura paci­fista al que me tenía mi madre acos­tum­brada y he comenzado a gol­pear puer­tas deseosa de saber la verdad.

No es mi intención per­se­guir la vin­dicta pública para los ase­si­nos, pues se me dirá cíni­ca­mente que los hechos están pres­crip­tos y que no se trata de un “cri­men de lesa huma­ni­dad”, pero si creo que tengo todo el derecho de saber la ver­dad, de cono­cer como y por­que se llevó a cabo este artero ataque, quie­nes son con nom­bre y ape­llido los que mata­ron a mi padre y, si están aún vivos, poder mirarlos a la cara.

Solo eso pido como víc­tima del accio­nar de aque­lla banda de ase­si­nos, y digo víc­tima ya que no sólo mi padre fue ase­si­nado, sino que tam­bién mar­ca­ron la vida de mi madre y de mis her­ma­nos, así como la mía. Todos somos víc­ti­mas de aquel abe­rrante hecho.

Ana Lucioni (2011)

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